Entrevista a Ramón Díaz Eterovic: Novela negra, Heredia Detective e historietas

[Los Eternautas, 29 de octubre de 2013]

Yorick Allen

- Te pareces a esos viejos detectives de las películas, Heredia.

-No, a los viejos detectives de las historietas, Simenon. A los de las historietas.

En el contexto de la actual Feria Internacional del Libro de Santiago, FILSA 2013, recorrimos la Estación Mapocho y nos encontramos con el escritor chileno Ramón Díaz Eterovic.

Nacido en Punta Arenas, es reconocido como uno de los íconos de la novela policial negra, noir, en el país, especialmente por la creación del detective privado nacional por excelencia: Heredia.

El personaje que tiene como base Santiago y el barrio Mapocho, entre cabarés, bares de mala muerte y mujeres con las que compartió decenas de recuerdos, tuvo su traspaso a televisión allá por el 2005 y, más recientemente, logró llegar a aquello que siempre estuvo en mente de su autor: El cómic.

Si bien las historias estuvieron escritas por Carlos Reyes y Cristián Petit-Laurent, e ilustradas por varios dibujantes, la identidad de Díaz Eterovic estaba en toda la obra Heredia Detective (LOM Ediciones). Por este motivo, decidimos conversar con el escritor en un diálogo que va desde la novela negra al detective “nostálgico”, hasta el cómic y sus futuros trabajos.

Las finas líneas de la ficción y realidad se cruzan en las historias y casos de Heredia, un fiel retrato de la evolución de Chile desde la dictadura hasta la actualidad. Revisen la entrevista deLos Eternautas con Ramón Díaz Eterovic después del salto.

- ¿Cómo se llega a la novela negra y cómo está el género en Chile actualmente? Después de todo, eres uno de sus grandes impulsores gracias a tu trabajo.

- Ramón Díaz Eterovic: Uno puede llegar al género negro como se llega a escribir cualquier novela. Obviamente tiene algunas características, ciertos códigos, cierta factura que marca algunas diferencias. En mi caso, yo llegué más bien pensando en esta relación que es muy clara en la novela negra, que tiene que ver con la relación entre crimen y poder.

- Especialmente en los años de la dictadura…

-RDE: Estamos hablando del ’85 cuando yo escribí mi primera novela. Estaba buscando una perspectiva, de alguna manera, distinta dentro del ámbito narrativo chileno de ese momentocómo para abordar el tema de la dictadura y pensé que ese mundo que refleja la novela negra tenía mucho que ver con el mundo que estábamos viviendo. 

- No había que hacer mucha ficción.

 - RDE: Claro, la falta de justicia, la poca credibilidad en la justicia, los atropellos, los crímenes hasta entonces inéditos en Chile. En esa búsqueda me topé, sin ser un gran lector de novela negra, con el género y pensé que allí había un punto de vista que valía la pena explorar. En ese momento no pensé que iba a pasar los siguientes 20 años escribiendo novelas con el mismo personaje. Yo creo que ha cambiado bastante el panorama de la novela negra o policial en Chile. Siempre hubo algunos cultores en los años ’60, ’70, pero siempre eran como aves raras, golondrinas que no hacían verano, que aparecían y desaparecían. Incluso, siento que había cierto prejuicio por parte de los autores, escribían con seudónimos.

Arte de Gonzalo Martínez.

- ¿Prejuicio hacia el género?

- RDE: Sí, al comienzo tenía que andar explicando qué era la novela negra y creo que, de alguna manera, el género de reinstaló, se reinstaló lo policial y se instaló por primera vez lo que es novela negra. Hoy por lo menos hay una veintena de autores trabajando en el género.

- Pero igual sigue siendo una cifra baja.

- RDE: Sí, puede ser poco, pero pueden haber muchos. Fui jurado en un concurso sobre cuentos policiacos de la PDI y llegaron más de 300. El año pasado hicimos un concurso en el marco del Santiago Negro y llegó una cantidad parecida. Hay gente que está dando vueltas al tema. Y también hay autores que incursionan. Sin ir más lejos, Isabel Allende está a punto de publicar una novela policial. Es un fenómeno que, creo, se reproduce en varios países latinoamericanos.

- En ese caso, dejó de ser un fenómeno y se instaló como género. ¿O  aún no ocurre eso?

- RDE: Dejó de ser fenómeno hace tiempo, tiene un espacio en las editoriales bastante definido. Hoy las editoriales, en general, no le hacen asco al género. Por otro lado, sin haber una crítica especializada, como en Francia, sí hay una crítica que acoge a la novela negra, las comenta bien o mal, pero las comenta. Además, es una literatura que está siendo estudiada en las universidades. Ya no es un fenómeno, puede que no sea tan masivo, pero está instaladO en nuestra narrativa. Hace años Rodrigo Cánovas, que es un profesor de literatura, hablaba que había dos fenómenos interesantes en esa narrativa. Uno era toda la literatura de mujeres y otro era la aparición de la novela negra.

El crecimiento de un detective

- Sin cambiar de tema directamente, cómo a más de 20 años de haber creado el personaje ha evolucionado Heredia. ¿Qué significa para ti?

- RDE: De partida, lo concebí como un personaje que envejece.

- Eso siempre destacó en las novelas. Heredia evoluciona y crece con los años.

- RDE: Generalmente los personajes están estancados en una edad, pero como mis novelas están muy relacionadas con hechos criminales que están en la historia chilena o hay una pretensión de mirada de época, las historias van evolucionando también en el tiempo. Entonces, las primeras novelas están ambientadas en la dictadura y después hay novelas que están en los ’90 y llegan hasta ahora. Obviamente habría parecido un poco raro que el personaje siguiera teniendo 30 años y estuviera hablando de cosas que están pasando ahora, cuando nació hace 20 años atrás. Entonces, de alguna manera, sin mandarlo al hogar de ancianos muy rápido, he tratado de que haya una relación entre las épocas y la edad del personaje. Envejece y, además, por un tema de escritura se ha ido haciendo más complejo, más interesante, con más historia, más fuerte.

- Leyendo Heredia, uno ve cómo no solo él cambia, sino que también lo hace su entorno. Ve cómo cosas desaparecen, recuerda sus momentos en ellos, los amores que vivió. Es un personaje que tiene que aprender a vivir con su pasado.

- RDE: Es un personaje bien nostálgico y que carga con una memoria personal colectiva bastante grande. Lo que pasa es que también a mí me interesó trabajar Santiago como personaje y empecé a incorporar locales específicos, para darle más identidad y darle ubicación a la historia en lugares más concretos. Con el tiempo esas referencias se han  ido convirtiendo en una especie de memoria urbana, por uno habla de varios lugares que meto en la novela y pasa a veces que antes que se publiquen, ya no están. Es hablar de un mundo, una ciudad, no sé si para bien o mal, va desapareciendo, se va transformando. Es también un elemento de proximidad con los lectores, porque a veces opera como un elemento de identificación donde la gente lee una novela que puede pasar donde él camina todos los días o el bar al que uno va.

Un personaje de historietas

Arte de Gonzalo Martínez

- Pasando al traspaso que tuvo el personaje al cómic gracias a la novela gráfica Heredia Detective, ¿cuál fue tu participación en el proyecto?

- RDE: Obviamente pasé al personaje pero, en la mayoría de los casos, se tomaron algunos cuentos y, en un caso, me parece que hice una especie de escaleta, una línea argumental. Sobre todo, me metí en los diálogos de esa parte donde habla Heredia con el autor.

- Ese fue uno de los mejores elementos de la novela gráfica, el “escriba” era igual a ti.

- RDE: Sí, claro, si soy yo (ríe). Revisé diálogos, pero nada más.

- ¿Qué te pareció el resultado final?

- RDE: A mí me gustó mucho, quedé contento. Toda la gente que se involucró, los dibujantes, son muy buenos. Me gustó que haya cinco o seis versiones de Heredia, nos quedamos con la idea de que cada dibujante partiera de su estilo y de cómo veía al personaje. Hay distintas plumas, algunas más detallistas y más simples, pero el conjunto me gustó. Además, siempre me ha gustado la historieta. Aprendí a leer con ellas, sobre todo argentinas.

- Que era lo que llegaba a Chile.

- RDE: Llegaba D´artagnan, El Tony, Patoruzú a Punta Arenas y cosas de Santiago. En algún momento me pasé la película de que Heredia era un personaje que podía servir para cómic y, entonces, era como un sueño, un anhelo cumplido, tal como sucedió en su momento con la serie de televisión. Feliz con el trabajo que hicieron y también porque el grupo era bien comprometido, se hizo con mucho cariño. Era otra forma de presentar al personaje y hacerlo llegar a otra gente.

- Es un personaje que ha funcionado perfectamente en varias plataformas, no se ve conflicto en aquello y uno sigue reconociendo a Heredia.

- RDE: Eso tiene que ver con las historias que se tocan y por la manera en que se involucran, ya sea en televisión o cómic, los autores con el personaje. Los realizadores de la serie se habían leído todas las novelas, tenían una idea bastante clara de cómo debía ser Heredia.

“Un héroe que nos defienda”

Arte de Gonzalo Martínez.

- Volviendo a sus inicios con la primera novela, La ciudad está triste, veíamos a un Heredia muy superhéroe, de sacrificar hasta su vida a cambio del objetivo. En cambio, en la serie, en las últimas novelas y hasta en el cómic, baja la acción, hay más desarrollo y nostalgia.

- RDE: Tienes razón. El Heredia de La ciudad está triste es uno más maqueteado. Es cierto lo que dices del héroe, porque yo -de alguna manera- quería mostrar que si nos están sacando la cresta, por qué no podíamos tener un héroe que nos defienda. De hecho, tengo claro que hay muchas situaciones en la novela que en la vida real no se podrían haber dado. Que Heredia arremete contra un cuartel de la policía secreta y esas cosas, hay que entenderlas en el plano de la ficción. Ahora, si hubiese sabido que escribiría 15, 16 novelas más, tal vez habría reflexionado o trabajado más el personaje desde el inicio. Por eso decía que va creciendo, evolucionando y madurando novela a novela. Para mi gusto, por lo menos, está donde yo lo quería tener en Angeles y solitarios, que es como la cuarta novela de Heredia. Ahí el personaje es más de carne y hueso, tiene sus debilidades, pero bueno, no reniego de los primeros Heredia tampoco, jamás lo haría.

- Y el personaje tuvo hasta sus propias femme fatales.

- RDE: Bueno, Heredia siempre ha estado bien acompañado (ríe).

- ¿Te ves escribiendo toda la vida Heredia o hay otras cosas que quisieras escribir?

- RDE: Quisiera escribir un par más, por lo menos. Creo que es un personaje que sigue siendo una muy buena perspectiva para mirar el país. Me gustaría escribir dos o tres más con él, pero también tengo algunos proyectos de otro tipo, cuentos, novelas, tengo abandonada hace mucho tiempo una novela histórica ambientada en Magallanes. Da lata comentarlas, porque uno las dice y después no las cumple, pero me gustaría escribir la que estoy escribiendo ahora y darle un año sabático a Heredia. Pero todos los días abro el diario, veo noticias y me aparecen historias que podrían ser para Heredia. La mujer mutilada, ¿por qué no? Uno piensa si le estaré poniendo demasiado, pero pasan los meses y vemos cosas que son peores.

Arte de Gonzalo Martínez.

- Incluso uno lee La ciudad está triste y lo que narras lo vimos en los especiales de los 40 años del golpe militar. Supera a la ficción.

- RDE: Recuerdo que el ciclo político de la dictadura quise cerrarlo con La oscura memoria de las armas, de 2008, donde Heredia conversa con distintos partidarios de la dictadura que están en distintas paradas. Tengo muy presente esa novela porque las conductas de esos personajes con distinta visión, desde el que dice “no tengo nada de qué arrepentirme” y “el que pide perdón”, lo vivimos este año. Eso reafirma que cuando te planteas una situación, un tema, no estás tan despistado. 

Las novelas de Heredia y la obra de Díaz Eterovic la puedes encontrar ahora en la Feria Internacional del Libro de Santiago FILSA 2013 en el stand de LOM Ediciones, hasta el 10 de noviembre. Incluso, si tienes suerte, puedes encontrarte con el autor y llevarte un libro firmado.