La gran 'novela' negra americana de este siglo tiene formato televisivo y es 'The Wire'
En manos de David Simon, el género da el salto del papel a la pequeña pantalla
Marga Nelken
A su buena o mala salud, por supuesto, porque lo que es este pedazo de 'pasma', entre el trago y el trago que se ha endiñado durante cinco temporadas, debe de tener el hígado como una pasa. ¡Cerveza y güisqui para todo dios a la salud del personaje más grande que ha dado el género 'negrocriminal'! Porque a eso vamos.
Si ya en su día dije que una de las mejores 'novelas' negras escritas en España es una película denominada 'El Crack', de José Luis Garci, estoy en disposición de afirmar, también, que la gran 'novela' negra americana de este siglo del que llevamos ya 14 añitos tiene formato televisivo y es 'The Wire'. Pese a quien pese y caiga quien caiga. No podía dejar pasar este año sin hablar de este pedazo de ensayo. ¿Quién dijo que el papel había muerto? Pues, por lo visto, el jodido llevaba toda la razón del mundo porque se hace ahora en la pequeña pantalla la nueva novela negra. Cosas que pasan. A mí, que me registren.
Errata Naturae. Qué grandes. Qué pedazo de editorial más digna. Más seria. Más moderna. Más al día. Si ya debieron haberles dado en su día el duquesado de Palma de Mallorca, ahora que va a quedar vacante, por haber publicado 'Fuck America', del mitiquísimo Edgar Hilsenrath, no os quiero decir nada su recompensa por este 'The Wire. 10 dosis de la mejor serie de televisión', de VV.AA.
Un jamón. Un puñetero jamón del calibre 45, a la gloria del gran Carlos Salem. Y es que este libro, en el que escriben sus cosillas, reconvertidos en 'dealers' de la letra, David Simon, George Pelecanos, Rodrigo Fresán, Nick Hornby, Jorge Carrión, Iván de los Ríos, Marc Pastor, Margaret Talbot, Marc Caellas y Sophie Fuggle, tiene todas las páginas (238 en total) para convertirse en la Biblia escrita de quienes, como una servidora, tienen 'The Wire' como serie de cabecera.
Arranca ya la cosa perfectamente con la ilustración de portada que perpetra el genial David Sánchez. En ella vemos al cabronazo de Omar con su 'fusco' en mano invitándonos a entrar en el libro, una serie de ensayos en el que destaca, por supuesto, la introducción de David Simon, aunque os aseguro que ninguno de sus párrafos ni ninguna de las visiones de todos sus autores tiene desperdicio. Ahí va uno como ejemplo. Del propio David Simon, el padre de la criatura:
No nos equivoquemos: una ficción televisiva por sí misma no puede -ni debería- pretender representar a todo Baltimore o, por extensión, a todos los Estados Unidos. 'The Wire' no pretende representarlo todo de una cosa tan grande, diversa y contradictoria como es la experiencia norteamericana. Nuestros guiones y nuestras cámaras raras veces se han aventurado a entrar en Roland Park, Mont Washington o Timonium, ni las vidas echadas a perder de nuestros episodios son las vidas aseguradas, realizadas, de las escuelas privadas y de los parques empresariales creados con los impuestos del condado y bordeados de árboles. Ciertamente, 'The Wire' no versa sobre lo que ha sido rescatado o ensalzado en Estados Unidos. Versa, antes bien, sobre esa porción de nuestro país que hemos desechado, y sobre el coste que ha tenido para nuestra psique nacional el hacer eso. Es, en sus temáticas más amplias, una serie de televisión sobre la política y la sociología y, a costa de aburrir a los telespectadores con esta noción, sobre la macroeconomía. Y es, francamente, una serie cabreada, pero con un cabreo completamente sincero.
Ahí queda eso. ¿Lo habéis entendido? ¿Habéis comprendido lo que Simon nos quiere decir? Pues que Baltimore, ese poblachón manchego por el que pululan yonquis, putas, polis y concejales corruptos como por su casa, somos todos. Baltimore es, hoy por hoy, una aldea global repleta de mierda de la que todas las moscas quieren sacar tajada. Baltimore es nuestro reflejo en un espejo deformado. Baltimore es la guerra diaria en la que nos metemos cada día para sobrevivir. Baltimore es Madrid, o Barcelona, o Cádiz, sólo que con más 'negritos', que diría el otro.
Baltimore eres tú. Y soy yo. Y no me extrañaría que en este mismo instante haya un poli emprendedor que, a la manera de McNulty, esté desafiando al sistema para poner un par de piezas a ese puzle que cada semana crece más y más. 'The Wire' es género negro puro y duro, aunque pasado por el tamiz de la ciencia ficción ya que llegaremos todos, tarde o temprano, a residir en esos barrios que muestra una serie impecable y perfecta.
Por eso, lo que es yo, ya me he comprado una recortada y un chaleco antibalas, para poder moverme en un mundo en el que nadie sabrá nunca quiénes son los buenos y los malos, los polis y los ladrones. ¡Os recomiendo hacer lo mismo, amiguitos! ¡A la salud de McNulty!
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