Inés Martín Rodrigo
En marzo publica «Muerte entre líneas», novela basada en el robo de miles de libros antiguos en la Biblioteca Girolamini de Nápoles
foto: Raúl Díaz
Vuelve el comisario Guido Brunetti y lo hace para sumergirse en un caso tan real como la vida misma. Donna Leon (Nueva Jersey, 1942) se ha inspirado en el robo de miles de libros antiguos de la biblioteca napolitana de Girolamini, ocurrido entre 2011 y 2012, para escribir «Muerte entre líneas», novela que Seix Barral publicará en marzo en España.
La escritora se adentra por primera vez en el mundo de los libros y lo hace con una intriga policiaca inspirada en este caso real, que llevará aBrunetti de Venecia a Nápoles para investigar a un director de biblioteca que roba y vende ilegalmente valiosos manuscritos y códices.
ABC ha hablado con la gran dama de la novela negra sobre por qué decidió trasladar a la ficción el «saqueo» de Girolamini (el escándalo libresco más importante desde el robo que en el siglo XIX llevó a cabo elConde Guglielmo Libri), su principal protagonista, Marino Massimo De Caro, el patrimonio cultural europeo y el valor de los libros antiguos.
—¿Por qué decidió escribir sobre el robo en la Biblioteca Girolamini?
—El saqueo de la Biblioteca Girolamini es un crimen miserable, ya que supone la sustracción de una parte importante del patrimonio de Italia, un país que tanto ha contribuido a la cultura occidental, y su venta al mejor postor. Eso es vandalismo; me da igual que los vándalos lleven sombreros con cuernos o trajes de Brioni. Encontré el caso interesante por la forma en que los ladrones escupieron sobre su propia cultura y por la pretensión intelectual y cultural de las personas que compraron los libros. Un ladrón es un ladrón, no importa lo bien vestido que vaya.
—¿Qué le parece la comparación que ha hecho la Fiscalía entre el hurto en Nápoles y la destrucción de Dresde durante la Segunda Guerra Mundial?
—Las visiones que los fiscales italianos tienen de la historia y la importancia de los acontecimientos históricos son bienvenidas, pero creo que es necesario señalar algunas diferencias entre el robo en la Biblioteca Girolamini y el bombardeo de Dresde. El robo en la biblioteca de Girolamini es un horrible acto de vandalismo cultural que supuso la sustracción de, al menos 4.000 libros antiguos, que fueron presuntamente vendidos a diferentes personas de todo el mundo que ahora los poseen. Según mi conocimiento, ninguna de esas obras ha sido destruida. El bombardeo de Dresde destruyó una de las ciudades más bellas de Europa y provocó la muerte de 135.000 personas. Un piloto de la RAF llegó a asegurar que, desde su posición a 500 kilómetros de distancia, podía ver las llamas. Si Florencia hubiera sido destruida y 135.000 personas hubieran resultado muertas, ¿harían los fiscales la misma comparación?
—¿Cómo lidia Brunetti con un personaje como Massimo De Caro?
—Me imagino que Brunetti encuentra desagradable su comportamiento, así como el de las personas que consideraron que Massimo De Caro era la persona adecuada para ese trabajo y le nombraron.
—¿Qué vamos a descubrir sobre el mercado de los libros antiguos en «Muerte entre líneas»?
—Espero que la gente pueda hacerse una idea de las diferentes razones que llevan a la gente a valorar y adorar los libros antiguos. ¿Son simplemente depositarios de dinero, buenas inversiones en momentos en que la vida es incierta? ¿Son objetos bonitos que se muestran a la gente para demostrar lo culto que es el dueño? ¿Son objetos que deben ser venerados por su importancia estética y cultural, su belleza? ¿Son meras copias de los textos importantes?
—Además de Massimo De Caro han sido imputadas otras trece personas, incluyendo un sacerdote.
—Gran parte de este crimen demuestra una planificación cuidadosa. Después de todo, cuando se roba algo, se tiene que encontrar la manera de venderlo. Así que tendría que haber una red de personas involucradas para poder vender los libros en todo el mundo.
—La investigación se inició cuando un historiador denunció en un periódico el caos de la biblioteca. ¿Se imagina lo que habría pasado si ese artículo no se hubiera publicado?
—Creo que no hace falta mucha imaginación para sospechar que el hurto habría continuado hasta que no quedaron más libros en la biblioteca.
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