El cadáver de un hombre con el rostro desfigurado es descubierto de madrugada en una estación de Tokio. La identificación del cuerpo es complicada y la Policía apenas tiene pistas. Al inspector Imanishi le tocará dejar de lado durante un tiempo sus preciados bonsáis y sus haikus para sumergirse en una investigación que resulta infructuosa; tras semanas de perseguir falsos indicios, la Policía decide cerrar el caso, pero el obstinado inspector no se permite dejar ningún cabo suelto. Un hallazgo inesperado le llevará a continuar con sus pesquisas por distintos puntos del país, desde los humildes pueblos de montaña a los círculos intelectuales de Tokio.
¿Un detective en Montbau Noir?
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Un detective privado, Juan Ollero, o dos, según se mire, “visitaron” el
jueves, 22 de mayo, la Biblioteca Montbau-Albert Pérez Baró, de Barcelona,
de la ma...
Fa 4 hores
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