Manuel Vázquez Montalbán y el detective de ficción que creó, Pepe Carvalho, consiguieron poner Barcelona en el mapa negro y criminal del sur de Europa y contribuyeron notablemente al renacimiento del género en el continente.
En recuerdo del maestro y de su detective, cada año un autor o autora nacional o internacional recibe el Premio Pepe Carvalho. Claudia Piñeiro (2019), James Ellroy (2018), Dennis Lehane (2017), Donna Leon (2016), Alicia Giménez Bartlett (2015), Andrea Camilleri (2014), Maj Sjöwall (2013), Petros Márkaris (2012), Andreu Martín (2011), Ian Rankin (2010), Michael Connelly (2009), P. D. James (2008), Henning Mankell (2007) y Francisco González Ledesma (2006) han recibido en años anteriores el Premio Pepe Carvalho.
Este año, el jurado, formado por Carlos Zanón como presidente y Antonio Iturbe, Marta Sanz, Xon Pagès, Daniel Vázquez Sallés y Sergio Vila-Sanjuan como vocales, han otorgado por unanimidad el Premio Pepe Carvalho 2020 a Juan Madrid. Escritor, periodista y guionista de cine y televisión, ha publicado unos cuarenta libros entre novelas, recopilaciones de cuentos y novelas juveniles. Es el creador del personaje serial de Antonio Carpintero, más conocido como Toni Romano, un ex policía y boxeador reconvertido en investigador privado.
El jurado del Premio Pepe Carvalho ha destacado "el compromiso literario, político y ético de Juan Madrid, escritor [...] traducido a más de dieciséis lenguas. Un autor que utiliza el género negro como una herramienta para explicar qué ocurre en las calles de la ciudad, cómo se narran a sí mismos los personajes que viven en ellas. Su rabia, la esperanza, la buena o mala suerte, la injusticia, los códigos morales de vencedores y vencidos que Juan Madrid agita en sus novelas nos cuentan también la historia de nuestro día a día”.
Concediéndole el premio, el jurado del Pepe Carvalho reconoce a Juan Madrid como “uno de los fundadores de la novela negra española, que deslumbró a la escena del género desde principios de la década de los ochenta del siglo pasado. Con un estilo seco, de boxeador preciso y directo, atento al ritmo, al lenguaje de la calle, adapta camaleónicamente las características retóricas del hard-boiled norteamericano a las problemáticas específicas de nuestra historia. Rabia y honestidad, herramienta política y de denuncia, su literatura es altamente codificada, pero nunca rutinaria y sí expresiva y naturalista, deudora tanto de la imaginación de su autor como de las historias vividas que se convierten en potentes aventis literarios cuando las escribe”.
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