La biblioteca La Bòbila se convirtió en un sobrecogedor escenario de novela negra al atardecer del viernes 30 de octubre, víspera de Halloween. Félix Pons puso la voz y Jordi Busquets, la música, en la inquietante puesta en escena de Los crímenes del opio, ganadora del IX Premio L’H Confidencial 2015, de Daniel Santiño. El espectáculo nos llevó a acompañar al sargento de los Mossos d’Esquadra, Victor Santino, y a su equipo, en la investigación para introducirse en la mente de un asesino en serie muy peligroso, paso previo a su acorralamiento y detención. Finalmente, todos los presentes respiramos tranquilos, se resolvió el caso –no sin pagar un alto precio- y la sombra del criminal se difuminó en el escenario.
Tras cinco minutos de descanso para reponer fuerzas y cambiar impresiones, la velada negra continúo con una sugestiva mesa redonda sobre “La construcció de l’heroi policial en l’imaginari literari del gènere negre: passat i present”. Participaron Toni Hill, autor de la trilogía protagonizada por el inspector de origen argentino, Héctor Salgado, iniciada con El verano de los juguetes muertos; Josep Camps, creador del policía ex toxicómano, Tiki Mercado, y autor de Melodía quebrada; el propio Daniel Santiño, policía de profesión y autor de Los crímenes del opio, su primera novela; y Víctor del Árbol, ganador del Grand Prix de Littérature Policière 2015 en su categoría internacional, con su última novela, Un millón de gotas. Moderó Miguel Ángel Díaz, de la librería SomNegra.
¿Y por dónde pasa la construcción del héroe policial en la novela negra? En los albores del género, el investigador por antonomasia acostumbraba a ser el detective y no el policía. “En el caso de la novela negra americana –opina Toni Hill– esto se debe a la corrupción sistémica de la policía y, en lo que respecta a nuestro país, a la identificación del cuerpo de policía con el servicio al régimen dictatorial”. Con la llegada de la democracia “el papel del policía se normaliza –aprecia Víctor del Árbol– y la mujer también se incorpora a las novelas. Hay que recordar que, hasta finales de los años ochenta, no había mujeres en la policía”.
Lo cierto es que quien investiga aquí y ahora los crímenes es la policía, que “cuenta con bases de datos que no tiene un detective”, explicaDaniel Santiño. Para Josep Camps “nos estamos alejando de prototipos como los representados por Agatha Christie y Arthur Conan Doyle” porque “queremos dar un enfoque más realista al investigador –añade Hill-, pero el enfoque mítico también funciona”. De todas formas, del Árbol subraya que el protagonista policía gusta porque lo vemos como un tipo cotidiano. A mí me interesan los conflictos del personaje, cómo los problemas privados del policía -hombre o mujer- influyen en su trabajo”.
Durante la animada charla, se apuntaron las diferencias entre la novela negra –que profundiza en la contradicción humana y hace una radiografía de su tiempo- y la novela policíaca –más de procedimiento e investigación policial-. Josep Camps considera que “hay novelas que mezclan los dos patrones”, mientras Víctor del Árbol argumenta que la novela policíaca “cae en el cliché cuando al final triunfa la justicia, pues la realidad es contradictoria”. Y sobre el/la policía protagonista, el autor reivindica su evolución de lo políticamente correcto con debilidades aceptadas (divorciado, pasado traumático vinculado a drogas o alcohol) al personaje que sacude los cimientos de la sociedad, como sería el caso de un policía homosexual o votante de extrema derecha. Aunque, en muchas ocasiones, el peso de la novela no recae solamente en el policía protagonista. Ese peso lo comparte con el resto de los personajes, como defiende Toni Hill, porque “yo quiero que todos hablen de cómo les afectan los hechos”.
En resumen: una tarde negra muy completa, amenizada con la escenificación de la excelente novela Los crímenes del opio, y con una animada mesa redonda alrededor de la figura del héroe policial. En una cosa sí estuvimos todos de acuerdo: la evolución del género negro, de sus escenarios y de sus protagonistas pasa por la imaginación.
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