En “No estaba demasiado muerta”, los servicios secretos del Ejército creen que Nero Wolfe podría ser más valioso para ellos como detective privado a su manera acostumbrada. Pero el gordo cultivador de orquídeas resiste impávido sus requerimientos. Archie, lleva meses convertido en mayor del ejército y ya no trabaja con Wolfe quien ha abandonado su profesión como detective. Archie recibe el encargo de sus superiores de convencer a su antiguo jefe de que acepte trabajar para el servicio secreto, para lo que monta una trama de no muy ortodoxa clase en la que se mezclan una encantadora mujer, un asesinato y la policía. Al resultar implicado Archie en ese asesinato, Wolfe se ve obligado a moverse lo suficiente para resolver el crimen, rescatar a Archie y retomar su profesión, aceptando una entrevista con el servicio secreto.
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