[La Gangsterera, 7 de julio de 2011]
Presentación en Madrid de “Las niñas perdidas”, de Cristina Fallarás
Paco Gómez Escribano /mayo 2011
“Tipos infames”, una librería con bar, enclavada en pleno corazón de Malasaña. Fue el lugar elegido para la puesta de largo en Madrid de la novela “Las niñas perdidas”, de Cristina Fallarás, ganadora del Premio LH confidencial de este año (2011).
Al llegar y encontrarme en la puerta con Rafael Reig, maestro de ceremonias, whisky y cigarro de liar en mano, y después de saludarnos, compartimos un corto tiempo de espera fumándonos un cigarrillo. Aunque hemos coincidido últimamente en algunas presentaciones de libros nunca había tenido tiempo de expresarle mi admiración por su columna de los sábados en el ABC Cultural y tuve la suerte de ser obsequiado con un repertorio de anécdotas relativas a periodistas y escritores.
En el transcurso de la charla, Cristina Fallarás salió a saludar a Patrick Erikson que pasaba por allí, sin poder quedarse al evento por motivos de trabajo. Saludé a Cristina aprovechando para regalarle una camiseta de mi novela “El círculo alquímico”, lo prometido es deuda.
Ante un público compuesto mayoritariamente por escritores: por allí estaban Pedro de Paz, David Torres, Carlos Salem, Yanet Acosta, Marcelo Luján, José Ovejero...
Abrió la charla Rafael Reig haciendo una semblanza de la novela con el habitual estilo, que imprime a sus columnas. Habló de novela negra y de que esta nace como continuación de la novela picaresca, retomando la crítica social. Después se centró en “Las niñas perdidas” y en la temática que aborda , para terminar diciendo que todas las mujeres llevan consigo una niña que perdieron por el camino, en alusión al título del libro. Añadió que le parecía que Cristina había reescrito Peter Pan después de leer a Leopoldo María Panero, una definición original, una más de las que ya nos tiene acostumbrados.
Cristina, según me confesó más tarde, al contar con un público que era mayoritariamente del gremio, se ahorró las típicas referencias a Chandler y a Hammett para centrarse única y exclusivamente en contarnos su impulso y motivaciones para escribir esta y otras novelas. Nos habló de la ventaja de la ficción frente al periodismo para tocar ciertos temas, entre ellos el abuso de menores y el crimen, elementos principales de la trama de su libro. Ella aún mantiene esa rabia que todos hemos tenido de adolescentes y que ella conserva, lo que le da un punto de vista único para escribir y expresar sus ideas de manera cruda, para algunos salvaje, por lo que ha tenido bastantes problemas con críticos, compañeros y lectores. Pero lleva toda la razón cuando dice que es bastante curioso que la gente se escandalice cuando matan a un animal en un libro y no lo haga si se mata y tortura a una persona.
Cristina respondió a un par de preguntas que precedieron al acostumbrado “vino español” y por lo general momento propició para algunas tertulias entre los presentes. aunque al final terminamos subiendo a la barra. Después de las consumiciones, las charlas se prolongaron en la puerta de la librería, frente a una buena tarde y una ley anti tabaco que no parece cuadrar muy bien con escritores, entre los que me cuento.
Termina la velada cenando, en la terraza de un bar, de los muchos garitos que pueblan la zona, con tiempo para degustar unos gin tonics. Cristina confesó que Victoria, la detective de “Las niñas perdidas”, tendrá continuidad en una segunda entrega. Doy fe, a mi entender, que ha creado un personaje que lo merece.
0 comentaris:
Publica un comentari a l'entrada