Paco Gómez Escribano
AVISO: Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.
Escritor: Sujeto que escribe una novela, la corrige y la envía a una editorial o a una agencia literaria. A menudo suele ser una persona sensible, no exenta de ego y algo contradictoria. Alguna vez fue primerizo, como todos. Cuando empieza a coleccionar cartas de rechazo, no entiende cómo ninguna editorial o agencia se queda con su novela, dada la calidad de la obra y las horas invertidas en la misma. Si logra publicar (por uno de estos milagros que a veces ocurren o porque a base de patearse el mundillo ha logrado por fin hacer contactos), debe encargarse, además, de la promoción de su novela. Para ello, debe estudiar márketing y debe hacerse experto en redes sociales.
Agente editorial: Figura profesional que actúa como intermediario entre el escritor y la editorial. Generalmente asesora al escritor sobre su obra, ejerciendo de lector cero e indicando al escritor lo que está bien, lo que se debe cambiar, etc. Suelen ser mujeres. Algunas llegan a ser incluso más poderosas que las editoriales. También suelen encargarse de conseguir traducciones. Hay escritores que optan por no tener agente debido a la costumbre de muchas agencias que optan por ignorar a escritor. Muchas de ellas comparten con muchos editores la muy extendida costumbre de no contestar correos electrónicos.
Corrector editorial: Figura obsoleta y actualmente extinguida.
Editor: Sujeto comúnmente huraño harto del ego de los escritores y obsesionado con hacer contactos con quien sea y para lo que sea. Odia recibir correos electrónicos de escritores y odia contestarlos en la misma medida que el escritor odia que no le contesten. No entiende muy bien las pocas ventas de la editorial, para lo cual siempre buscará escritores mediáticos que lleven gente a las presentaciones y que se relacionen bien con los medios especializados.
Crítico literario: Figura mediática al que todo el mundo odia en privado o en conspiraciones de sobremesa, pero al que todo el mundo alaba y pelotea en público para que reseñe tal o cual novela. Es un oficio en extinción que va siendo sustituido paulatinamente por bloggers y/o frikis.
Librero: Profesional que vende y asesora sobre novelas negras. Puede ser dueño del establecimiento o empleado de las librerías especializadas, que van desapareciendo poco a poco en favor de los departamentos de las grandes superficies cuyos dependientes bastante tienen con saber los títulos de cuatro best-sellers generalmente suecos. Hay libreros tradicionales que intentan vivir de las ventas y hay libreros mediáticos que agudizan el ingenio para obtener ingresos extras. Así, tenemos al librero conferenciante, al librero comisario de evento y al librero organizador de clubes de lectura o presentaciones multitudinarias. Pueden llegar a ser bastante poderosos, llegando incluso a decidir quién presenta en su librería y quién no o a imponer vetos bajo criterios estrictamente no literarios.
Lector: Rara avis en peligro de extinción que llega al género desde los más dispares puntos de vista dependientes estrictamente de su formación. Los hay que consideran el género negro literatura menor, pero lo leen a escondidas temerosos de que alguien les vea leer algo que no es Joyce o García Márquez. Otros se consideran expertos por haber leído tebeos de Los cinco y/o haber visto algunos episodios de Miss Marple. Desde este extremo es fácil la mutación a blogger y/o friki. Otros, sin embargo, albergan un conocimiento del género imposible de abarcar para el resto de los mortales. Son los verdaderamente entendidos.
Comisario de evento: Jefe y coordinador de un festival de novela negra. Puede ser solo esto. Pero suelen darse un par de mutaciones: a) comisario que da el paso y se hace escritor, animado por las circunstancias y por los contactos que ha ido adquiriendo a lo largo de la organización del evento; b) escritor que se convierte en comisario y por tanto empieza a hacer los contactos que le faltaban siendo solamente escritor.
Premio literario de género: No encuentro palabras.
Blogger: Figura emergente que adquiere su importancia con el desarrollo de Internet y sus herramientas. Generalmente adquiere relevancia a través de un blog que puede llegar a evolucionar a grupo de Facebook. Presume de leer más que nadie y hace reseñas más o menos interesadas. Intenta hablar como si fuera un crítico literario desde la libertad que ofrece el blog o la página de Facebook, pero le falta base y se le nota, aunque él crea que no. Sus objetivos van desde obtener libros gratis de las editoriales a invitaciones a eventos relacionados con el género. Disfrutan enormemente relacionándose con escritores y leyendo sus obras, aunque en el fondo no les gusten o sean incapaces de entenderlas. Lo importante es “hacer el contacto”. Muchos incluso terminan por obtener empleos remunerados tales como community managers o directores de comunicación.
Friki: Sujeto difícilmente clasificable, ya que en teoría no tiene nada que ofrecer, pero se las apaña para infiltrarse en el mundillo literario con cualquier excusa. Suelen aprovecharse de los egos de los escritores y normalmente se acercan a ellos alabándolos, en persona, a través de correos electrónicos o insistentes mensajes privados en Facebook o Twitter. Para ganarse al escritor no dudan incluso en acercarse a ellos a través de dádivas o regalos, intentando chantajear a su víctima por cualquier procedimiento. Son extremadamente susceptibles, ya que si el escritor los ignora u obvia sus requerimientos se enfadan y pueden optar por la violencia, generalmente verbal.
0 comentaris:
Publica un comentari a l'entrada