[El País, 4 de diciembre de 2003]
Rosa Mora
En Tatuaje, Pepe Carvalho tiene 3.500 libros en su casa de Vallvidrera. Quema algunos y conserva la mayoría. Este ejercicio se repite en las siguientes novelas de la serie negra de Manuel Vázquez Montalbán. ¿Odiaba Carvalho los libros? En absoluto. Pero si alguien lo duda, lo mejor es que consulte la guía de lectura que ha elaborado la biblioteca La Bòbila de L'Hospitalet: Pepe Carvalho i els llibres. Es algo así como el canon y el anticanon de Manolo, una lista no exhaustiva pero sí muy interesante de los libros que aparecen en los más de 20 títulos carvalhianos.
La guía es una pequeña joya. Tiene el formato de un disco compacto y un diseño que entra por los ojos. El canon va acompañado de un par de artículos sobre la relación entre Carvalho y los libros (Carlo Andreoli, creador de una web sobre Vázquez Montalbán, y Georges Tyras, autor de Geometrías de la memoria. Conversaciones con Manuel Vázquez Montalbán) y de otros dos más generales. Esta guía no es un espejismo, es la confirmación de una línea de trabajo innovadora de La Bòbila, una biblioteca joven que rezuma entusiasmo y vitalidad.
Fue inaugurada en marzo de 1999 en Pubilla Casas, y como todas las bibliotecas públicas municipales ofrece los servicios clásicos, pero en algo es única: está especializada en el género negro. Tiene ya 1.000 títulos, 700 obras de referencias, 500 películas en vídeo, un club de lectura de novela negra, organiza ciclos de cine negro y tiene un fanzine estupendo, L’H Confidencial, todo un homenaje a Los Angeles confidencial, de James Ellroy.
Está impreso, cómo no, en amarillo y negro, tiene cuatro páginas y ha llegado al número 30, en el que conmemora el centenario de Simenon. En L’H confidencial se ha hablado de Capote, Poe, Mankell, Donna Leon, Lawrence Block, W.R. Burnett, Jerome Charyn, James Ellroy, Alicia Jiménez Bartlett; de la novela popular, de la mafia o de la identidad. Como buen fanzine, está hecho con pocos medios y de vez en cuando reproduce algún texto aparecido en otra publicación, pero les luce maravillosamente. Vale la pena acercarse a La Bòbila aunque sólo sea para conseguir los números de L’H.
Para los aficionados al género, la biblioteca ha creado además un instrumento ideal: generenegre.net, un directorio que ofrece links con páginas web sobre novela negra y policiaca en general, y también más especializadas: policiaca histórica, damas del crimen, humor, minorías, espías, autores, cine negro, carteles y fotografías... Se puede encontrar en http://es.geocities.com/biblioteca_bobila.
Ni los fanzines ni las guías de lectura llevan firma, pero detrás de ellos, de buena parte de los textos y del diseño, está Jordi Canal, el responsable de La Bòbila. Se presentó al concurso para director con un proyecto de biblioteca pública que incluía la especialización en novela negra. ¿Una biblioteca policiaca en Pubilla Casas? Hubo algunas dudas, pero fue aceptado y ahí está, con una oferta que no existe en Barcelona. Se trataba de lograr varias cosas: de romper la imagen que se tiene desde la metrópoli de que el barrio es una ciudad sin ley; de invertir la tendencia: que sea también Barcelona la que acuda al cinturón, y de crear un fondo de referencia de lo que se publica en género negro.
Canal sueña con la Bilipo (Bibliothèque des Littératures Policières) de París. “Empezaron con un fondo especializado y tuvieron tanto éxito que llegaron a un acuerdo con la Bibliothèque Nationale, que les cedió sus libros negros”. Ahora tiene 70.000 novelas ―todo el siglo XX francés― y cerca de 8.000 libros de referencia. La voz de que existe La Bòbila ya ha corrido. Es invitada obligada en la Semana Negra de Gijón, y la Société Nationale des Chemins de Fer (la RENFE francesa) le ha pedido que coordine en España su Prix Polar, que ahora convierte en europeo.
Canal trabajó durante bastantes meses en el rastreo de los libros de Carvalho. Cuando la guía estuvo lista se lo comentaron a Vázquez y éste se comprometió a charlar con los lectores el 27 de noviembre. Invitaron también a Georges Tyras, que publicó en octubre Geometrías de la memoria (Zoela), en el que a través de una serie de entrevistas recorre la vida y la obra del escritor.
La muerte de Manolo, el pasado 18 de octubre en Bangkok, truncó esta historia, como tantas otras. La Bòbila siguió adelante y convirtió el acto en un homenaje. Tyras se olvidó de su libro para hablar sólo de la obra de MVM. Le acompañaron Andreu Martín y Carlo Andreoli, que ha creado una web dedicada al escritor (http://www.vespito.net/).
Martín leyó un texto del escritor gallego Gonzalo Moure, La parida de l’Andreu, que llegó a su foro virtual, el día en que se supo la muerte de Manolo: “Cuando descubrí el Barça, Vázquez Montalbán ya estaba allí. Cuando descubrí a Alberti, Vázquez Montalbán ya estaba allí. Cuando descubrí el PCE (y el PSUC), Vázquez Montalbán ya estaba allí. Cuando descubrí la novela negra, Vázquez Montalbán ya estaba allí. Cuando descubrí lo serio que es el humor, Vázquez Montalbán ya vivía allí. Cuando descubrí que era feliz en la lucha e infeliz en la duda, Vázquez Montalbán ya lo había dicho, y mucho mejor. Lo que más me reconforta es que cuando descubra la eternidad ya no será un aburrimiento, porque Vázquez Montalbán ya estará allí.”
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