Cristóbal Cuenca
Afrontaba la lectura de esta nueva novela del estajanovista Camilleri con notables expectativas: la última entrega de la serie Montalbano editada por aquí, Un filo de luz, me había dejado un buen sabor de boca, después de un par – o más, pero la memoria me obliga a ser generoso – de títulos que se dirían escritos con el piloto automático.
Es por ello que me he sentido decepcionado. La promoción de la obra habla de un western siciliano, la trama es atractiva: los Sacco son una familia siciliana que ha ido prosperando con esfuerzo al inicio del siglo XX, aparece la mafia y trata de extorsionarles, los Sacco deciden no acceder y enfrentarse a ellos, sin embargo, la policía no colabora y ellos mismos se convierten en una especie de forajidos (de ahí el título).
Aunque estamos refiriéndonos a sucesos que efectivamente ocurrieron y que algún testigo de los mismos ha hecho llegar al propio escritor, lo cierto es que la obra no llega a funcionar ni como novela – si así puede definirse - pues le falta ritmo, ya que no es más que una sucesión de episodios sin apenas transición entre ellos, ni como crónica, puesto que el estilo es más bien frío y epidérmico.
Uno no puede menos que acabar la lectura de La banda de los Sacco añorando a Sciascia, pero también al ya mencionado Montalbano. Buenas noticias: en Italia parece que se han publicado un par de entregas más de la serie. Seguiremos confiando…
(Nota: esta reseña con algunas modificaciones se ha publicado en el número 333 - enero 2016 - de la revista Ruta 66)
0 comentaris:
Publica un comentari a l'entrada