12 de novembre del 2014

Nacho Cabana: "La burocracia no es narrativamente interesante, siempre preferiré un tiroteo a un atestado"

[Best Seller Español, 11 de noviembre de 2014]

David Yagüe


Nacho Cabana, flamante ganador del premio de novela negra L´H Confidencial como La chica que llevaba una pistola en el tanga (Roca Editorial, 2014) ha venido al género negro para quedarse. Es una estupenda noticia. Conocí a este guionista y escritor en la pasada edición de la Semana Negra de Gijón y charlar con él, caña y sidra mediante, me empujó a leer (y reseñar) la novela e pensar en hacer esta entrevista que ahora os traigo. Un autor que supone un soplo aire, diferente, fresco, en el ya muy rico género negro nacional...

Te escuché decir una vez que esta novela empezó con una pistola apuntándote… 

Sí. Fue una noche a eso de las doce y media de la madrugada en la Colonia Condesa del Distrito Federal. Mi mujer y yo regresábamos de algo tan “normal” como un cine y dos cañas cuando a escasos dos metros del portal de casa aparece un tipo de detrás de un árbol “cargando cartucho” y obligándonos a darle todo lo que llevábamos. En ese momento pensé: en esta ciudad hay una historia negra.

Una de las cosas que me sorprendieron al leer La chica que llevaba una pistola en el tanga es que los protagonistas de tu novela parecen acercarse más a la novela negra norteamericana que a los clásicos del género en España. Hay más personajes extremos, de acción, que cercanos a la burocracia… 

Es que creo que la burocracia no es narrativamente interesante. Claro que en la vida real dos personajes como Violeta y Carlos estarían ya fuera del Cuerpo Nacional de Policía pero siempre preferiré un tiroteo a un atestado. Por eso detesto The Wire y amo The shield

De tus dos policías, Violeta y Carlos, que antes decía que no son los típicos burócratas y sus vidas privadas también dan mucho juego. ¿Cómo fue la construcción de esos dos personajes? ¿Qué tenías en mente? 

Me gusta darle la vuelta a los roles tradicionales. Hacer lo contrario que el espectador espera encontrar. Violeta es una mujer policía de cuarenta años. Es decir, que ha estudiado y trabajado siempre en democracia. Pero se comporta como un policía hombre preconstitucional, de los que opinan que los derechos de los detenidos son opinables. 
En contraste, Carlos es un tipo respetuoso con su entorno y hasta algo cobarde en asuntos amorosos. Creo que del contraste entre ambos nace la química que tienen. Carlos no se atreve a romper con su chica de toda la vida y Violeta limita sus aproximaciones al sexo al interior de un club swinger.  

Dan ganas de saber más de ellos, ¿tendrán más casos en el futuro? 

Claro. De hecho estoy ya trabajando en la secuela. 

En la novela, del mismo modo, hay una parte muy mexicana y en ella has cuidado mucho lo formal, el lenguaje, la forma de hablar, lo que da más sensación de ser dos historias en una… 

Odio las novelas en las que aparecen personajes de países latinoamericanos ¡y hablan como si fueran de Usera! A poco que viajes, a poco que te documentes sabes que el español es un idioma tan rico precisamente por la cantidad de formas de español que hay. Un personaje mexicano no puede decir “móvil”. 

Corrígeme si me equivoco, pero la trama de la historia es una llamada de atención al lector: esas tragedias que se esconden tras noticias que apenas podrían ocupar un breve en un periódico. Los dramas cotidianos que, tirando del hilo, pueden ocultar asuntos mucho más serios… 

Amo las historias que empiezan en un punto y acaban en otro que nada tiene que ver. Por eso empieza con un delito que, lamentablemente, no nos sorprende nada que pueda ocurrir en Madrid y a partir de ahí vemos las bifurcaciones que tiene en México y los países del Este. 
Pero nada más lejos de mi intención que meter una moraleja social en mi texto. Siempre estaré más cerca de Tarantino que de Paul Laverty.  

A pesar de que no es tu primera novela, tu labor como escritor se ha centrado en el mundo audiovisual, ¿por qué has vuelto a dar este salto?
Porque la novela negra es el medio perfecto para contar lo que quiero contar sin tener que preocuparme de productores, audiencia, medios técnicos, presupuesto etc. En una novela puedes mandar a los personajes a Australia a reventar la Ópera de Sidney y no pasa nada. En una peli o serie es algo que ni te planteas porque no lo puedes pagar. 


En la Semana Negra de Gijón, me hablaste de la Generación claqueta, si no recuerdo mal,… 

No, escaleta. Me refiero a que somos muchos los guionistas que, en paralelo con nuestra actividad profesional, estamos escribiendo novelas no necesariamente negras. Jorge Díaz, Virginia Yagüe, Ángeles Armero, Nacho Faerna, Miguel Sáez Carral…


¿Por qué crees que se está produciendo este fenómeno? 
La bajada de ingresos publicitarios junto con la demoledora labor de algunos ejecutivos han hecho que las series españolas sean más conservadoras que nunca tanto en temas como en la forma de contarlos. Justo cuando los espectadores tienen a su alcance la nueva edad de oro de la ficción estadounidense, en España las cadenas siguen pensando en un espectador cada vez más envejecido y cada vez menos exigente. Hay, afortunadamente, grandes excepciones, claro. Pero lo lógico sería que ahora en España se produjeran series más en la línea de The leftovers o Masters of sex, por ejemplo. Pero se siguen haciendo dramedias con niños en pijama saltando por encima del sofá. Por eso los guionistas hemos empezado a migrar a la novela para poder desarrollar la narrativa y los temas que nos apasionan. Y poder disparar a infantes saltarines.

¿Qué diferencias encuentras a la hora de escribir un guión o una novela? 
Es más fácil escribir una novela. Si un personaje está triste te basta con decirlo. No tienes que crear una situación en la que el espectador concluya que está triste sin que se note y que además encaje en la estructura dramática global. 

¿Cómo se autodefiniría Nacho Cabana como escritor? 
Como un narconarrador. 

¿Cómo se siente ser ganador del premio L´H Confidencial? ¿te dan ganas de quedarte en el género? 
El premio supuso la entrada por la puerta grande a un campo nuevo para mí. Y que te publique Roca Editorial ha significado  una excelente distribución en librerías. Y además las fiestas literarias son fantásticas. Sí, me quedo en la novela negra. 

¿Puedes recomendarnos dos novelas policiacas, una internacional y otra nacional? 
El poder del perro (Roja y Negra, 2010), de Don Winslow. 
La trilogía de Toni Hill: El verano de los juguetes muertos (DeBolsillo, 2011), Los buenos suicidas (DeBolsillo, 2012) y la de inminente aparición Los amantes de Hiroshima (DeBolsillo, 2014). Y hablando de este autor, también recomendar la antología Todos son sospechosos (Pan de Letras, 2014), donde también participo con un cuento que es un spin-off  de la novela y se llama Los cazadores de medusas. Además de nosotros dos, participan también Nieves Abarca, Xavi Borrell, Paco Gómez Escribano y otros muchos.



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