11 de maig del 2013

Homenaje a Lehane, Holmes, envidia y mucha calidad en los Edgar Awards


Juan Carlos Galindo

 Lehane, en una fotografía tomada en 2009. / FOTO: PH. MATSAS

Dennis Lehane (Boston, 1965) es muchas cosas pero para mí hay tres indiscutibles: uno de los mejores escritores estadounidenses de la actualidad (no se crean, la idea no es mía, la crítica en EE UU es unánime al respecto, yo me limito a disfrutar); es alguien que crea desde la rabia y, por último, tiene unos principios sólidos, equivocados o no, pero sólidos. Como uno de sus grandes personajes, Patrick Kenzie, el compañero de Angela Gennaro, los dos detectives de su amada Boston que le han dado fama, prestigio y mucho dinero. (Prometo hablar muy pronto de ellos).
Ahora Lehane ha recibido el Premio Edgard a la mejor novela por Vivir de noche (RBA, traducción de Ramón de España), una obra maestra ambientada en la época de la Ley Seca y que forma parte, junto a Mystic RiverCualquier otro día o Shutter Island de las obras de Lehane ajenas a la serie Kenzie y Gennaro. 
Los Premios Edgar, los mejores del año en el género, han estado a un nivel espectacular. Hay finalistas que se han quedado sin premio a pesar de su calidad. Ha habido alguna sorpresa y, sobre todo, muchas cosas que envidiar desde España. Aquí va un pequeño repaso. Consulta los finalistas y los ganadores.
¿Por qué tanta calidad?
Lehane ha derrotado en la categoría de novela a Gillian Flynn, de quien ya hemos hablado en este blog y que no sólo ha recibido el elogio de la crítica sino que, además, se convirtió con su tercer libro en un fenómeno editorial. Pero había mucha más calidad. Ace Atkins es otro de los que se quedó con la miel en los labios. Ex periodista en Tampa Tribune, Atkins se convirtió a los 30 años y ya con una larga carrera en el periodismo en un novelista a tiempo completo. Y de los buenos. A seguir.
¿Por qué envidia desde España?
Por la vitalidad de la que goza el género en el mundo anglosajón. Y no por calidad o por número de títulos publicados, que también, aunque en Europa no nos podamos quejar, sino por la diversidad de los enfoques y la radical originalidad de las intrusiones que determinados autores hacen en género negro.
Por ejemplo: 
Edgars1
libros sobre crímenes reales (que cuentan con una categoría propia), críticas y biografías que diseccionan la obra de Chandler o la creación del héroe americano moderno y cómo ha influido en ella la figura del detective clásico, etc. ¿Qué ocurre aquí? ¿Por qué no tenemos un floreciente género negro más allá de la ficción? Mariano Soler, periodista y escritor, que ha publicado recientemente El crimen de los marqueses de Urbina, trataba de explicarme por qué, a su parecer, no se usan crímenes reales para el género en España: “Exige mucho trabajo de documentación, conocer a los protagonistas, conocer el procedimiento. Mucho trabajo, mucha investigación, mucho tiempo y muchos conocimientos. Y eso es un problema”.

Otro ejemplo de originalidad: el ganador en la categoría de Estudios y Biografía habla de la mente y el método científico y nuestro querido Sherlock Holmes.
Un gran dilema y una sorpresa
El problema de unos premios así no es que se queden fuera grandes escritores. Mala suerte, así es la vida. El verdadero problema es cómo evitar ir corriendo a Amazon a dejarse lo que uno no debería en libros que nunca llegarán a España.
Por otro lado, estos galardones permiten siempre reconocer a autores que han podido pasar varias veces delante de tus narices sin que les prestases mucha atención. Me ha ocurrido con Karin Slagther, ganadora en la categoría de relato breve y una gran dominadora del thriller en su mejor versión. La escritora ha vendido 30 millones de ejemplares en 32 países y en España la publica Roca Editorial que acaba de lanzarPalabras Rotas.
Series, series series
Si cualquiera se puede perder un poco en los nombres de los finalistas de las categorías, es más fácil no hacerlo en el espacio que dedican a las series. Que me perdonen mis amigos y compañeros de Quinta Temporada, pero les piso un poco el asunto.
En la categoría de guión para serie, en la que Lehane, de nuevo el crack de Boston, ganó en 2008 por la cuarta temporada de The Wire, ha obtenido el máximo galarón Escándalo en Bohemia, extraordinaria adaptación del relato de Conan Doyle para la serie Holmes, no menos extraordinaria, de la BBC. Entre los finalistas, el episodio piloto de Longmire (muy buena serie basada en los relatos de Craig Johnson, del que ya hemos hablado aquí); un guión para Elementary, la serie de la CBS en la que el pobre Watson es sustituido por una mujer (no me gusta nada); la historia del último capítulo de la tercera temporada deJustified (no aburro más con mi fascinación por la serie) y, por último, el guión de Homeland, de la que se puede decir poco que no se haya dicho ya.
No me gusta terminar con series o referencias cinéfilas así que meteré mi coda de siempre. Lean y disfruten.

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