Alan Rosamilia
La segunda edición del libro de Raquel Rosemberg,Sabores que Matan, esta vez bajo el sello de Catapulta Editores, es un festín de palabras reunidas, mezcladas, con un gusto especial.
Los criminales más legendarios, los detectives, los mafiosos y los protagonistas de las novelas del género negro tienen, como el resto de la humanidad, algo en común: comen y beben. Es que tanto la comida como la bebida describen de una manera particular las características de una sociedad, y particularmente las de un individuo. Son un signo de identidad, casi una huella digital. La comida es cultura y comer es un acto cultural.
En su segundo libro, Raquel Rosemberg reúne artículos que fue escribiendo a lo largo de su carrera, a los que amplió con nuevas recetas, todas probadas, y un capítulo dedicado a Asia, inspirado en sus recientes viajes a ese continente.
En ellos, los unos y los otros, los buenos y los malos de cada película, comen y beben como el resto de los mortales y dejan sus huellas, como migas, que permiten hacerles una radiografía que abarca mucho más que lo gastronómico, acercándose a lo social y hasta al reflejo de los tiempos que viven. Los primeros artículos de este libro se dieron a conocer en la revista Pistas, la recordada publicación especializada en policiales, dirigida por el periodista Enrique Sdrech.
Esta edición cuenta con una tapa que lo dice todo, obra del fotógrafo Eduardo Torres. Ilustraciones de Sebastián Ramseg y el trabajo de todo el equipo de Catapulta Editores, que se sumó a la mesa. Los prólogos reúnen las vertientes del libro, pertenecen al chef peruano Gastón Acurio y a Jordi Canal, director de la biblioteca La Bóbila de L´Hospitalet, experto en novela negra, biblioteca donde la autora colabora hace diez y siete años.
Los criminales más legendarios, los detectives, los mafiosos y los protagonistas de las novelas del género negro tienen, como el resto de la humanidad, algo en común: comen y beben. Es que tanto la comida como la bebida describen de una manera particular las características de una sociedad, y particularmente las de un individuo. Son un signo de identidad, casi una huella digital. La comida es cultura y comer es un acto cultural.
En su segundo libro, Raquel Rosemberg reúne artículos que fue escribiendo a lo largo de su carrera, a los que amplió con nuevas recetas, todas probadas, y un capítulo dedicado a Asia, inspirado en sus recientes viajes a ese continente.
En ellos, los unos y los otros, los buenos y los malos de cada película, comen y beben como el resto de los mortales y dejan sus huellas, como migas, que permiten hacerles una radiografía que abarca mucho más que lo gastronómico, acercándose a lo social y hasta al reflejo de los tiempos que viven. Los primeros artículos de este libro se dieron a conocer en la revista Pistas, la recordada publicación especializada en policiales, dirigida por el periodista Enrique Sdrech.
Esta edición cuenta con una tapa que lo dice todo, obra del fotógrafo Eduardo Torres. Ilustraciones de Sebastián Ramseg y el trabajo de todo el equipo de Catapulta Editores, que se sumó a la mesa. Los prólogos reúnen las vertientes del libro, pertenecen al chef peruano Gastón Acurio y a Jordi Canal, director de la biblioteca La Bóbila de L´Hospitalet, experto en novela negra, biblioteca donde la autora colabora hace diez y siete años.
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