Colt, Mary Francis. Tres tazas de té. Madrid : Tesoro, 1965
Humor, alegría, horror y astucia, en la más acabada pintura de muy diversas esferas de la vida londinense:La cara ratonil de míster Joseph Frisbee palidecía hasta la lividez contemplando el espectáculo que tenía ante sus ojos.
El menudillo hombrecillo se reprochó durante largo tiempo la involuntaria y admirativa mirada que había posado sobre las piernas de Lizzy Seymur en tales momentos. Porque el gerente del hotel King Charles veía por primera vez a la ex bailarina en ropas íntimas. Y el reproche que el puritano caballero se hacía no era por haberlas mirado aprovechando tal circunstancia, sino, sencillamente... porque Lizzy Seymur estaba muerta...
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