Juan Carlos Blanco
foto: Cristóbal Manuel
Se cumplen 10 años de la muerte de Manuel Vázquez Montalbán, que puso su firma en 2.129 artículos de EL PAÍS hasta su muerte, el 17 de octubre de 2003. Los dos primeros artículos fueron publicados después de los dos clásicos Real Madrid-Barcelona del año 1980. A partir de 1984 su firma aparece con regularidad en EL PAÍS, que ofrece a los lectores la posibilidad de acceder a una gran parte de sus artículos publicados.
Aquí recordaremos a Vázquez Montalbán como entrevistador y sobre todo como conversador. No se prodigó en esta faceta. Podemos contabilizar 3 entrevistas/encuentros que dieron pie a la publicación de otros tantos artículos. La última ocasión fue en 2002, cuando Rosa Mora transcribió el diálogo que mantuvieron Vázquez Montalbán y Martín de Riquer, recientemente desaparecido, del que había sido alumno nuestro protagonista. Con motivo de la publicación de un libro conversaron sobre la literatura, el placer de leer y de releer: "La literatura tiene que ser divertida" fue el título elegido para el artículo que contaba este encuentro entre el medievalista y su antiguo alumno, publicado en Babelia el 20 de abril de 2002.
Un encuentro singular fue el que Vázquez Montalbán mantuvo con elsubcomandante Marcos, el líder guerrillero mexicano, que estuvo en el origen del reportaje publicado con su firma el 21 de febrero de 1999, en el suplemento Domingo. Arrancaba con esta presentación de la crónica del encuentro: "En diciembre de 1997, Manuel Vázquez Montalbán recibió en Barcelona la primera carta del "subcomandante" Marcos. En ella, el líder guerrillero le ofrece construir "reflexiones mutuas sobre la globalización y sus consecuencias". La semana pasada, a lomos de un caballo desconfiado y con una ofrenda de cuatro kilos de chorizos de Guijuelo en el zurrón, el escritor alcanzó el lugar de la selva de Lacandona en el que le esperaba el líder insurgente. Ésta es la crónica de ese encuentro, narrada por el propio escritor. Marcos denuncia el intento de eliminación de una parte de la humanidad y proclama el mestizaje "como lo deseable más que como lo inevitable".
foto: Guimar Rovira
Y entre medias, EL PAÍS Semanal publicó otro diálogo mantenido por Manuel Vázquez Montalbán con Juan Marsé, en noviembre de 2001 y que rememoraba la entrevista que le hizo 40 años antes, la primera que le hicieron a Marsé. "Ahora, en Casa Leopoldo, recordamos aquellos tiempos en que Juan arremetía por escrito contra una colección completa de escritores, críticos, políticos y cantantes que él consideraba cantamañanas. A partir de cierta edad hay que escoger los frentes de combate y las irritaciones, y este amante repetidamente bilingüe, si consideramos que la lengua sirve para tantas cosas, formidable lector que demuestra que así como el hombre es lo que come, el escritor es lo que lee, renuncia a continuar tanto combate. Hijos de vencidos políticos y sociales, habitantes de barrios que les sobraban a los vencedores, él y yo leímos la misma mierda tolerada y tuvimos las mismas fiebres por deseadas escrituras prohibidas, y lo que a mí me enseñó la universidad, a Juan se lo transmitieron, entre fumigación y fumigación, el asmático Juan Petit, y entre copa y copa, Jaime Gil o Gabriel Ferrater."
En agosto de 1995 comenzó una serie de 8 entrevistas publicadas bajo el epígrafe "Encuentros en la tercera fase".
La primera de ellas se la hizo al alimón a los hermanos Valls Taberner. Casi al comienzo dice el entrevistador: ..."quiero describir cómo un polaco respira esta tercera fase de la transición entre el franquismo y el infinito democrático". Aunque se refería a su novela Un polaco en la Corte del Rey Juan Carlos, cabe entender una explicación al epígrafe general de todas estas entrevistas.
Así escribía Vázquez Montalbán sobre los entrevistados, catalanes y banqueros: "Hijos de Ferran Valls Taberner, importante historiador y político de la Liga regionalista, el partido de Cambó, encajan con prudencia bancaria la sorpresa que se llevan los ciudadanos del resto de España cuando llegan a Cataluña y descubren qué allí se habla el catalán y sospechan que es una lengua inventada por Pujol para hacerles la puñeta. Es el precio a pagar por la falsificación de la memoria histórica y admiten que el único problema, salvable, entre Cataluña y el resto de España es el de la lengua. Javier Valls cuenta que cuando descubrió a Serrat ponía sus discos a amigos no catalanes y les gustaba mucho hasta descubrir que cantaba en catalán. Los Valls se reconocen barceloneses, catalanes, españoles, europeos. En cambio Javier Valls confiesa las dificultades que experimentaría para considerarse chino. Luis no se pronuncia sobre lo chino. Que a muchos españoles les mortifique tanto la diferencia lingüística catalana como el terrorismo etarra lo atribuyen a la escasa urbanidad lingüística de los españoles, esa urbanidad que te permite admitir que las lenguas no son exclusivamente metafísicas de los estados."
La siguiente entrevista, una semana más tarde, fue a Juan Alberto Belloch, en la que el GAL ocupó buena parte del tiempo. "Siempre que le he visto aparecer biministro, biflequillo, bipálido, biojeroso y bibarbado, por los salones del palacete de la calle de San Bernardo destinado a Ministerio de Justicia e Interior, me he sobresaltado. Belloch tiene pinta de anarquista italiano infiltrado en el ministerio para ponerle una bomba Orsini al señor biministro. ¿Acaso ser ministro de Justicia e Interior no implica la esquizofrenia de asumir la justicia y el orden y sus sombras: la injusticia y el desorden?"
Cándido Méndez fue otro entrevistado. Afirmó durante su conversación con Vázquez Montalbán que "algunos representantes sindicales de UGT votan PP o votan CiU en Cataluña. (...) El nuevo sindicalismo ha de integrar a profesionales y trabajadores por cuenta propia, ha de superar el clasismo inoperante."
Destacable es la entrevista que hizo a Jorge Valdano, que decía: "Se ironiza sobre mí manera de hablar. Parece que el fútbol no puede admitir un lenguaje que supere la cultura selvática de la cancha."
Manuel Vázquez Montalbán preguntaba: "Será usted el único entrenador de fútbol que en España vaya a conciertos de Milanés, y es que usted, permítame que se lo diga, es un poco raro. Los entrenadores en uso suelen recurrir a un vocabulario precario: hay que echarle huevos al asunto, maricón el último, corred como cabrones. Con usted llega el lenguaje autocontrolado, la palabra exacta para sensaciones, y emociones futbolísticas descodificadas. ¿Cómo lo ha conseguido?
R. Desordenadamente, como buen autodidacto. Yo terminé bachiller en una escuela nocturna de Rosado. Cursé el primer año de Derecho más para vivir la vida universitaria que para ser abogado. Mi hermano estudiaba Derecho. Y luego me vine a España, a jugar en el Alavés, en Vitoria, una ciudad sin universidad."
La última de las entrevistas "en la tercera fase" se la hizo a Julio Anguita, fue en noviembre de ese año, 1995, y defendía la llamada pinza política: "A nuestra oposición sin concesiones se la tilda de catarsis a la griega, en complicidad con el PP. Trini, mi secretaria, está recibiendo desde las elecciones municipales cartas urgentes de personas en torno a los 70 años que en un 90% rechazan cualquier complicidad con el PP, porque, me escriben... "los cementerios están llenos de socialistas y comunistas". Eso pesa. Es como cuando Gog, el personaje de Papini, habla de que los muertos pesan sobre los vivos. Yo sé que el PP es la derecha y que tiene en provincias y en pueblos elementos claramente fascistas, por supuesto que ya lo sé. Como sé que el socialismo felipista es un espejismo."
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