8 d’octubre del 2013

Craig Russell, policía antes que escritor (de novela negra)

[El País, 8 de octubre de 2013]

El creador del detective Lennox es un personaje peculiar: un escocés federalista y europeísta en un Reino Unido que desconfía de Europa


Juan Carlos Galindo



Craig Russell (Fife, Escocia, 1956) es un personaje particular. Policía antes que escritor, europeísta en un Reino Unido que mira desconfiado a Europa, federalista en un mundo de nacionalismos, hombre vivaracho y abierto en un negocio lleno de egos, oriundo del este de Escocia pero fascinado por Glasgow, Hamburgo o Canadá, escenarios de sus obras, responde a las preguntas en un inglés universal, sin rasgos del acento escocés. Estamos en Segovia, en unHay Festival marcado por la presencia de muchos autores del género criminal, incluida la reina anglosajona del género, Val McDermid, también de Fife, como Ian Rankin. Este pequeño condado del este de Escocia ha dado tres maestros de la novela negra en pocos años. “¿Por qué? No lo sé. Hay una negrura en Escocia. Es como con los escandinavos. Son buena gente, son amigables, me llevo bien con ellos con facilidad, pero hay algo oscuro. Es lo mismo. Y luego está el dialecto, el inglés formal que se habla en la zona y que es muy antiguo y que igual nos predispone para la literatura”, asegura Russell mientras sonríe y mira al cielo cubierto de nubes y lluvia, un tiempo gris de principios de otoño que ha decidido volverse también escocés.
“Quería ser escritor desde los 12 años, pero sentí que antes tenía que hacer algo completamente distinto a lo que se esperaba de mí y ampliar mi por aquel entonces insuficiente experiencia vital”, comenta Russell cuando se le pregunta por sus inicios tardíos en literatura y su paso por la policía. “Llegué en 1977 y con cuatro años tuve suficiente. Hubo un cambio cultural brutal porque se estaban retirando policías viejos que lucharon en la Segunda Guerra Mundial. Tuve una relación directa con esa generación y eso fue muy interesante, porque también observé un cambio en la actitud, la policía se volvió menos brutal”. Russell bebió de su experiencia con esos policías violentos para crear a su detective Lennox, del que Roca acaba de publicar en España la tercera entrega,El sueño oscuro y profundo. Un personaje “complejo, desesperado, honesto, muy real y siempre en busca de la redención”, defiende su autor.
Hay una negrura en Escocia. Es como con los escandinavos. Son buena gente, son amigables, me llevo bien con ellos con facilidad, pero hay algo oscuro
“Creo que esta entrevista no podría darla en Inglaterra. Pensándolo bien, tampoco en Escocia”, asegura el creador también de la serie de novelas de Jan Fabel después de hablar algo sobre la política y su visión del lugar que ocupan en el mundo Reino Unido y Escocia: “Tengo una opinión muy diferente a la de la gente en mi país. Me encantaría ver una Europa Federal. No soy un escocés apasionado que se quiera separar de Inglaterra. Creo que tenemos una gran cultura en común. Me gustaría ver un estado escocés dentro de Reino Unido. Una vez dicho esto y visto que hay un referéndum para ver la pertenencia de Reino Unido a la UE, tengo que decir que prefiero estar en una Escocia independiente dentro de Europa que en un Reino Unido sin separación pero fuera de Europa. Lo siento, sé que no es muy común. Eso sí, creo que si los escoceses quieren seguir su propio camino y votan por ello, que así sea”.
Obsesionado por su obra y sus personajes, “enamorado del acto íntimo de escribir”, trabajador incansable que sólo escribe de lo que le fascina, el entusiasmo de Russell no decae hablemos de lo que hablemos. ¿Influencias? “Los clásicos del género, claro, y autores como Heinrich Böll, escritor alemán que habla sobre el país devastado tras la guerra, con gente que vuelve del infierno a un mundo que ya no tiene nada que ver con el que dejaron”, asegura después de pensarse más de lo habitual la respuesta.
Prefiero estar en una Escocia independiente dentro de Europa que en un Reino Unido sin separación pero fuera de Europa. Lo siento
“Un día” cuenta entre risas malignas, “hablando con mi mujer le dije: ¿Sabes? Siento que mis personajes son tan reales que a veces me levanto a llamar a alguno de ellos por teléfono. No hagas eso, no me cuentes eso no necesito oírlo, me respondió”. La sorpresa de su interlocutor le lleva a explicarse: “Es como una enfermedad mental. Con Lennox he llegado a decir ¿haría yo esto? ¿y lo otro? Y así lo escribo. Lennox no haría nada que yo no hiciese”, algo que no termina de tranquilizar si tenemos en cuenta que este adorable detective, honesto siempre que puede, mata, golpea y roba si hace falta. “Pero es alguien con su propia moral en un tiempo brutal”, contrarresta Russell. “No se puede decir que la policía era lo bueno y los criminales lo malo. No era blanco y negro allá en los cincuenta en Glasgow y Lennox se mueve en la escala de grises”.
Glasgow, donde vivió los 12 años que se dedicó al periodismo freelanceantes de lanzarse definitivamente a la literatura, es el escenario de estas novelas, pero se podría decir que se sitúan en otro lugar. Russell tuvo que utilizar la arqueología para reconstruir la ciudad en los cincuenta: “Construyeron una carretera que cruza la ciudad y para ello derribaron un montón de edificios y borraron muchas calles que ya no existen. Para mí ha sido más fácil investigar sobre el viejo Hamburgo que sobre el Glasgow”. De la ciudad contaminada, sucia, claustrofóbica y brutal no queda nada. Es mejor, pero es una ciudad en crisis, cuya población decrece cada año. “Era algo impensable hace poco, pero Edimburgo terminará siendo más grande que Glasgow”. La que fuera segunda ciudad del Imperio ha cambiado mucho: “Le han lavado la imagen, han quitado, literalmente, la negrura de los edificios. Sigue siendo una ciudad en la que hay que ir con cuidado, pero ha mejorado mucho en todos los aspectos. Y la gente es genial y muy abierta”.

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