La Bòbila del bolsilibro

[Lem Ryan, 9 de octubre de 2015]

En el marco referencial que para la literatura policial es la Biblioteca La Bòbila de L'Hospitalet de Llobregat (poseedora del fondo bibliográfico más importante de España en este género) se ha abierto también paso desde hace unos años el fenómeno del bolsilibro. Gracias a su director, Jordi Canal, luchador incansable en la reivindicación del género, y, sobre todo, a Frank Caudett, donador de una inmensa colección que creo recordar bordea ya los 3000 títulos, ahora esta pequeña biblioteca situada en pleno centro  de la segunda localidad más poblada de Catalunya es la depositaria para la historia de una parte muy importante de nuestra cultura popular más reciente. En sus anaqueles se codean nombres como Curtis Garland, Ralph Barby, Clark Carrados y el mismo Caudett junto a los de Proust, Hemingway y hasta Shakespeare, ahí es nada. Decir el orgullo que me merece ver también mi nombre de guerra allí es algo que no se puede explicar.

Ayer tuve además el placer de asistir al que espero sea tan sólo el primer evento relacionado con los bolsilibros que allí tenga lugar, y además con la mejor representación que pudiera imaginarse: empezando por el maestro Caudett, fuente inagotable de experiencias que embelesa a cuantos le escuchan (y en eso su oratoria no tiene nada que envidiar a su escritura), y culminando con el estudioso Guillermo Román, el escritor Alberto Valle (que con su pseudónimo Pascual Ulpiano ha publicado con Editorial Base la novela Palop juega sucio, heredera directa del pulp patrio según él mismo confiesa) y el propio Jordi Canal como moderador. Fue una mesa redonda en la que se habló del pasado, del presente y del futuro del bolsilibro; dos horas de anécdotas, risas y alguna que otra mención a servidor que no pudo evitar participar aunque estuviese al otro lado de la mesa. Horas que pasaron volando y que, como es habitual, terminaron prolongándose en ambientes menos académicos y más lúdicos, con cervezas de por medio.

Será sólo el primero, ya digo, porque se están preparando más cosas. Atentos a sus pantallas.