Entrevista con Qiu Xiaolong en la Semana Negra de Gijón
Martes 8 de julio de 2014. Semana Negra. Gijón
Javi Álvarez
La Semana Negra nos trajo este año al escritor chino afincado en San Luis (EE.UU.) Qiu Xiaolong, autor de la saga de novelas del inspector Chen Cao. Tuve la oportunidad de charlar con él para hablar de literatura, filosofía, Oriente, Occidente…
Javi Álvarez: ¿El hecho de que su personaje Chen Cao además de policía sea poeta no es una forma de preservarlo y colocarlo sobre una atalaya para, en cierta forma, poder usarlo como una vara con la que medir la sociedad china?
Qiu Xiaolong: Efectivamente, yo quería, que además del punto de vista de un policía, Chen Cao pudiese analizar las situaciones en las que se ve envuelto desde la perspectiva de un poeta. Son miradas completamente diferentes pero complementarias. Como policía su deber es juzgar los hechos, ver la perspectiva legal de qué está bien, qué está mal e intentar resolver esos misterios; pero como poeta puede juzgarlos a otro nivel, digamos que desde un punto de vista de justicia poética. No se trata solo de condenar a un asesino porque ha matado a alguien, sino de intentar entender las circunstancias sociales y culturales, el cómo y el por qué, averiguar los motivos que le han llevado a cometer el crimen. Son puntos de vista contradictorios que a veces no coinciden bien, pero me gustaba que alternasen y diesen una visión más compleja.
El poeta romántico inglés Percy Shelley dijo una vez en una de sus obras que el poeta debería ser el juez más alto de la realidad. Es un sueño, un ideal romántico, que funciona muy mal en la realidad, pero me gusta la idea de que el poeta debería ser el que trasladase su visión de las cosas.
JA: En sus novelas las mujeres participan pero no están nunca en un primer plano. ¿Sería posible en la China actual que el inspector Chen fuera una mujer?
QX: Es una idea muy interesante. Mi personaje favorito de toda la serie de novelas es Peiquin, la mujer del inspector Yu. Siempre intento que por lo menos uno o dos capítulos de la novela sean contados desde su punto vista. Ella no es policía, pero está muy metida en las investigaciones, ayuda a su marido Yu y también al inspector Chen. Tiene uno de los papeles más importantes de la serie. Quizás podría ser una buena idea que una de las próximas novelas la escribiese enteramente desde su punto de vista, que ella diera su perspectiva, porque realmente me interesa. Lo ideal sería un relato corto contado por completo desde su perspectiva. Hasta ahora es cierto que las mujeres, incluido ella que es la más destacada, han tenido un papel muy secundario. Sería distinta una novela policial contada desde el punto de vista de una mujer china normal, que no esté dentro de las fuerzas del orden, en vez de ser siempre los maridos los que lleven el papel protagonista.
Javi Álvarez: ¿El hecho de que su personaje Chen Cao además de policía sea poeta no es una forma de preservarlo y colocarlo sobre una atalaya para, en cierta forma, poder usarlo como una vara con la que medir la sociedad china?
Qiu Xiaolong: Efectivamente, yo quería, que además del punto de vista de un policía, Chen Cao pudiese analizar las situaciones en las que se ve envuelto desde la perspectiva de un poeta. Son miradas completamente diferentes pero complementarias. Como policía su deber es juzgar los hechos, ver la perspectiva legal de qué está bien, qué está mal e intentar resolver esos misterios; pero como poeta puede juzgarlos a otro nivel, digamos que desde un punto de vista de justicia poética. No se trata solo de condenar a un asesino porque ha matado a alguien, sino de intentar entender las circunstancias sociales y culturales, el cómo y el por qué, averiguar los motivos que le han llevado a cometer el crimen. Son puntos de vista contradictorios que a veces no coinciden bien, pero me gustaba que alternasen y diesen una visión más compleja.
El poeta romántico inglés Percy Shelley dijo una vez en una de sus obras que el poeta debería ser el juez más alto de la realidad. Es un sueño, un ideal romántico, que funciona muy mal en la realidad, pero me gusta la idea de que el poeta debería ser el que trasladase su visión de las cosas.
JA: En sus novelas las mujeres participan pero no están nunca en un primer plano. ¿Sería posible en la China actual que el inspector Chen fuera una mujer?
QX: Es una idea muy interesante. Mi personaje favorito de toda la serie de novelas es Peiquin, la mujer del inspector Yu. Siempre intento que por lo menos uno o dos capítulos de la novela sean contados desde su punto vista. Ella no es policía, pero está muy metida en las investigaciones, ayuda a su marido Yu y también al inspector Chen. Tiene uno de los papeles más importantes de la serie. Quizás podría ser una buena idea que una de las próximas novelas la escribiese enteramente desde su punto de vista, que ella diera su perspectiva, porque realmente me interesa. Lo ideal sería un relato corto contado por completo desde su perspectiva. Hasta ahora es cierto que las mujeres, incluido ella que es la más destacada, han tenido un papel muy secundario. Sería distinta una novela policial contada desde el punto de vista de una mujer china normal, que no esté dentro de las fuerzas del orden, en vez de ser siempre los maridos los que lleven el papel protagonista.
JA: Hay muchos detectives a los que les gusta la gastronomía. La mayoría, aparte de comer, cocinan. ¿Sería posible en algún momento que Chen cocinase o es algo totalmente imposible?
QX: Yo cocino, además me gusta mucho hacerlo. Es cierto que en algún capítulo el detective Chen cocina un poco, pero no es para nada como Pepe Carvalho, el personaje de Vázquez Montalbán, donde esta característica sí forma parte integral. De momento se le ve sobre todo comiendo en restaurantes tradicionales. Quizá debería hacer que cocinase más. Supongo que esto tiene que ver conmigo mismo. En Estados Unidos suelo cocinar a menudo, pero cuando estoy de visita en Shangái no tengo tiempo para hacerlo, estoy siempre de un lado para otro, así que como fuera. Quizás eso se filtre subconscientemente en el personaje.
JA: Chen se define porque es poeta, miembro del partido y le gusta la gastronomía. ¿De dónde le vienen estas características al personaje?
QX: El hecho de que sea un gourmet está relacionado con un amigo mío, que es también miembro del partido, periodista y escritor, al que le gusta mucho comer. Él intenta compensar lo que no le gusta de su vida y de su trabajo con la gastronomía. No tuvo la posibilidad de elegir, las circunstancias políticas le obligaron a trabajar para el partido y busca el equilibrio personal a través de la comida.
Chen es poeta como yo. Soy poeta, escribo poesía, aparte de la que aparece publicada en las novelas. Además siempre me pareció una buena idea que el inspector dedicase parte de su tiempo a esta ocupación. En las novelas clásicas chinas hay poesía: al principio de cada capítulo e incluso al final hay una cita de un poema clásico, también se incluyen versos para marcar el ritmo. El hecho de ser un escritor chino y tener un personaje chino me permite mezclar esta estructura poética también en mis novelas.
JA: Si usted tuviese un personaje que fuese occidental y sus tramas se desarrollasen en occidente, ¿qué otras características le definirían?
QX: La verdad es que no lo sé. Puede que si el protagonista fuese occidental ni siquiera fuese poeta. Aunque hay personajes occidentales como el detective Dalgliesh escrito por la británica P. D. James que además de detective también es poeta. Se refiere a ello en las novelas pero nunca, a diferencia de las mías, aparece publicado ninguno de sus poemas. Como mucho dice que ha sacado una nueva antología, pero nunca vemos escrito nada de sus poemas.
JA: ¿Entiendo que no se ha planteado una novela en Occidente con un protagonista occidental?
QX: A pesar de que llevo más de veinte años viviendo en los Estados Unidos, no considero que conozca lo suficiente como para escribir un libro ambientado en Occidente y con protagonistas occidentales. Es cierto que en uno de los libros de la serie, el inspector Chen tiene que viajar a Estados Unidos y la mitad del libro está ambientado en Shangái y la otra mitad en Estados Unidos, pero es un protagonista chino el que da su punto de vista sobre lo que ve allí.
QX: Yo cocino, además me gusta mucho hacerlo. Es cierto que en algún capítulo el detective Chen cocina un poco, pero no es para nada como Pepe Carvalho, el personaje de Vázquez Montalbán, donde esta característica sí forma parte integral. De momento se le ve sobre todo comiendo en restaurantes tradicionales. Quizá debería hacer que cocinase más. Supongo que esto tiene que ver conmigo mismo. En Estados Unidos suelo cocinar a menudo, pero cuando estoy de visita en Shangái no tengo tiempo para hacerlo, estoy siempre de un lado para otro, así que como fuera. Quizás eso se filtre subconscientemente en el personaje.
JA: Chen se define porque es poeta, miembro del partido y le gusta la gastronomía. ¿De dónde le vienen estas características al personaje?
QX: El hecho de que sea un gourmet está relacionado con un amigo mío, que es también miembro del partido, periodista y escritor, al que le gusta mucho comer. Él intenta compensar lo que no le gusta de su vida y de su trabajo con la gastronomía. No tuvo la posibilidad de elegir, las circunstancias políticas le obligaron a trabajar para el partido y busca el equilibrio personal a través de la comida.
Chen es poeta como yo. Soy poeta, escribo poesía, aparte de la que aparece publicada en las novelas. Además siempre me pareció una buena idea que el inspector dedicase parte de su tiempo a esta ocupación. En las novelas clásicas chinas hay poesía: al principio de cada capítulo e incluso al final hay una cita de un poema clásico, también se incluyen versos para marcar el ritmo. El hecho de ser un escritor chino y tener un personaje chino me permite mezclar esta estructura poética también en mis novelas.
JA: Si usted tuviese un personaje que fuese occidental y sus tramas se desarrollasen en occidente, ¿qué otras características le definirían?
QX: La verdad es que no lo sé. Puede que si el protagonista fuese occidental ni siquiera fuese poeta. Aunque hay personajes occidentales como el detective Dalgliesh escrito por la británica P. D. James que además de detective también es poeta. Se refiere a ello en las novelas pero nunca, a diferencia de las mías, aparece publicado ninguno de sus poemas. Como mucho dice que ha sacado una nueva antología, pero nunca vemos escrito nada de sus poemas.
JA: ¿Entiendo que no se ha planteado una novela en Occidente con un protagonista occidental?
QX: A pesar de que llevo más de veinte años viviendo en los Estados Unidos, no considero que conozca lo suficiente como para escribir un libro ambientado en Occidente y con protagonistas occidentales. Es cierto que en uno de los libros de la serie, el inspector Chen tiene que viajar a Estados Unidos y la mitad del libro está ambientado en Shangái y la otra mitad en Estados Unidos, pero es un protagonista chino el que da su punto de vista sobre lo que ve allí.
JA: Hablando de la mezcla de culturas y sociedades, ¿qué valor de la cultura asiática se llevaría a Occidente y cuál de Occidente a China?
QX: Es una pregunta complicada, sobre todo porque China está cambiando a tal velocidad que en algunos aspectos es más occidental y más capitalista que muchos otros países occidentales. Por ejemplo, estuve de visita el año pasado en Shangái y observé mayor culto por las marcas comerciales de lujo que en San Luis, donde resido actualmente y apenas hay tiendas de este tipo. Si ahora tuviera que elegir una característica asiática sería alguna de las de mi personaje Chen Cao, como la pasión por la poesía clásica que es algo muy típico de la cultura oriental. O quizás ciertos valores del confucionismo que siguen formando parte de la vida diaria de China, no tanto como filosofía compleja sino como pequeñas enseñanzas útiles para la vida diaria.
En cuanto a la segunda parte de la pregunta, una idea occidental que me interesa es la que desarrolló Goethe en su novela Doctor Fausto: si te esfuerzas, si sufres o lo pasas mal pero le pones dedicación y empeño, puedes conseguir cualquier cosa y el esfuerzo habrá valido la pena. Esto también es la base de la idea del capitalismo que desarrolla Max Weber, que si uno lo pasa mal pero lucha y se esfuerza puede conseguir siempre llegar a sus objetivos. Creo que es una idea típicamente occidental que difiere de la tradición china. La filosofía china tradicional te enseña justo lo contrario, que tienes que contentarte con lo que tienes, que no debes buscar más, sino que dentro de lo que te ha venido dado tienes que buscar la felicidad. Aunque claro estos tiempos son muy distintos. Con la globalización y los cambios que está viviendo China, ya no cabe que sus contemporáneos se contenten fácilmente con lo que tienen, seguramente ahora tengan muchas más aspiraciones que antes. Pero desde un punto de vista filosófico y tradicional, Occidente siempre propuso que si no estás contento busques algo distinto, mientras que la filosofía China siempre busca la felicidad en uno mismo, no en lo que le rodea.
JA: ¿Volverá alguna vez a vivir en China? Y si es así, ¿bajo qué condiciones?
QX: Espero que sea posible y que pronto pueda regresar a China para vivir, pero de momento no, por ahora solo puedo ir de visita. La condición principal sería poder escribir con total libertad, sin tener que preocuparme por la censura, como pasa ahora. Por ejemplo, yo escribo en inglés y en las traducciones al chino han sustituido Shangái por una ciudad imaginaria llamada Ciudad H para que no se reconozca. Si se respetase esta libertad, podría vivir allí y escribir tal como ahora, aunque seguramente sería un cambio y tendría que volver a acostumbrarme. También tendría problemas técnicos porque en Shangái mi idioma diario sería el chino, así que seguramente volvería a escribir en chino y eso sería todo un cambio para mí. Pero sí, sí que me veo volviendo a establecerme en Shangái.
QX: Es una pregunta complicada, sobre todo porque China está cambiando a tal velocidad que en algunos aspectos es más occidental y más capitalista que muchos otros países occidentales. Por ejemplo, estuve de visita el año pasado en Shangái y observé mayor culto por las marcas comerciales de lujo que en San Luis, donde resido actualmente y apenas hay tiendas de este tipo. Si ahora tuviera que elegir una característica asiática sería alguna de las de mi personaje Chen Cao, como la pasión por la poesía clásica que es algo muy típico de la cultura oriental. O quizás ciertos valores del confucionismo que siguen formando parte de la vida diaria de China, no tanto como filosofía compleja sino como pequeñas enseñanzas útiles para la vida diaria.
En cuanto a la segunda parte de la pregunta, una idea occidental que me interesa es la que desarrolló Goethe en su novela Doctor Fausto: si te esfuerzas, si sufres o lo pasas mal pero le pones dedicación y empeño, puedes conseguir cualquier cosa y el esfuerzo habrá valido la pena. Esto también es la base de la idea del capitalismo que desarrolla Max Weber, que si uno lo pasa mal pero lucha y se esfuerza puede conseguir siempre llegar a sus objetivos. Creo que es una idea típicamente occidental que difiere de la tradición china. La filosofía china tradicional te enseña justo lo contrario, que tienes que contentarte con lo que tienes, que no debes buscar más, sino que dentro de lo que te ha venido dado tienes que buscar la felicidad. Aunque claro estos tiempos son muy distintos. Con la globalización y los cambios que está viviendo China, ya no cabe que sus contemporáneos se contenten fácilmente con lo que tienen, seguramente ahora tengan muchas más aspiraciones que antes. Pero desde un punto de vista filosófico y tradicional, Occidente siempre propuso que si no estás contento busques algo distinto, mientras que la filosofía China siempre busca la felicidad en uno mismo, no en lo que le rodea.
JA: ¿Volverá alguna vez a vivir en China? Y si es así, ¿bajo qué condiciones?
QX: Espero que sea posible y que pronto pueda regresar a China para vivir, pero de momento no, por ahora solo puedo ir de visita. La condición principal sería poder escribir con total libertad, sin tener que preocuparme por la censura, como pasa ahora. Por ejemplo, yo escribo en inglés y en las traducciones al chino han sustituido Shangái por una ciudad imaginaria llamada Ciudad H para que no se reconozca. Si se respetase esta libertad, podría vivir allí y escribir tal como ahora, aunque seguramente sería un cambio y tendría que volver a acostumbrarme. También tendría problemas técnicos porque en Shangái mi idioma diario sería el chino, así que seguramente volvería a escribir en chino y eso sería todo un cambio para mí. Pero sí, sí que me veo volviendo a establecerme en Shangái.
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