Ley garrote

[Pinchando en hueso, 26 de marzo de 2007]

Jesús Lens Espinosa de los Monteros

El panorama de las letras negras en español cada vez es más rico y fructífero. Dentro de unas semanas se fallará el Premio Ciudad de Carmona, la gente de RBA ha convocado el premio de novela negra mejor dotado en letras castellanas y la inquieta e hiperactiva Roca Editorial acaba de fallar la primera edición del Premio L`H Confidencial.

“Ley garrote”, novela de sugerente título y excepcional apariencia, en opinión de Paco Camarasa, el gran Comisario de las Letras Negras en este país, “es la primera novela de su autor: Joaquin Guerrero-Casasola. Y por la fluidez y madurez de lo leído viene para quedarse. Con un personaje, Gil Baleares, ex policía judicial mexicano y detective privado de limitadas ambiciones, que nace con olor y estela de saga, de volver a encontrarse con sus futuros lectores.

Por sus páginas desfila un México D.F. real y vivo, donde la corrupción y el ¡sálvese quien pueda! campan a sus anchas. Donde nada es lo que parece por que nadie se fía de nadie, ni siquiera de lo que parece real. Un ex-policía apodado El Perro, padre de nuestro detective, con Alzheimer y temido y admirado por los policías actuales.

Y humor. Ese humor que salta en los momentos más duros, que permite sonreír cuando se presenta la sangre. El humor que entronca con la mejor tradición de los Westlake, los Block, los Martin-Ribera. Una buena novela para iniciar un buen premio. Se lee fácil y agradable. Y así podrán enterarse de qué va eso de la ley garrote.”

El autor premiado, por su parte, a la hora de recoger el premio, sostuvo que “Ciudad de México, la región más transparente del aire - como la definiera Carlos Fuentes - se fue enrareciendo con el paso de los años. Palabras como lluvia ácida, crimen, secuestros, corrupción y magnicidios políticos fueron formando las nuevas nubes de ciudad. Tal vez por eso me cuesta trabajo concebir una novela donde el conflicto de los personajes nazca dentro de ellos mismos como en un estado de inmanencia delirante y donde lo de afuera sólo sea un mero escenario.

Si yo me propusiera recontar Blanca Nieves y a lo Siete enanos, cada enano tendría que ser interrogado a golpes. Mandaría al trullo a Gruñón. Y el príncipe, en lugar de beso, resucitaría a Blanca Nieves con electroshocks en medio de un charco de sangre. Así que no tengo remedio. Estoy marcado por la jungla urbana.”

Y de eso va una novela de la que esperamos mucho, mucho. Ya les contaremos.