Novedad. En setiembre próximo se publicará en España por primera vez una colección que reúne todas sus novelas policiacas, en su mayoría inéditas.
Madrid. EFE
“Uno de los pocos divertimentos intelectuales que persisten en lo que aún le queda de intelectual a la humanidad es la lectura de novelas policiacas...”. Así lo sentía Fernando Pessoa, uno de los poetas más excelsos del siglo XX y al que su pasión por este género lo llevó a escribir varias obras.
Un conjunto de novelas que la editorial Acantilado ha reunido por primera vez en un solo volumen, con el título Quaresma, descifrador, con introducción y edición de Ana María Freitas y que verá la luz el próximo 3 de setiembre.
Se trata de unas novelas, en su mayoría inéditas, como indica el sello editorial, que nunca habían sido publicadas hasta ahora completas, “tal como Pessoa tenía previsto y según los esquemas hallados entre los documentos que conforman su legado escrito y que forman parte de ese gran baúl del poeta”.
Fernando Pessoa, el gran escritor portugués, nacido en Lisboa en 1888 y fallecido en 1935, escribió muchísimo y de modos muy diferentes a lo largo de su vida, un heterodoxo, rico y fragmentado.
Poeta, ensayista y traductor, Pessoa fue uno en esencia, pero por lo menos cuatro por desdoblamiento de personalidad y de máscaras: Ricardo Reis, Alberto Caeiro, Álvaro Campos o Bernardo Soares, sus heterónimos.
Así, el autor de Libro del desasosiego que tenía una mirada muy plural de la vida, y que era capaz de construir los versos más sublimes y estéticos, envueltos en la saudade portuguesa, o numerosos ensayos literarios y políticos, y que fue símbolo de modernidad cultural, también fue un lector apasionado de novela negra.
“Entre el inestimable y reducido número de horas felices que la Vida me permite pasar, considero que el mejor año es aquel que me permite pasar horas enfrascado, de cabeza y de corazón, en las lecturas de Conan Doyle o de Arthur Morrison. Tal vez (...) sea motivo de asombro, no que estos sean mis autores predilectos y de cabecera, sino que confiese que lo son”.
Y esto que deja escrito Pessoa puede que a alguien lo deje sorprendido por la idea de considerar a la novela policiaca como un género menor, no literario, una clasificación que hoy parece desfasada. La novela negra está viviendo hoy un “boom” en todos los países y tiene una gran demanda con todo tipo de lectores.
Pessoa, gran admirador también de Edgard Allan Poe, se suma así –aunque él dio un paso más al escribir en este género– a otros grandes de la gran literatura que amaron lo “noir”, como el uruguayo Juan Carlos Onetti, quien se pasó los últimos años de su vida en su cama leyendo novelas policiacas, o André Gide, cuyo ídolo era Georges Simenon.
Y también la querida y recientemente fallecida Ana María Matute, gran lectora de novela negra, de autores como Mankell, Michael Conelly o Elizabeth George. Matute siempre decía, entre bromas, que le hubiera gustado escribir en este género pero que nunca le salía.
Fernando Pessoa, entre sus distintas formas de entender la escritura, creó otra máscara, al detective privado Quaresma, un investigador, vestido con abrigo de paño, sombrero y gran lector de Shakespare, que quién sabe si nació para investigar al propio Pessoa.
Estos relatos policiacos tuvieron una primera edición en 2008. Este nuevo volumen completo que publica ahora Acantilado ha sido traducido por Roser Vilagrassa.
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