[Pornografía emocional, 6 de febrero de 2007]
Juanma Santiago
O La Rambla, para ser puristas.
Como decíamos ayer, la sede de la Guardia Urbana acogió la inauguración de BCNegra 2007. Para ir ambientándome, y dado que iba con tiempo, me di una vuelta por la parte más canalla del Raval, aquella que todavía hoy en día se llama Barrio Chino, ese barrio de locales de actuaciones en directo para travestis (El Cangrejo), bebederos de absenta (El Pastís), bares de trasnoche extremo (el Kentucky) y restaurantes tandoori con menús a precio de saldo (el Lasani). Carvalho y Maki Navaja, el Biscúter y Méndez, Popeye y la Charo deambulan, vivos o en espíritu, por aquellas calles, que aun hoy en día se resisten a formar parte de la Barcelona moderniki y cosmopolitana que prospera y epata apenas cien metros tierra adentro. Sin éxito.
El acto transcurrió en un ambiente festivo. Paco Camarasa ejerció de comisario e inaugurador oficial, cuando la multitud que atestaba el patio alcanzó la masa crítica y pudimos comprobar que ya no cabía un alfiler. Estaban allí congregados Andreu Martín, Jordi Canal, Montse Clavé y prácticamente toda la manada negra barcelonesa a la que puedo poner nombre y cara.
Según nos explicó Paco, se nos repartía un programa de BCNegra y, además, un cuaderno de notas para que ejerciéramos de Miss Marple y apuntáramos todos los detalles de lo que íbamos a presenciar a partir de aquel momento. Anónima no paró de tomar notas; yo no perdía detalle, e intentaba sacar alguna instantánea con la cámara del móvil. Si Cristina hubiera estado conmigo, habría sacado fotos con nuestra flamante cámara digital... y me habría obligado a llenar el cuaderno de Miss Marple con los datos más relevantes de la charla de ayer.
El montoncito pálido que se ve a la izquierda de Paco es un cadáver. El que lleva la americana de color naranja es el actor de doblaje Vicente Gil, que ejerció la locución de manera impecable.El evento consistía en la reconstrucción de un asesinato. O, más bien, en la reconstrucción de lo que sucede cuando llegas a tu oficina como todas las mañanas y te encuentras a tu jefe muerto. Montse, oficinista de historial intachable, llega al trabajo, antes que de costumbre porque hoy hay reunión, y se encuentra con el cuerpo inane del señor Del Amo.
Presa del ataque de pánico, Montse llama a la Guardia Urbana, que le toma los datos relevantes para enviar allí a dos agentes. Algunas de las preguntas ("¿Cómo ha encontrado a su jefe?") y casi todos los "¿valeee?" hacen reir al público. Es la risita nerviosa del que intenta no imaginarse en semejante tesitura, del que cree que todo está controlado y que las cosas suceden tal como nos las cuentan en las series televisivas.
Los agentes de la Guardia Urbana atestiguan que el señor Del Amo está bastante muerto, pero así y todo llaman a los Mossos d'Esquadra y la policía científica, que irrumpen en el escenario del crimen y lo inundan a preguntas y acción. Hasta aquel momento, el acto transcurría con cierta placidez. Con la llegada de la policía científica, todo es un trajín incesante. Los Mossos precintan las inmediaciones del lugar del crimen, para que sólo puedan acceder las personas directamente relacionadas con la investigación; no obstante, una periodista logra burlar el cerco y se interesa (en castellano y sin mucho éxito) por el estado de las pesquisas.
La policía científica, por otra parte, llega con sus cajas llenas de gadgets truculentos. Estamos presenciando un episodio de CSI, pero también una película tipo Estallido (todos aislados en sus trajes blancos). Se ponen a tomar muestras en cuanto llega el juez. A falta de secretario de juzgado (atrapado en un atasco), lían a Paco Camarasa para que ejerza como secretario y levante acta de lo allí sucedido; basta con saber leer y escribir.
Llegados a este punto, mi hermana, que es forense, estaría partiéndose de la risa. Pero yo, como soy profano en la materia, lo sigo todo con interés.
Todavía transcurrirán unos cuantos minutos hasta que llegue la ambulancia del 061 y se lleven al cadáver. De momento, hemos descubierto que tiene sangre en la espalda, que había un lápiz de labios usado sobre la mesa de trabajo y que tiene los pantalones manchados, no sabemos aún si de orina o de semen. ¿Crimen pasional? ¿Ajuste de cuentas?Tras un buen rato manipulando el cadáver, se lo llevan en la camilla.
A partir de entonces sigo la charla con desidia: tengo que irme de un momento para otro, pues llego tarde al máster. Paco nos emplaza a todos para el acto de las siete de la tarde, una mesa redonda en la que intervendrán algunos de los participantes en el levantamiento del cadáver del señor Del Amo, y se responderán las preguntas formuladas por el público. Básicamente, centradas en el grado de veracidad de series como CSI (elevado, pese a que las pesquisas son mucho más lentas) y en qué hay que hacer para ser policía científico.
Fue una lástima tener que irme: me habría encantado quedarme hasta el final. Pero lo que vi mereció mucho la pena, y fue una inauguración de la más original. Hubo momentos en que casi pareció real, pese al mogollón de público y fotógrafos.
Podéis encontrar más información aquí y aquí.
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