22 de desembre del 2015

Las mejores novelas negras de 2015

[Elemental, 22 de diciembre de 2015]

Juan Carlos Galindo


Una vez más reunimos a un variopinto plantel del mundo de lo negro y criminal para elegir las mejores novelas del año en el género. Quiero dar las gracias a todos los que han participado y alguna que no ha podido a pesar de todo. Es un privilegio poder cometer atracos tan desvergonzados y que las víctimas encima se muestren generosas.
Esta es una selección variopinta, extraña, divertida. Cada uno ha escogido lo que le ha parecido sin saber sobre qué escribían los demás. Por eso hay alguna repetición, pero también por eso hay rarezas, variedad y mucha honestidad. Hay thriller, hay obras de los dos lados del Atlántico, hay breves puñetazos y hay muchos buenos libros. Lean, polemicen, disfruten.

 

Carlos Zanón, escritor 

Gatas salvajes, Julián Ibáñez, Cuadernos del laberinto
 Es casi insultante la facilidad con la que Julián Ibáñez nos endosa regularmente directos a la nariz mientras castiga hígado y costados. Ibáñez y su personaje más fetiche, Bellón, nos entregan Gatas salvajes (Cuadernos del laberinto) en este 2015. Hay todo lo bueno delhardboiled que destila el maestro cántabro a que nos tiene acostumbrado, en ese mundo terco y definitivo que anida en pueblos al borde de carreteras secundarias y bares de alterne que desde su inauguración parecen haber vivido mejores épocas. Pero hace ya años que Julián Ibáñez ha recuperado el estado de gracia para que parezca que más que escribir se deslice por el hielo, con esa mano para describir ambientes y personajes –mi debilidad es cómo queman  los femeninos- y un tenerte cayendo por el agujero de la primera a la última página. Una vez más, Ibáñez gana por KO.

 

Santiago Álvarez, escritor y organizador de Valencia Negra 

Irène, Pierre Lemaitre (Alfaguara, traducción de Juan Carlos Durán) 

Esta novela posee dos hándicaps; por un lado, la pésima traducción del título original (Travail Soigné), detalle aparentemente menor, pero no tanto en este caso, y no digo más. Por otro, se trata de una novela publicada en Francia en 2006, que llegó este año a España a rebufo del éxito de Vestido de novia y Álex, por lo que el primer libro de esta trilogía llega el último, con el consecuente desajuste. En too caso, no es cosa irreparable. Por lo demás, Lemaitre nos cocina un sobrecogedor thriller policiaco, donde encontraremos el menú completo: maravillosos personajes, revolcones de la trama y, lo mejor de todo, una prosa de altura, con brillo de gran literatura en muchas de sus páginas. No me gustan los psicópatas, ni los asesinos en serie, pero Lemaitre me ha obligado a seguir sus pasos con pasión de la mano del comandante Camille, un singular agente del orden del cual ya no querremos separarnos.


Guillermo Altares, periodista 

La Banda De Los Sacco, Andrea Camilleri (Destino, traducción de Juan Carlos Gentile)
 Con 90 años, Andrea Camilleri es un escritor cada vez más creativo y sorprendente, pero también implacable en la visión de su Sicilia natal. Por un lado, sigue publicando las novelas del comisario Montalbano, irónicas, a veces tristes y descreídas, pero siempre luminosas porque resulta imposible no dejarse seducir por el ácido humor que despliega el novelista. Pero, además, también escribe de vez en cuando novelas sobre su tierra, casi siempre basadas en hechos históricos. Este año hemos tenido la suerte de contar con uno de estos libros, La Banda De Los Sacco (Destino), en el que relata la rebelión de una familia frente a la Mafia que desencadena una serie interminable de venganzas. Camilleri demuestra su oficio con un lenguaje directo en el que esta vez no se cuela la ironía, sólo la violencia de una tierra a la que le cuesta avanzar hacia el futuro.

Leer sin Prisa, blog

Subsuelo, Marcelo Luján (Salto de Página)
Si tengo que escoger una novela negra de 2015 lo tengo muy claro. De hecho, no lo tenía tan claro desde hace muchos años. Cuando a principios de febrero, recién llegada a las librerías, leí Subsuelo de Marcelo Luján me quedé profundamente impactada. Sabía ya en aquel entonces que sería una de mis novelas preferidas del año y una firme candidata para ganar el Premio Hammett de 2016. Combina los dos elementos principales de una buena novela: una trama impactante, original y atrayente, con una prosa digna de los grandes novelistas de nuestro tiempo. A pesar de tratar un tema durísimo, la relación enfermiza y tormentosa de dos hermanos condicionada por un accidente de tráfico que marcó sus vidas para siempre, la narrativa consigue que sea una verdadera delicia el recorrer sus páginas. Luján no permite que te distraigas y que te pierdas ninguno de los momentos clave de la historia: juega con la anticipación, logrando que a medida que te acercas a alguno de los momentos cruciales palpes la tensión. Consigue al equivalente a los cambios en la banda sonora de una película de terror: que sientas el miedo antes incluso de saber qué está sucediendo. Subsuelo es una de esas novelas que requiere un cierto esfuerzo por parte del lector, pero un esfuerzo que será recompensado con creces logrando que meses después aún recuerdes la novela cuando ves una piscina.

 

 

Abrir un libro, blog

Tus magníficos ojos vengativos cuando todo ha pasado, Juan Ramón Biedma (Lengua de trapo)
“[...] los blancos dedos del fantasma posados en tus hombros/ y luego, el duelo solitario en el valle,/ las rotas espadas, el ahogado grito, la sangre,/ tus magníficos ojos vengativos cuando todo ha pasado”. Una novela de enigma que exuda maldad hasta el mismísimo final, ganadora del Premio Valencia de Novela Negra en su segunda edición y que toma como título unos versos de Oscar Wilde. Ambientada en el Londres sórdido y sucio de 1891, se sucederán los secuestros de unas niñas vinculadas con las altas esferas. Cox, un antiguo profesor que ahora revienta tumbas para subsistir, recibirá el encargo acuciante de encontrar a una de las niñas, nieta del lord Canciller. Así se inicia una vibrante carrera donde se recreará el Londres más brumoso y victoriano: aquel donde la perversidad se moverá impune entre la niebla densa de los callejones de Limehouse, en el Jardín Zoológico de Aclimatación Hagenbeck, la prisión infantil de Newgate, o el cementerio Highgate... Pero para redondear una recreación espléndida, harán su aparición estelar -como no podía ser de otra manera-, James Moriarty -el villano favorito del autor de esta novela, Juan Ramón Biedma-, y Sherlock Holmes. Los dos, protagonizarán uno de los mejores cara a cara de la historia moderna de los pastiches del investigador del razonamiento deductivo por excelencia. Un argumento y trama soberbios, escrito con ingenio y temperamento por el experto Biedma.

 

 

Paco Camarasa, librero, comisario de BCNegra

 Linda, como el asesinato de Linda, Leif G.W. Persson,  (Grijalbo, traducción de Carmen Montes)
El asesinato de una aspirante a policía en una pequeña y tranquila ciudad del sur de Suecia: Vaxjo. Hasta allí llega, para reforzar a la policía local, desde Estocolmo, un equipo comandado por Evert Backström, un policía marrullero y todo lo contrario de lo políticamente correcto. La investigación es lenta lo que permite a Persson meter el bisturí y sacar a flote las miserias de una sociedad. Una novela aparentemente lenta, pero en que ninguna página tiene desperdicio. Persson cultiva la sencillez brillante de los grandes escritores.

Miguel Fuentes, librero de Cosecha Roja (Valencia)

 Crímenes apropiados, Fabio Nahuel Lezcano ( JPM Ediciones)
Una mirada auténtica a la realidad argentina del último medio siglo. Una novela negra muy política magistralmente escrita y documentada. A Nahuel Lezcano bien se le podría considerar el alumno aventajado del gran Rodolfo Walsh. 

 

Carlos Salem, escritor  

Tus magníficos ojos vengativos cuando todo ha pasado, Juan Ramón Biedma (Lengua de trapo) 
Voy a optar por el libro que más me ha sorprendido (gratamente,desde luego. No pierdo mi tiempo ni el ajeno en hablar de lo que me decepciona). Me refiero a lo último de Juan Ramón Biedma, Tus magníficos ojos vengativos cuando todo ha pasado, en la que retuerce el mito de Sherlock Holmes más allá de lo previsible, y hace de Moriarty un Prometeo desalmado y al  mismo tiempo muy humano. No es la novela típica de Holmes, sino un fresco de la maldad humana en un Londres tan gótico como solo Biedma puede pintarlo.

Rosa Ribas, escritora

Marley ha muerto, Carlos Zanón (Serie Negra, RBA)
Página a página, la ciudad que la añoranza y la distancia habían transfigurado, iluminado, limpiado, se volvió oscura, sucia, tal vez real. Ese es uno de los efectos tras cerrar el libro de relatos Marley estaba muerto de Carlos Zanón, para mí una de las lecturas negras mejores de este año. Aunque muchos digan que no es género negro. Incluso el propio autor lo niega, pero ya sabemos que los escritores en muchas ocasiones no tienen ni idea de lo que están haciendo. Por suerte, estamos los lectores para hacérselo entender. Esto es negro, muy negro.

 

Carlos Basas, escritor, organizador de Pamplona Negra

Las flores no sangran, Alexis Ravelo (Al Revés)
¿Por qué Ravelo? Porque, libro a libro, demuestra que Literatura —buena literatura, con mayúscula— y género, y novela negra, no son en absoluto incompatibles. Porque trasciende los bordes, límites, corsés, fronteras tradicionales del género sin que dejen de ser reconocibles, creando nuevos países. Porque sus personajes son tipos que uno puede toparse en la esquina, porque sus mundos son reales, cercanos, reconocibles. Duros y terribles, pero no exentos de humor. Porque su forma de contar es única, personal, reconocible, maravillosa. Porque uno se identifica con sus tipos humanos, se mancha con ellos, y les desea lo mejor, y lo peor. Porque sus historias son puñetazos de realidad; por su crítica, por su forma de mirar lo que le rodea. Porque, en el fondo de sus letras no solo descubro a grandes de la Literatura negra que viajan con él —Thompson, Manchete, Sciascia, Madrid, Ledesma, Ibáñez, Martín...—, sino a otros grandes como Kurt Vonnegut. "Haz que tu personaje quiera algo y después sé sádico con él", decía Vonnegut. Ese es Alexis Ravelo.


Alexis Ravelo, escritor 

Subsuelo, Marcelo Luján (Salto de Página)
Qué injusto tener que elegir una (y solo una) novela negra de entre tantas publicadas en el año. La memoria o el humor suele traicionarnos a la hora de hacerlo. A lo que hay que añadir que a veces no nos da tiempo de estar al día. Ejemplo: solo este año pude leer Los escupitajos de las cucarachas, la magnífica novela con la que Andreu Martín vuelve a demostrar que por algo los más jóvenes lo llamamos maestro, aunque a él le joda, y Te quiero porque me das de comer, de David Llorente, cuya lectura postergué por motivos que me avergüenzan. He intentado hacerle justicia recomendándola cada vez que he tenido ocasión. Lo he hecho hasta el hartazgo. Y me he dejado atrás cosas divertidísimas, comoEn el cielo no hay cerveza, de Carlos Salem, El diablo en cada esquina, de Jordi Ledesma, A tumba abierta, de Raúl Argemí, La mujer de gris, de Anna María Villalonga o Siempre pagan los mismos, de Carlos Bassas. Y aun cosas interesantísimas, en editoriales mínimas, como Orán ya no te quiere, de Carlos Erice Azanza y Malas artes, de Albert Gassull. A todo esto, en otoño han aparecido nuevas entregas de Susana Hernández (Cuentas pendientes) o mi paisano José Luis Correa (Mientras seamos jóvenes) que aún no he podido leer. Ahora bien, si debo quedarme con una, solo con una, lo hago con una novela que también he recomendado ya hasta la saciedad, incluso aquí mismo: la breve, inteligente y opresiva Subsuelo, de Marcelo Luján, en la que no hay policías o delincuentes profesionales, pero que es un inquietante espejo en el que mirarnos como individuos y como miembros de una sociedad.

 

Laura Muñoz, fotógrafa y periodista

¿Qué ocurre tras un experimento quirúrgico entre A y B? ¿Qué si A es un hombre y B una mujer? ¿Qué si hablamos de transplantar el corazón de A en el cuerpo de B y al revés? Pasa que las visceras pelean por huir de la reprensión burguesa en cuerpo ajeno. Deciden sentir con todo e intercambian el concepto de lujuria, goce, el castigo de sentir o no, el bien y el mal. En esta novela epistolar, lo hacen. A través de la confesión, el debate y la pelea. Y el libro muta en la pared contra la que se espetan conciencia y malos sueños. Los celos. Un amor lleno de arañazos: que se desenfrena y vicia y se vuelve obsceno. Así es Amor invertido. Y así lo cuenta el tándem Lao-Saccomanno.


Y de regalo, una recomendación de Marcelo Luján para el año que entra.New Pompey, de Horacio Convertini. La novela llega a España en febrero (edita Extremo Negro) pero en Argentina, Venezuela y México ya ha sido publicada en años anteriores.
Comienza así:
 
Acaba de morir mi madre. Acabo de separarme. Acabo de renacer entre los restos de una vida destrozada y no hay nada bueno en eso. La casa está a oscuras. La única luz proviene de los tubos al rojo de un calefactor eléctrico que no calienta una mierda. El frío es mas que una sensación física. Arrastra recuerdos. Mi madre vivió acá, sola, los últimos diez años de su vida. Los inviernos debieron haberle resultado terribles. No prendía las estufas de gas porque tenía miedo de morir asfixiada por una perdida. Se las arreglaba con este aparato inservible, un montón de polóveres superpuestos y las lámparas de la casa prendidas a full, porque ella creía que la luz entibiaba el aire.



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