31 de març del 2015

Carretera peligrosa, de Kris Nelscott


Kris Nelscott. Carretera peligrosa. Traducción de Antonio Fernández Lera. Salamanca: Tropismos, 2006 (Tropismos Negro). ISBN: 84-96454-43-6

Smokey Dalton es un detective privado negro que ejerce su oficio en la ciudad de Memphis. Es febrero de 1968. Un día, se presenta en su despacho Laura Hathaway, una hermosa y joven blanca de buena familia. Llega desde Chicago para averiguar por qué razón este detective, precisamente un hombre negro, aparece como beneficiari o de una parte de la herencia de su madre. Normalmente, Smokey Dalton está dispuesto a resolver los problemas de otras personas, por un precio, pero nunca permite que sus casos le afecten personalmente. Por esa razón, Smokey acepta de mala gana trabajar para ella.En esos momentos, la ciudad de Memphis está envuelta en una atmósfera impregnada de violencia e inminente desastre: una huelga del servicio de recogida de basuras comienza a desembocar en graves desórdenes públicos y el antiguo compañero de la infancia de Smokey, Martin Luther King, está a punto de llegar a la ciudad para encabezar una manifestación. En medio de semejante situación, Smokey Dalton inicia el caso que le acaba de encargar Laura Hathaway, una investigación que le llevará varias décadas atrás y le hará descubrir un secreto que podría cambiar para siempre su vida y la de su cliente.

Carretera peligrosa es una novela negra ambientada en una de las más turbulentas décadas del siglo XX en los Estados Unidos, que nos presenta además a un apasionado, precavido y atormentado detective de trágico pasado.




30 de març del 2015

Who was Dashiell Hammett?

Fletch, de Gregory Mcdonald


Gregory Mcdonald. Fletch. Traducción Eduardo Goligorsky. Barcelona: Pomaire, 1977. ISBN: 84-286-0191-7

Irwin Fletcher, más conocido como Fletch, es un periodista cuya pasión es la investigación. Su último caso está relacionado con el tráfico de drogas, pero la verdadera trama de la novela sólo comienza cuando un desconocido le propone pagarle una fortuna para que lo mate. Aparentemente no tiene ninguna razón para querer morir, y el pretexto de encontrarse muy enfermo no se lo cree nadie después de apreciar lo saludable que se ve.

¿Cuál es la verdadera razón? Esa es una pregunta que tanto Fletch como usted se estará haciendo hasta la última página del libro. Cada vez que la respuesta parece próxima hay nuevas complicaciones que abren diversos interrogantes. No hay duda de que Stanwyck no es lo que parece ser, tampoco lo es su mujer.

Un texto apasionante, con un mínimo de descripciones y un diálogo mordaz y agudo que obliga a seguir leyendo, lleno de un macabro sentido del humor. Con Fletch se acaba la tradición de que el protagonista de una historia de misterio tiene que ser, necesariamente, buena persona. Fletch no lo es, y parte del éxito de esta novela --y de la película basada en ella-- es precisamente lo poco heroico del personaje. Hay muy pocas cosas que Irwin Fletcher no esté dispuesto a hacer por una buena cantidad de dinero, y en un mundo como el que nos presenta McDonald, esa parece ser la solución a todos los problemas.




Warren Beatty


29 de març del 2015

Un adéu d'un blau intens, de John D. MacDonald


John D. MacDonald. Un adéu d'un blau intens. Traducció de Carme Geronès i Carles Urritz. Barcelona: Ed. 62, 1989 (Seleccions de la Cua de Palla; 90). ISBN: 84-297-2927-5

Travis McGee diu a la seva amiga Chookie McCall, de professio, ballarina: "Com més intrincada es va fent la societat, més sistemes de robatori semilegal apareixen." "Només has d'agafar un grapat de diaris, llegir-los amb deteniment i, entre línies, segur que ensopegues amb Y, gras i feliç, i amb un pobre X que es retorça les mans amb desesperació. A mi m'agrada treballar amb coses grans. Les despeses són grans."

Quan arriba el moment, Travis McGee se sent  un cavaller dels camins i es disposa a dur a la pràctica el seu sentit de l'ètica, ben particular.




Entrevista Jordi Ledesma

[Entre montones de libros, 28 de marzo de 2015]



Jordi Ledesma ÁLvarez nace en Tarragona en 1979. Cursó sus estudios artísticos en la Escola Taller D'Arts i Oficis de Tarragona.
Autor del poemario Agua de mayo, entra en la novela con Narcolepsia, finalista de los premios literarios de la XXV Semana Negra de Gijón en la categoría de mejor primera novela negra y finalista también de los premios leermisterio.com en 2012.

     - ¿Cómo se pasa de escribir poemas a la novela negra, dos géneros que no tienen nada que ver?

     - Creo que es compatible. Y no es que no tengan nada que ver, es que no se pueden comparar desde esa óptica; la negra es un género novelesco; la poesía es mucho más que eso, es un campo dentro de la literatura. Por otro lado hay pasajes muy poéticos dentro de muchas novelas negras, incluidas las mías. Aún escribo poemas, pocos, pero alguno que otro escribo. Vázquez Montalbán escribía poesía, Carlos Zanón escribe poesía. No es nada raro.

    - Me ha llamado la atención que el tema recurrente tanto enNarcolepsia como en El diablo en cada esquina es la naturaleza humana, y esa tendencia hacia la maldad, ¿son más interesantes los malos?

     - Como narrador me resulta más divertido crear personalidades malvadas, pero intento hacer creíbles a todos los personajes sea cuál sea su naturaleza. En Narcolepsia hay personajes en los que encontramos un fondo bondadoso y está presente durante toda la historia, aunque gran parte de los actos que se narran se cometan desde la maldad. En esta novela la bondad queda de lado, pero son los propios protagonistas quienes se desprenden de ella desde el principio, y todas sus decisiones están razonadas, primero desde un instinto avaricioso, y después desde la necesidad de supervivencia.

     - Leyendo El diablo en cada esquina, se aprecia desde la primera página que la maldad, la que tú pones delante del lector, es vil, inunda sus páginas. Ahora te pido que elijas, ¿quién es realmente el malo de tu historia?

     - Todos son culpables, pero sí es cierto que hay dos grupos de personajes, y diferencias entre ellos: los cuatro principales que desde el egoísmo, los caminos fáciles, el dinero o las adicciones se han dejado arrastrar por una esfera delincuente consecuencia de cierta pasividad social ante el abuso y la corrupción. Y luego está el otro grupo de personajes, los cuatro secundarios, y que tienen el control de determinados círculos, los dominan y aportan lo necesario para envenenar la ciudad que devora a los del primer grupo. Digamos que, los cuatro primeros, y sin justificar ni una de sus acciones, son menos malos que los cuatro segundos, quienes lo que tratan de obtener es más poder con el que ampliar su capacidad dañina.

     - En tus novelas, con el realismo de las calles y las conversaciones, los personajes casi respiran. Eso hace que piense que hay una labor de documentación y pulido que muchas veces los lectores no vemos. ¿Cuánto tiempo te llevó escribir El diablo en cada esquina?

     - Alrededor de un año. La verdad es que me halaga la pregunta, porque la novela, a nivel de estructura e intención visual, está muy trabajada. Además la he reescrito varias veces, y he creído haberla acabado otras tantas, eso le ha dado mucha consistencia a la trama.

     - No hay bondad, tu ciudad parece condenada a dejarse caer en las zonas más oscuras y lo haces con personajes que nos pueden resultar incluso familiares. ¿Crees en la novela negra como denuncia?

     - Por supuesto, la novela negra siempre fue un instrumento recurrente para reflejar el abuso, las injusticias sociales, y muchas marginalidades que como sociedad nos incomoda mirar. En mis novelas sí existe esa carga de crítica social, y una predisposición a mostrar y protestar por determinadas cosas.

    - De la autoedición, a la edición con Alrevés . Y dos novelas ya, ¿cómo es ese salto al mundo editorial?

     - Yo siempre deseé ser escritor, por eso en ambas novelas he vivido el proceso con mucha ilusión, agradezco a mi editores dejarme participar en cada paso, y querer conocer siempre mi opinión respecto a cualquier tema, ya fuera de diseño o formato, o de otros aspectos que iban más allá de mi aportación, que era el texto en sí, sin cubierta ni solapas.

      - Cada vez sois más los autores de novela negra que resonáis con fuerza en las librerías, apartando poco a poco esa moda que vino del frío, ¿cómo ves el panorama actual en nuestro país para un género que ya ha demostrado que es más que una moda?

     - Hay una hornada de escritores y escritoras nacionales, menores de cincuenta años, con títulos muy buenos, tanto o más que muchos extranjeros que venden miles y miles de libros en España. En el campo de la creación el futuro está salvado, pero tenemos que leerlos para descubrir lo buenos que son, y para que editores y libreros sigan apostando por ellos.

     - Me gustaría que en un puñado de palabras dijeras al lector, más allá de una sinopsis, qué es lo que puede encontrarse en tu novela.

     - Una novela muy rápida, trepidante, sin pausa. Un relato con una estructura coral que, a pesar de acercarnos a unos personajes muy extremos, deja claro que todo sucede a dos cuadras de casa; la maldad más despiadada en la escalera de enfrente. Un estilo muy directo, y podríamos decir que, en ocasiones, descarado. Una trama brutal con algunos giros muy buenos, y un final demoledor.

     - De historia a historia... ¿ya ronda algo en la cabeza de Jordi Ledesma?

     - Trabajo en una novela. Y de tanto en tanto escribo cuentos, y algún poema.

     - Y por último y de forma nada original, la pregunta obligada. Me gustaría saber qué estás leyendo en este momento.

     - No me gusta leer otras novelas mientras estoy desarrollando la mía, las lecturas me influyen en el proceso creativo. Pero lo último que he leído y me ha gustado ha sido Un buen invierno para Garrapata de Leo Coyote.

     - Muchísimas gracias por tu tiempo y gentileza, he visto que además vas de mesa en mesa con las promociones y es todo un detalle que te hayas acercado al blog. Y por cierto: Felicidades por esa segunda edición.

     - Gracias a ti por leer y recomendar la novela.

     Y, como siempre, gracias a todos los amantes de los libros que os pasáis por aquí.


Gaby Rodgers





28 de març del 2015

SOBRE LA NOVELA NEGRA

[ El Colombiano, 28 de marzo de 2015]

José Guillermo Ángel

Estación Suspenso, abundante en gritos y alaridos, sirenas de ambulancia y policía, corrupción de cuello blanco, salones de vicio, matones a sueldo, políticos corruptos, abusadores de mujeres, tráfico de drogas, peripecias en burdeles, huellas dactilares limadas, intentos de fuga, persistencia en el error, pasaportes y visas falsificadas, apropiación indebida de cargos, calumnias continuadas, palabras soeces, callejones oscuros, miradas frías, pistolas de gran calibre y puñales envenenados, jueces y abogados en veremos, extramuros y subversiones etc. Y la fauna podría continuar, pues en los espacios de lo noir lo indebido es permanente y tiene como caldo de cultivo la codicia, la envidia, el odio, la paranoia y la egolatría, elementos estos que carcomen los valores y convierten la moral en sanitario púbico. Y donde, en un juego macabro en el que cualquier cosa que ponga los pelos de punta puede pasar, pasa lo que sea. Y bueno.
La novela negra es un género literario que toca con lo policíaco, el thriller, los bajos fondos y las investigaciones criminales. Y si bien algunos críticos aburridos la tienen como una literatura menor, lo cierto es que en estos momentos de la historia es el medio más propicio para denunciar lo que pasa, como bien lo demuestran Paul Auster en su trilogía New York,Volker Kutscher en sus novelas sobre Berlín y la novelista francesa Fred Vargas en El Sena fluye, teniendo en cuenta también a Patrick Modiano con su serie sobre un París que desaparece y reaparece dejando atrás muchas cosas sucias. Y es que este asunto de lo sucio, que pulula y trata de legitimarse a través de egolatrías enfermizas y sistemas de corrupción delirantes, ya es algo más que un caso aislado.
Lo sórdido, que antes era sujeto de asombro y hacía temblar la base de las costumbres, hoy es una continuidad que toca con cada espacio social, sea alto o bajo, tradicional o esté metido en esto de la innovación, palabra esta que a veces sirve como tapadera para esconder lo que pasa, que no es bueno pero se maquilla, pues el desorden también es carnaval. Es como si la peste, que antes llegaba causando caos, dolor y desidia, ahora fuera la cosa más normal. Pero es anormal. Un asunto de novela negra en el que abundan las direcciones que no existen, las mentiras y acusaciones que rompen la confianza, los delirios de quienes no admiten que están haciendo mal y la esquizofrenia que hace ver lo que no es, pero se habla con eso. Novela negra, esto se ha vuelto el país.
Acotación: Los autores de novela negra, desde Edgar Allan Poe, Conan Doyle, Georges Simenon, Raymond Chandler, Chertes Himes (que fue falsificador), y faltan muchos, hasta Umberto Eco y Philip Kerr, saben que si algo está mal y huele feo, debe investigarse para llegar hasta el final. Es una cuestión de inteligencia. Pero a veces no dejan, eso es claro.


La hija del enterrador, d'Elizabeth Bloom


Elizabeth Bloom. La hija del enterrador. Traducción de Marta López de Lamadrid. Barcelona: Umbriel, 2008. ISBN: 978-84-89367-48-7

Once años después de ingresar en el Departamento de Policía de Nueva York, la agente de crímenes sexuales Ginny Lavoie se encuentra suspendida de empleo y sueldo. Deprimida y víctima del insomnio, espera a que la obligada investigación de asuntos internos determine su futuro cuando una llamada telefónica la devuelve de golpe al pasado: Danny Markowicz, el hijo adolescente de su amiga Sonya, ha muerto tras recibir una brutal paliza. Ginny parte de inmediato camino del pueblo de Massachusetts en el que se crió para asistir al funeral. Pero allí se reencuentra con Jimmy, el padre del niño que ella nunca llegó a tener. Y, por si la situación no resultara ya lo bastante difícil, la versión oficial del crimen parece estar llena de agujeros.

¿Por qué las autoridades locales parecen empeñadas en culpar a Jack O’Brien, el inofensivo vagabundo del lugar? ¿A quién temía Danny lo suficiente como para esconder una pistola cargada en su habitación? ¿Y si la investigación sacara a la luz verdades que nadie quiere conocer? Con La hija del enterrador, Elizabeth Bloom nos ofrece una novela negra de primera línea, cuya protagonista permanecerá en la memoria del lector mucho después de haber terminado el libro.





Le roman d'espionnage

27 de març del 2015

Què tenen en comú?



27 de març, aniversari de la Biblioteca la Bòbila


Con el viento solano, d'Ignacio Aldecoa


Ignacio Aldecoa. Con el viento solano. Madrid: Alfaguara, 2007. ISBN: 978-84-204-5121-3

Un hombre que huye, que busca una redención, un cobijo.
Con el viento solano es la novela de una huida. El vía crucis de un hombre gitano que ha cometido un delito y cuyas consecuencias, mezcladas ahora en su conciencia y en su sangre, quedarán marcadas en el camino que recorre y en el centro mismo del miedo y la soledad.
Con una prosa exacta y a la vez lírica, con la certeza de las palabras de otro tiempo, la fuerza del ritmo y la profundidad de los ambientes, Ignacio Aldecoa nos lleva al interior de una obsesión, de una escapada, en una novela que se ha convertido en un clásico de la literatura española.
Un libro, galardonado con el Premio Nacional de la Crítica, de uno de los escritores españoles fundamentales del siglo XX.





Qu'est-ce qu'un bon polar, Monsieur Debré ?

[Le Point, 26 mars 2015]


VIDÉO. Depuis 2003, le Prix "Le Point" du polar européen distingue la crème du crime. Mais, au fait, qu'est-ce qu'un bon polar ? Réponse du président du jury.

Julie Malaure


Jean-Louis Debré sur le prix du Polar européen... by LePoint

Le Point et le polar, c'est une longue histoire d'amour... noire. Dans les années 90, les plumes alertes de nos critiques ne juraient que par Ed Mcbain, mais s'entichaient déjà de Tim Willocks et de Jean-Hugues Oppel. On raffolait d'Elmore Leonard, on s'affolait en découvrant Maurice G. Dantec. Au printemps 2003, la décision fut prise : sélectionner le meilleur polar d'EuropeFrance incluse, parmi la manne de polars éditée dans l'Hexagone.
Qui peut y prétendre ? Tout roman dont l'auteur est né ou vit en Europe, dont le style et l'originalité se distinguent. D'où l'éclectisme des lauréats depuis 2005 à propos desquels le jury (voir sa composition ci-dessous) s'étripe gaiement chaque printemps - du Français pas encore Prix Goncourt Pierre Lemaitre à l'Islandais Arnaldur Indridason, en passant par le flamboyant Espagnol Victor del Arbol. 
Remis à l'origine lors de l'inauguration du Festival du livre de Nice, le prix est, depuis 2007, décerné lors du Festival Quais du polar à Lyon. C'est dans cette Mecque du roman noir que l'an passé, pour les dix ans du festival, James Ellroy en personne a remis le prix à notre lauréat 2014 Hervé Le Corre. Cette année, c'est le Berlinois Sascha Arango qui a fait l'unanimité pour La Vérité et autres mensonges(Albin Michel). Le prix lui sera remis vendredi 27 mars par Jean-Louis Debré, président du Conseil constitutionnel, écrivain et président de notre jury. 
Les lauréats 
2003 - Laura Grimaldi, La Faute, éditions Métailié. (Italie) 
2004 - Bill James, Protection, Rivages. (Angleterre) 
2005 - Laura Wilson, L'Amant anglais, Albin Michel. (Angleterre) 
2006 - Giancarlo de Cataldo, Romanzo Criminale : roman criminel, Métailié. (Italie)
2007 - John Harvey, De cendre et d'os (Rivages). (Angleterre) 
2008 - Arnaldur Indridason, L'Homme du lac, Métailié. (Islande)
2009 - Philip Kerr, La Mort, entre autres, éditions du Masque. (Angleterre) 
2010 - Pierre Lemaitre, Cadres noirs, Calmann-Lévy. (France) 
2011 - Declan Hughes, Coup de sang, Gallimard. (Irlande) 
2012 - Victor del Arbol, La Tristesse du samouraï, Actes Sud (Espagne)
2013 - Petros Markaris, Liquidations à la grecque, Seuil. (Grèce) 
2014 - Hervé Le Corre, Après la guerre, Rivages. (France)
2015 - Sascha Arango, La Vérité et autres mensonges, Albin Michel. (Allemagne) 
Le jury. Jean-Louis Debré, président du Conseil constitutionnel, écrivain (président). Jacques Dupont,Le Point. Irène Frain, écrivaine. René Frégni, écrivain. Marie-Françoise Leclère, Le Point. Julie Malaure, Le Point. Christophe Ono-dit-Biot, Le Point. Jean-Louis Piétri, ancien commandant dans la police judiciaire, écrivain. François Pirola, président du Festival Quais du polar. 
La consultation de l'édition numérique de notre Spécial Polar l'occasion du Prix du polar 2015 vous est offerte ici

Quentin Tarantino





26 de març del 2015

Red Riding 1974, de Julian Jarrold


Julian Jarrold. Red Riding 1974. Barcelona: A Contracorriente, 2011  (DVD)

Yorkshire, Reino Unido, 1974. La corrupción institucionalizada de la policía impone un régimen de miedo, paranoia y desconfianza. Un joven y novato periodista, Eddie Dunford, trata de seguir la noticia a través del laberinto de mentiras y engaños cada vez más complejo que domina la investigación policial en una serie de secuestros de niñas. Pronto descubrirá que la verdad en Yorkshire es un camino sin retorno. Y que el precio que hay que pagar es muy alto.





Dominique Manotti : «J'ai lu les Américains avec passion»

[Le Figaro, 26 mars 2015]

Sébastien Lapaque


Auteur de polars depuis vingt ans, l'écrivain évoque ses liens avec la «Série noire».

LE FIGARO. - À quand remonte votre première émotion de lectrice de «Série noire»?
Dominique MANOTTI. - Je ne saurais pas vous donner la date exacte de cette première émotion. Je ne suis même pas certaine de pouvoir vous dire quel livre l'a provoquée, ni quel était son auteur. Ce dont je me souviens, c'est d'avoir découvert le roman noir à travers le cinéma noir. C'est après avoir vu les grands films de John Huston, Howard Hawks et Billy Wilder que j'ai lu les romans qui les avaient inspirés. Comme tout le monde, si j'ose dire, j'ai d'abord lu Dashiell Hammett et Raymond Chandler. Dès l'origine, mon goût m'a portée vers le premier. Par la suite, j'ai découvert Ed McBain, pour lequel j'ai une immense estime, et Chester Himes, dont j'adore l'humour. C'est par ces gens-là que j'ai découvert le roman noir, et comme ils étaient tous publiés par la «Série noire» à l'époque, c'est à travers eux que j'ai connu cette collection.
La «Série noire», est-ce une collection ou une école?
C'est très difficile de répondre. Je n'ai pas une culture suffisante pour trancher. Il est vrai que j'ai été très attirée par les Américains et que je les ai lus avec passion. Mais comme je connais beaucoup moins bien les auteurs français de la «Série noire», je suis incapable d'évaluer avec précision l'influence des uns sur les autres. J'ajoute que dans les années 1970, tandis que j'étais très occupée par ailleurs, j'ai peu lu. Il y a des manques énormes dans ma connaissance des publications de la «Série noire» à cette époque. Je ne suis donc pas en mesure de dire s'il existe une école romanesque de la «Série noire». Intuitivement, je dirais que je n'en suis pas sûre du tout… Dashiell Hammett n'a par exemple rien à voir avec Chester Himes. Et s'il existe une école française du roman noir, ce serait plutôt l'école Vernon Sullivan.
Vous avez donc fait l'impasse sur les romans de Manchette, d'ADG?
Oui, car à l'époque de leur publication, je n'évoluais pas dans un univers littéraire. J'ai commencé à écrire tardivement. Sombre sentier, mon premier roman, date de 1995. Ce n'est pas Manchette qui a déclenché mon envie d'écrire. Très clairement, ce sont les auteurs américains. Parmi eux, un auteur s'est dégagé nettement, c'est James Ellroy, qui n'était pas publié par la «Série noire», mais par Rivages.
Durant les années 1980, Jean-Bernard Pouy, Daniel Pennac et Tonino Benacquista faisaient les beaux jours de la «Série noire». Ces auteurs vous ont-ils touchée?
De Daniel Pennac, j'ai lu Au bonheur des ogres et La Fée Carabine. Et tout de suite j'ai adoré. Mais je ne peux pas dire que ces romans m'aient influencée littérairement. Les années quatre-vingt, pour moi, furent des années de désespoir profond. À cette époque, je faisais mon deuil des décennies précédentes et de l'époque où les rêves avaient un sens, les projets sociaux de la consistance et où l'on pouvait encore croire aux formes d'action collective. Ce fut long et douloureux. C'est dire si j'étais loin de la littérature. De 1980 à 1990, j'ai mis dix ans à faire ce deuil du passé.
Les années 1990, ce sont de nouveaux noms au catalogue, tels Jean-Claude Izzo et Maurice G. Dantec, et le sacre d'un «ancien» de la maison, Thierry Jonquet avec Les Orpailleurs et Moloch. Vous y avez été sensible?
Les romans de Jean-Claude Izzo demeurent une référence. De Dantec, j'avais beaucoup aimé La Sirène rouge, mais j'ai décroché dès Les Racines du mal. Quant à Jonquet, j'ai lu à peu près tous ses livres, avec une admiration considérable pour Mygale, la première «Série noire» qu'il a publiée. J'ai beaucoup apprécié Les Orpailleurs, mais je crois que le plus grand livre de Jonquet reste Mygale
Depuis l'arrivée d'Aurélien Masson à la tête de la «Série noire» en 2005, on a vu des auteurs confirmés la rejoindre, comme vous et Jérôme Leroy, et de nouveaux talents éclore, tels Ingrid Astier, Antoine Chainas, DOA, Elsa Marpeau. Quel jugement portez-vous sur ce renouvellement?
Comme je vous l'ai expliqué tout à l'heure, j'ai du mal à parler d'école. Mais j'ai l'impression que les écrivains français qui sont aujourd'hui publiés par la «Série noire» sont liés par quelque chose, même si ce quelque chose n'est pas facile à exprimer. De toute évidence, il y a une ambiance. Nous échangeons nos livres, nous nous rencontrons, nous discutons, nous créons des liens. C'est à la fois très enrichissant et très important. Dans cette affaire, Aurélien Masson joue vraiment un rôle de catalyseur. Il a le don de présenter les gens les uns aux autres et l'art de les mettre en communication. À mon sens, il se passe vraiment quelque chose autour des Français de la «Série noire» en ce moment. Je parlerais d'une génération si je n'étais pas beaucoup plus vieille que la plupart de mes camarades!
Dans les années 1950 et 1960, la «Série noire» a popularisé une écriture sèche, sans apprêt, qui a inspiré le cinéma américain et le cinéma français. De quelle manière ce style behaviouriste, qui ne laisse jamais rien entrevoir de la psychologie des personnages, se perpétue-t-il aujourd'hui?
On est au cœur du problème. Dashiell Hammett a créé un style. Comme tous les créateurs, il a été extrémiste dans sa démarche et a poussé jusqu'au bout sa théorie. L'esthétique du sec reste pourtant prioritaire, même si des choses se sont passées depuis Hammett. Après lui, un autre immense écrivain a révolutionné le roman noir, c'est James Ellroy. Il a eu le don de réussir à donner de la chair à ses personnages et à enchaîner les scènes baroques tout en s'obstinant à aller à l'os. Il ne s'encombre jamais de descriptions inutiles ou de digressions décoratives. Chez lui, tout l'effort stylistique est soumis à la flèche de l'action. Cela a produit des livres déroutants, comme White Jazz, mais également un nombre impressionnant de chefs-d'œuvre.


"El quinto testigo", lo nuevo de Michael Connelly

[Todo Literatura, 25 de marzo de 2015]

Nikolay Yordanov


El próximo 9 de abril saldrá "El quinto testigo", la nueva novela del aclamado escritor americano,Michael Connelly. RBA recupera uno de sus autores estrella y publica su nueva historia al castellano dentro de su “Serie Negra”. En este caso, se trata de un caso más de la serie dedicada al abogado Mickey Haller.

La primera novela sobre Haller, “El Inocente” se publicó allá por el año 2005. Además fue llevada recientemente al cine protagonizada por Matthew McConaughey que ya ha afirmado que quiere estar siempre metido en la piel de Mickey Haller. Las dos siguientes entregas, “El veredicto” y “La revocación” también han sido publicados al castellano.

La cuarta entrega, “El quinto testigo”, que en nada llegará a nuestras librerías, tendrá 560 páginas y un precio excepcional de 12 euros. A continuación os contamos la sinopsis y todos los detalles que se conocen.

El abogado Mickey Haller está acostumbrado a defender a personas en situaciones límite. Y con la crisis económica, los clientes con problemas abundan. Especialmente si sus dificultades están relacionadas con los bancos y con el pago de sus hipotecas. Es el caso de Lisa Trammel, que a duras penas puede mantener su casa y a su hijo después de que su marido los abandonara. Las cosas no van bien para Lisa, pero aún pueden ir mucho peor.

Acaban de encontrar asesinado a un directivo del banco que le había concedido la hipoteca a Lisa y a ella la van a acusar del crimen. Un jurado al que convencer, un juez que no lo pondrá fácil, un fiscal motivado y nuestro Haller que va a tener que poner toda la carne en el asador si quiere salvar a su cliente de precipitarse al abismo.

El tema del hundimiento del mercado inmobiliario y la estafa de tantas ejecuciones hipotecarias resultará una realidad que no nos es nada ajena. Un entramado al que solo el maestro Connelly nos tiene acostumbrados.

Michael Connelly nació en Filadelfia en 1956. Es uno de los autores estadounidenses de género negro más vendidos de la actualidad. Periodista de formación con una amplia experiencia en sucesos, comenzó a escribir ficción partiendo de sus propias experiencias en las calles de Los Ángeles. Su primera novela, “El eco negro”, ya fue merecedora de un Edgar Award e introdujo la figura del que sería su personaje fetiche: el inspector Harry Bosch.

Tras veinte años de exitosa carrera, Connelly se ha convertido en un habitual de las listas de best-sellers, con más de 50 millones de ejemplares vendidos en todo el mundo y habiendo sido traducido a 40 idiomas. Con “La caja negra” ganó el VI Premio RBA de Novela Negra 2012.



25 de març del 2015

Quais du Polar 2015. El programa

El enemigo, de Lee Child


Lee Child. El enemigo. Traducción de Juan Soler. Barcelona: Ed. B, 2005. ISBN: 84-666-1975-5

Año nuevo, 1990. El muro de Berlín acaba de caer, y con él, termina la guerra fría. El mundo se enfrenta a una nueva era político-militar. Ese mismo día, Jack Reacher, un oficial de la polícia militar destinado en Carolina del Norte, recibe una llamada que le comunica la muerte de uno de los soldados de la base en un motel de la zona. Aparentemente, se trata de una muerte natural: sin embargo, cuando se descubre que la víctima era un general influyente, Reacher, ayudado por una joven afroamericana, que también es soldado, iniciará una investigación. A medida que ésta avance, dos teorías comenzarán a tomar forma: una, que relacionará el suceso con los cambios que están aconteciendo en la vieja Europa, otra que achacará lo ocurrido a la intervención militar de Estados Unidos en Panamá.

Un emocionante thriller que, más allá de la intriga político-militar, aborda las causas que llevaron a Jack Reacher a abandonar el ejército estadounidense para convertirse en el investigador que la revista Enigma ha descrito como "uno de los héroes más duros de la actualidad, pero también de los más memorables".





La Furia, Gene Kerrigan (Sajalín, 2015)

[Indienauta, 24 de marzo de 2015]

Raül Jiménez


Amigos lectores, Sajalín está de vuelta con la primera referencia de su “cosecha 2015”. Y como ya es habitual con una de nuestras editoriales predilectas, lo hacen “sacándose de la chistera” un nuevo autor a tener muy cuenta —otro descubrimiento más que se añade a un catálogo tan selecto como suculento—. En este caso hablamos del periodista irlandés Gene Kerrigan, capaz de ofrecernos un “artefacto literario” con forma de intensa novela negra, pero con una carga de profundidad mucho mayor de lo que suele ofrecer este género. En ese sentido, La Furia es toda una sorpresa. Una lúcida, desencantada y nada artificiosa mirada a “la otra Irlanda”.

Y es que tanto el cine como buena parte de la literatura nos ha enseñado dos tipos de “Isla Esmeralda”. Uno es el país bucólico, ensoñador, revestido de un misticismo que entronca con sus parajes naturales y su ancestral cultura. El otro es el de la violencia: la lucha por la independencia y el posterior enquistamiento del conflicto por Irlanda del Norte, con el brutal terrorismo del IRA y la espeluznante represión británica como los atroces extremos de una sinrazón que, afortunadamente, parece encauzada hacia un escenario pacífico —no exento de problemas—. Ahora La Furiaañade una tercera faceta, una vivamente actual, poderosamente realista, marcada por la corrupción y la crisis económica, amigos íntimos del crimen. Y sangrantemente familiar.

Kerrigan construye una doble trama criminal para pintar un fresco social verde-blanco-naranja que apenas deja títere con cabeza. Por un lado, la historia de Vincent Naylor, que podríamos calificar como “tradicional”, es decir, la de un delincuente de poca monta que, recién salido de la cárcel planea su siguiente golpe, el más ambicioso, que potencialmente podría retirarlo. Por el otro, el asesinato irresoluto del banquero Emmet Sweetman, un tipo de crimen más “de nuestros días”, de gente trajeada con cargos de alto rango, estatus social, poder… y cero escrúpulos para robar lo que no es suyo sin mancharse las manos y, por supuesto, salir indemnes, amparados por un poder político no sólo cómplice, sino abnegado súbdito. El hallazgo de La Furia, tan fascinante como deprimente, es que uno no se entiende sin el otro.

Frente a los criminales tenemos al sargento detective Bob Tidey, un honesto “perro viejo” que ve cómo su mundo policial es ahora un microcosmos de la sociedad resquebrajada, o a punto de ser despedazada por ese depredador conocido como capitalismo —página 21, no hace falta decir mucho más—. Muy pronto el agente se da cuenta que la resolución del caso Sweetman conlleva dificultades “extras de orden interno”. Tidey tiene algo de Serpico, pero sin el innecesario glamour americano de “el último héroe contra el sistema” y, mientras se enreda contra superiores negligentes y compañeros serviles —”Hoy en día es como si todo el mundo estuviera agradecido por ser una unidad de producción, por que te enchufen o te desenchufen según la voluntad del patrón”—, demasiado apegados a su silla, es capaz de lanzar demoledoras sentencias que van más allá de sus circunstancias puntuales. —”Cada vez que algo nos incomoda, miramos hacia otro lado […] cuando necesitamos hacer algo, siempre hay alguien que nos dice que tenemos que ponernos el traje de patriota y callar la puta boca.”— A través de las acciones y las palabras de TideyKerrigan nos habla de un país desahuciado, en venta a precio de saldo, a disposición de las aves de rapiña encorbatadas —¿os suena?— y la violencia.

Junto al magnífico trasfondo socio-económico de la novela, La Furia brilla con luz propia por su sentido del ritmo interno. Las tramas encajan como dos ríos que naturalmente van a desembocar al mar, sin atropellarse pero sin detenerse. No hay tiempo que perder. Kerrigan domina como pocos los diálogos: lacónicos, directos, reveladores, haciendo avanzar los capítulos con certera diligencia, mientras el lector se introduce instantáneamente en las vidas amenazadas o al límite de los personajes. Sólo tengo la duda de la monja Maura Coady, clave para la resolución de la novela y cuya sombría historia personal —otro pedazo bien negro de la historia de Irlanda— quizás resulte algo forzada. Aunque ciertamente cumple su cometido a la perfección: añadir otra muesca más, una especialmente terrible, a los desmanes y barbaridades cometidos en Irlanda. El mensaje de Kerrigan es claro: el desastre económico no puede entenderse sin su contraparte social. En la que toda la sociedad tiene su parte de responsabilidad —pasividad, omisión, negligencia, oportunismo, interés, codicia— y unos pocos, culpa. ¿O pensabais que con votar cada cuatro años estaba todo resuelto?

Mucho más que una novela de género. Gran lectura y gran descubrimiento. Apuntaos el nombre de Gene Kerrigan.





 
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