La impecable 'Pasaje de las Sombras', Premio RBA, hace bailar presente y pasado
Marga Nelken
Arnaldur Indridason, ganador del VII Premio RBA de novela negra | Antonio Moreno
¡Hagámoslo! ¡Sí, no os cortéis! ¡Moved el esqueleto! ¡Menead el
bullarengue! Es suficiente con seguir el desasosegante un-dos-tres/un-dos-tres
de su concisa prosa y con estar dispuesto a lucir palmito lector en el centro
de la pista. O sea, con ser el puto amo del cotarro literario. La reina del
baile de las lecturas nocturnas. Y es que para bailar al son de Arnaldur Indridason,
no nos engañemos, hay que dejarse llevar, como se decía antaño. Seguir sus
pasos en todas y cada una de sus novelas hasta caer rendido en la última página
(la 326 en la obra que nos ocupa). Bailar. Eso es lo que hace Indridason con su
lector. Lo pone a bailar. Ya sea con el inspector
Erlendur Sveinsson de por medio o, como ocurre en esta
impecable novela con la que Indridason se hizo con el VII Premio RBA de Novela Negra, mediante la faena de
otros polis como protagonistas.
¡Bienaventurados los impacientes
porque ellos acabarán leyendo algunas novedades literarias con placer
inusitado! ¡Y os juro que una servidora, que no es muy fan de lo nórdico, por
muchos edredones que tengan, como ya sabréis, esperaba este 'Pasaje de las Sombras' desde que se falló el premio! No lo
vamos a negar, y menos a estas alturas del partido. Indridason es caballo
ganador de una velocísima cuadra surgida del frío. Y a mí, en confianza, es el
único que me 'calienta' un poco -en el buen sentido, no seáis malpensados- entre tanto autor ultracongelado.
Todo llega en esta vida. Y ya está aquí. En tapa dura, como se merece una
novela de tal talla, y con una traducción de Fabio
Teixidó Benedí que
no rechina ni lo más mínimo.
¿Merecido este VII Premio RBA de Novela Negra? Pues sí. Pocas
polémicas puede haber de por medio. Una vez leída, de tirón, 'Pasaje de las
Sombras', hay que reconocer que Indridason no desmerece nada en medio de los
anteriores galardonados. Es más, sube enteros en una lista, la de los premiados
RBA, que empieza a convertirse
en un 'must' para
el que quiera conocer lo mejor de lo 'negropolicial' publicado en los últimos
años. Un premio que ya se ha convertido en 'El Gordo' del 'noir'. Con otros
seis autores de referencia, previamente galardonados, que, en algunos casos, ya
han pasado -y de sobra- a la historia del género. A saber, y por este preciso
orden: Francisco González Ledesma,
Andrea Camilleri, Philip
Kerr, Harlan Coben, Patricia Cornwell y Michael Connelly.
Indridason, séptimo de la lista con este 'Pasaje de las Sombras' que sube
enteros a lo policíaco publicado en España. Correctísimo.
Se echa en falta algún que otro
español que coja el relevo al gran
Ledesma. Pero una entiende que la cosa está complicada. Lo
tengo dicho y vuelvo a repetirlo. Hoy por hoy, italianos, griegos, suecos,yanquis
y alemanes, es decir, todo tipo de 'guiris', nos sacan varias
cabezas en esto del 'noir'. Nos guste o no. Y os aseguro que, lo que es a mí,
no me gusta nada. Apliquémonos pues en vez que pensar que somos, en cuanto a
novela negra, el equivalente a la selección española de fútbol.
Del frío, frío al caliente, caliente.
Es más o menos lo que ha hecho RBA, editorial de referencia, con la novela negra llegada del norte
de Europa. Podría decirse que ha 'ikeizado' el 'noir'. Nos ha
dado a conocer a los mejores escritores nórdicos del momento, lo cual es muy de
agradecer. Y, por delante de todos ellos, a este Arnaldur Indridason que viene
a ser una especie de coctail que contiene a partes iguales un chorro de Dennis Lehane,
otro de Elmore Leonard, varias gotas de Michael Conelly, y viene servido por el
mismísimo Capitán Pescanova. 'On
the rocks', como todo lo escrito que viene de Reikiavik, aunque
con ese calor que solamente ofrecen los viejos conocidos. Y Arnarldur lo es,
por lo menos en España. Y sobre todo después de haberse publicado por aquí,
también bajo el sello RBA, su serie Erlendur
Sveinsson. Para los muchos que ya conocíais las andanzas y
desventuras del frío inspector y su descocada hija, poco se puede añadir a lo
ya dicho. Solamente que Indridason no necesita su muleta Sveinsson para
facturar novelas redondas.
En este caso, además, el añadido
perfecto es ese toque con el que, al enfrentar dos espejos entre los que median 70 años de historia,
entrelaza el presente con el pasado y recurre a dos atípicas parejas de
detectives en una doble investigación inolvidable y de ritmo trepidante. Apenas
puede una añadir nada a la sentencia de los 'plumillas' del 'The New York Times':"Indridason
ha puesto a Islandia en el mapa de los entusiastas de la novela policíaca
nórdica. Su estilo austero aplicado a un crimen de gran dimensión emocional y
complejidad sociológica lo
convierte en una historia realmente épica". Suscribo, claro que suscribo.
Y, además, os tecleo un par de párrafos de 'Pasaje de las Sombras' para que
constatéis la veracidad de mis palabras. De nada.
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