Laura Baeza
Igual que el juego de la matrioska, en el que una gran muñeca contiene múltiples de éstas, Un millón de gotas (Editorial Destino) esconde en sus páginas diversas tramas. El libro a priori parece un thriller, con sus dosis de acción, investigación, drama… pero conforme este avanza también revela fuertes tintes de novela histórica.
Gonzalo Gil es un joven abogado que lleva una vida que le ha sido impuesta. Una rutina basada en apariencias, sosa y apacible para un tipo gris. Esta vida tranquila se ve truncada cuando se entera del suicidio de su hermana Laura, a quien relacionan con el macabro asesinato de un mafioso ruso. A partir de ahí, Gonzalo se ve envuelto en una búsqueda que le lleva a indagar qué le ocurrió en realidad a su hermana, al tiempo que se ve en medio de una guerra con raíces muy antiguas. Todo ello mientras paralelamente se cuentan las vivencias del padre de Gonzalo, testigo y protagonista de los horrores de la humanidad del pasado siglo.
Así, en su última novela, Víctor del Árbol se sirve del flashback para narrar los pasos que en el presente –situado en el 2002- va dando Gonzalo y los demás personajes que le acompañan en el desentierro de ese pasado no tan muerto, a la vez que cuenta la historia de su padre, Elías Gil, con quién el lector vive momentos históricos del siglo XX como las purgas de la URSS, la Guerra Civil española o la II Guerra Mundial. Dos historias que parecen paralelas, pero que terminan cruzándose para mostrarse como una misma. Dos planos temporales expuestos con equilibrio, no solo en la cantidad de cada uno si no también en la capacidad de atrapar la atención y el interés del lector en ambos momentos.
Con todo, el autor hilvana una gran historia, contundente y emotiva protagonizada por unos personajes difíciles de olvidar. Y es que si algo da vida a esta historia son los personajes que la crean. Todos exquisitamente perfilados, hasta los que creemos más secundarios, con matices y volumen, poliédricos y complejos. Todos relacionados entre sí, como si vivieran en un tablero de ajedrez en el que cada uno tiene un papel en esa partida creada a partir de traiciones, venganza, supervivencia, lealtad, idealismos… Unos protagonistas que no son ni del todo buenos, ni del todo malos, que muchas veces depende del momento y las circunstancias, así como de la perspectiva desde la que se observe.
Un millón de gotas es también una historia de fatalismo, donde rivalidades y odios que sobreviven a sus protagonistas alcanzan a generaciones venideras sin que estas puedan hacer nada para escapar a su destino. Una historia además con la que el autor barcelonés presenta una radiografía del pesimismo, en la que pocos se mantienen fieles a sí mismos y en la que muchos acaban corruptos. Víctor del Árbol construye una trama compleja y bien calibrada que avanza de forma natural, una pieza lleva a la otra como cuando caen las fichas de dominó.
El resultado final es una historia con mayúsculas en la que nada está insertado de forma forzada. Ahora bien, quizá la historia podría haberse contado con unas cuantas páginas menos, aunque el autor nos mantiene atentos durante toda la lectura. En cualquier caso, Un millón de gotas es un libro intenso, en ocasiones duro, que remueve conciencias y memoria histórica. Un libro ameno que hay que leer con otro objetivo más allá del puro entretenimiento.
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Un millón de gotas / Victor del Árbol / Editorial Destino / 1ª edición, 2014 / 700 páginas / ISBN 9788423348138
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