Antonio Maria Flórez es un poeta y narrador colomboespañol que deambula por las esferas de la palabra con fluidez y solvencia. Recuerdo que la primera vez que supe de él fue hace un año en la Biblioteca de la Bòbila a través de su director Jordi Canal. Entonces leí algunos poemas suyos que me impresionaron gratamente. Luego volvimos a coincidir este marzo pasado en la premiación del premio de novela L'H Confidencial. Hablamos y quedamos de encontrarnos de nuevo en nuestros respectivos espacios pero no fue posible porque Antonio se mudó a su tierra primera: Don Benito (Extremadura).
Nos vimos justo antes de su partida; entonces me obsequió varios textos dentro de los cuales estaba Transmutaciones, literatura colombiana actual. En este libro se dibuja parte de ese mapa de las letras colombianas de hoy a través de la voz de cinco autores y autoras: Andrea Cote Botero, Adalberto Agudelo Duque, Triunfo Arciniégas, Octavio Escobar Giraldo y Orlando Mejía Rivera.
Y es justo este libro el que mañana jueves 28 de octubre se presenta en la Biblioteca Tecla Sala de L'Hospitalet. Me pasaré por allí para saludar a Antonio y ponernos al día en nuestros particulares asuntos literarios. La noticia completa ha sido también reseñada en La Vanguardia por el periodista Juan Carlos Ruiz Vásquez. Se puede leer en el siguiente link:
http://www.lavanguardia.es/cultura/noticias/20101027/54059738036/transmutaciones-de-antonio-maria-florez-en-la-biblioteca-tecla-sala.html
“Ni por edad ni por afinidades estéticas, como señala el prologuista, pueden ser considerados estos escritores integrantes de una generación, aunque sobre ellos pesan las mismas circunstancias históricas y un 'espíritu de época' que si bien no determina la dirección de una creación literaria sí contribuye a condicionarla. Dos fenómenos relevantes, de distinta naturaleza, han planeado sobre su tarea. Uno es el de la interminable violencia de la historia colombiana en el siglo XX, ligada en un momento a las enormes riquezas de la nación (oro, perlas, esmeraldas, canela) y, más tarde, a la suma y entrecruzamiento de la violencia de la guerrilla, del narcotráfico y de los paramilitares. Sea cual sea el tratamiento dado, la creación literaria no fue ajena a esta deriva sangrienta que se traduce en corrupción del sistema político, represión policial, expulsión de la tierra de grandes contingentes de población...El otro fenómeno fue la concesión del premio Nobel a García Márquez en 1982 que marcó con luces y sombras a toda una generación de narradores jóvenes por entonces…”. (M.S. Viola. Trazos).
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