Rosa Mora
Fotograma de El sueño eterno, película basada en la novela de Raymond Chandler
Hasta hace muy poco tiempo la novela histórica era el género preferido de los lectores, la que mezcla un poco de historia, un poco de suspense y un poco de amor, pero parece que los gustos están cambiando: la novela negra va por delante de la histórica, según datos del estudio Nielsen. Esta es la parte buena, la mala es que entre 2010 y 2012 la facturación total de la novela negra en España bajó un 50%, no es un fenómeno específico de este género, los libros, como todo, llevan mal la crisis.
“En esto tiempos tan complejos, la novela negra tiene cierta conexión con la realidad y eso gusta a los lectores. Además es un género muy legible a diversos niveles”, afirma Valeria Ciompi, de Alianza, que estrena a finales de febrero, una nueva colección, Alianza Negra. Ya tiene una colección de bolsillo de clásicos: Chandler, Hammett, Poe, Conan Doyle y publican en su colección de narrativa autores como Elmore Leonard, pero esta será específica.
Arrancan con dos títulos muy apetecibles: Cold cold ground, del irlandés Adrian McKinty. Belfast años ochenta. ¿Qué relación existe entre los cadáveres de dos homosexuales asesinados y el aparente suicidio de la exmujer de un dirigente del IRA? Le seguirá Lumen, de Ben Pastor, nacida en Italia y residente en Estados Unidos durante más de 30 años. Invierno de 1939. Polonia sufre la ocupación de la Alemania nazi. La abadesa de un convento aparece asesinada en el claustro. “Nuestro objetivo es publicar a autores de cierto peso”, dice Ciompi.
También Alfaguara estrena colección, Alfaguara Negra. “No damos un giro a nuestro proyecto editorial, pero sí le dedicamos una colección específica porque vemos que es uno de los géneros que más gusta”, afirma Pilar Reyes. Debutan con Un gramo de odio, del francés Frantz Delplanque. “Lo descubrimos gracias a una columna de Amélie Nothomb que lo dejaba muy bien. Lo leímos, nos gustó mucho y lo contratamos". Tras una trentena de asesinatos, Jon Ayaramendi se jubila de su trabajo de asesino profesional y se instala en una pequeña población del País Vasco francés, aunque no podrá descansar demasiado. Delplanque participará en BCNegra. (Aquí puedes consultar las principales novedades) Le seguirá un autor bien conocido de los amantes del género: Benjamin Black, seudónimo de John Banville, que culmina en Venganza su serie protagonizada por el doctor Quirke, patólogo forense y detective aficionado.
El Boom Larsson
Todas o casi todas las editoriales publican género negro, en colecciones específicas o de narrativa. Cuando Destino compró los derechos de Stieg Larsson decidió crear una colección negra, donde sacaron, por ejemplo, Franck Thilliez, pero han vuelto a su colección de narrativa Áncora y Delfín. “Nos funciona mejor”, dice Silvia Sesé.
Larsson fue un auténtico boom, que provocó dos cosas. Que muchos lectores que no se interesaban por el género negro se engancharan y abrió las puertas a los escritores nórdicos, que han sido traducidos en tal cantidad que a punto han estado de saturarnos. Sesé tiene una explicación para Suecia, donde hay casi más esritores que habitantes. “Creo que el fenómeno surgió a raíz del asesinato de Olof Palme. Supuso un conmoción brutal, se habló tanto que todo el mundo se puso a investigar… ya escribir”. Kurdo Baski, amigo de Larsson, sobre quien escribió un libro, tiene otra teoría. “Las noches son muy largas en Suecia, por eso la gente lee mucho y por eso hay tantos escritores”.
Blanca Rosa Roca, de Roca Editorial, está convencida de que el boom escandinavo ha sido positivo. “Nos ha ayudado mucho y ha creado nuevos lectores”. Tienen la colección Roca Criminal, en la que publican a John Verdon, Peter James, Elizabeth George, Craig Russell, Bernard Minier, etcétera. Roca, como otras editoriales, no tiene empacho en publicar inéditos en su colección de bolsillo, como ha hecho ahora con Anne Holt, que estará en BCNegra. “Los costes son más baratos y el precio más asequible. Planeta hace lo mismo en ocasiones. Por ejemplo, ha sacado en Booket a un autor muy interesante, Sebastian Fitzek. En su colección de narrativa publica, entre otros, a Manuel Vázquez Montalbán y Francisco González Ledesma.
RBA edita la potente colección Serie Negra, que tiene una doble función. Recupera, por una parte, clásicos (Jim Thompson, Fredric Brown, David Goodis, Margaret Millar, Dashiell Hammett, Raymond Chandler, Ross MacDonald…) y descubre nuevos autores, en general, muy buenos y ahí se nota el buen gusto de su responsable, Anik Lapointe. Dennis Lehane, Ian Rankin, Val MacDermidm Tana French, Arnaldur Indridasson son algunos de ellos. Incluye a autores españoles, el más reciente, Andreu Martín. Estos días sale Los terroristas, de la que ya hemos hablado en este blog, la última de las diez que escribieron Maj Sjöwall y Per Wahlöö. Algunas ya habían sido publicadas en España, pero RBA lo ha hecho como Dios manda, en orden cronológico y con prólogos firmados por autores como Jonathan Franzen, Liza Marklund, Michael Connelly, Jens Lapidus, Jo Nesbo, Val MacDermid o Henning Mankell.
Sjöwall recibirá el próximo jueves el Premio Pepe Carvalho de BCNegra y participará en uno de los actos de la semana, con Lorenzo Silva. RBA tiene también su Premio Internacional de Novela, dotado con 125.000 euros. Francisco González Ledesma fue el primer autor que lo obtuvo y el último, Michael Connelly.
Roja&Negra, de Mondadori, dirigida por Rodrigo Fresán, es una de las colecciones más originales que se editan en España. Sus libros son garantía de calidad. Los dos primeros títulos que publicaron dan fe de ello: El poder del perro, de Don Winslow y Delitos a largo plazo, de Jake Arnott. La colección, explica Fresan, parte de dos conceptos. “Que nuestros libros que no caigan en la epigonal de los maestros ya publicados y que no sean las clásicas historias de detectives y todos sus lugares comunes, aunque sí tenemos uno, el de Koryta, pero es el mejor”. Michael Koryta (Esta noche digo adiós, El lamento de las sirenas, Una tumba acogedora) ha creado un detective privado, Lincoln Perry, que recuerda a grandes detectives de la literatura, como Sam Spadre o Lew Archer.
Fresán no descarta a los nórdicos, “siempre que no sean del montón”. Tienen a la fantástica noruega Karin Fossum, de la que en junio, aparecerá Segundos negros, o a Johan Theorin. En abril saldrá Perdida, de Gillian Flynn, “una hija bastarda de Patricia Highsmith”, como la define, Fresán.
Superventas y descubrimientos
Siruela tiene también una buena colección, cuyo buque insignia es Fred Vargas. Publican también a uno de los mejores autores de novela negra españoles, Domingo Villar. Siruela Policiaca, dice Ofelia Grande, funciona muy bien. “Históricamente conseguíamos grandes ventas con la literatura juvenil. Ahora es la novela negra”. Craig Johnson, Carlo Flamigini,del que también hemos hablado aquí, Woolf Haas, Christian Schünemann o Unni Lindell, que estará en BCNegra.
Las superventas Camilla Läckberg y Mari Junstedt publican en Mistery Plus, de Maeva, como Nelle Neuhaus (también en BCNegra) y Jussi Adler-Olsen. “Le dimos ese nombre porque buscamos para nuestros autores y series una particularidad que les defina, sea la ambientación o bien los personajes”, explica Maite Cuadros. “Hace un tiempo, la novela negra fue considerada un género nicho, pero ahora es mayoritario y se sigue consolidando. En gran medida esto se ha logrado gracias al éxito de los autores escandinavos, pero también de otros países y, por supuesto, de los españoles, que están creando novelas y series muy originales e interesantes”.
Akal tiene una colección de bolsillo negra, con los tradicionales colores amarillo y negro. Ahí han publicado la Trilogía de Marsella, de Jean-Claude Izzo, libros de lectura obligatoria para quienes gusten del género o a Giorgio Scerbanenco, el ruso-italiano que estaba descatalogado en España. Traidores a todos, Los milaneses matan en sábado, Milán calibre 9 o Venus privada son algunos de sus títulos.
Baje o no baje la facturación, ahora todas las editoriales están interesadas en la novela negra. Son mayoría las que la publican en sus colecciones de narrativa. Anagrama (Marta Sanz, Patricia Highsmith, Bernhard Schlink, Giorgio Faletti), Tusquets (Leonardo Padura, Petros Márkaris, Eugenio Fuentes o Kiu Xialong) Salamandra (Camilleri, Koch) Acantilado(Simenon), Seix Barral (Donna Leon y Asa Larsson). Las pequeñas, también. Solo dos ejemplos: Libros del Asteroide publica a Léo Malet y George V. Higgins. ”No nos interesa tanto el género como la calidad”, dice su director, Luis Solano. “En los últimos años el único gran género para adultos que funciona es el negro”.
Sajalin publica a un escritor de culto, de lectura más que recomendable, Edward Bunker, que se pasó media vida entrando y saliendo de la cárcel y que ha escrito novelas tan impresionantes como No hay bestia tan feroz, Stark o Perro come perro.
Traducciones al catalán, el vasco y el gallego
La periferia también se apunta a este no boom que parece un boom. La vasca Erein tiene la colección Cosecha Roja, en euskera y en castellano. Han traducido al euskera los libros de Camilleri, Donna Leon, Dolores Redondo o Henning Mankell y publican a autores vascos como Jon Arretxe, Javier Abasolo o Félix Modroño. Los tres centran sus historias en Bilbao, tema que será tratado en BCNegra: Bilbao, nuevo escenario de la novela negra.
“En Galicia el género se está afianzando en los últimos años”, cuenta el escritor Diego Ameixeiras. “Nuestra punta de lanza es Domingo Villar”. Ameixeiras solo tiene traducida al castellano una novela, Dime algo sucio. Otra es Asesinato no Consello Nacional, un homenaje a Asesinato en el comité central, de Vázquez Montalbán. Es una versión satírica del nacionalismo gallego y me desespero por poder leerla. No hay ahora en Galicia ninguna colección negra, aunque la hubo, editada por Xerais, la editorial que más atención presta al género.
En Cataluña hay dos colecciones. La Negra (RBA) que publica traducido al catalán muchos títulos de su prima hermana, Serie Negra, pero que también incorpora a autores como Kate Atkinson, y retraduce al catalán libros de Chandler, Wilkie Collins o Patricia Highsmith, entre otros autores. Societat negra / Sociedad negra, la nueva novela Andreu Martín se publica simultáneamente en los dos idiomas. Crims.Cat aspira, y va por el buen camino, a suceder a la histórica La Cua de Palla, una de las primeras colecciones de género que hubo en España. Solo publica a autores catalanes y extranjeros inéditos en España. El nivel es alto: Crònica dels bons trinxeraires, del portugués Mário Zambujal o Pluja negra, del italiano Flavio Soriga son excelentes.
Separar el grano de la paja
Paco Camarasa en la puerta de Negra & Criminal (FOTO: Carles Ribas)
En los años ochenta hubo un boom que acabó como el rosario de la aurora. Desaparecieron la mayoría de las colecciones. Ahora las circunstancias son diferentes. ¿Por qué? La novela negra tienes muchos foros: Semana Negra de Gijón, la veterana, Getafe Negro, el Congreso de novela y cine negro de Salamanca, BCNegra, Mayo Negro, de Alicante… Librerías especializadas. Dos en Madrid, Burma (el inolvidable detective de Léo Malet), que tiene novela gráfica además de negra, con sus Sábados Negros, con talleres de lectura y escritura, con actividades y un espacio estupendo para que la gente pueda leer libros (sin comprarlos). Estudio en Escarlata, que comparten género con fantasía y ciencia ficción, géneros populares, también con actividades y clubes de lectura.
Y dos más, negras negrísimas, solo novela negra. La Negra&Criminal de Barcelona, un foco que irradia a toda la ciudad. Prescriptores y activistas del género, con su sábados de mejillones y vino, muy cerca del mar, de reunión de amigos, presentaciones de libros, clubes de lectura y, sobre todo, comunicación permanente con los clientes sobre novedades, recuperación de clásicos, etcétera. La otra negrísima es Cosecha Roja, título emblemático de Hammett, en Valencia. Cuando empezaron, les recomendaron que pusieran cafetería. “Tenían razón, al principio facturábamos con el bar que con los libros, ahora estamos a la par”. También con presentaciones y clubes de lectura. Hoy están felices: Sjöwall y Waahlöö arrasan con Los terroristas. Desde hace días, sus lectores les piden esta novela, la última de la serie de Sjöwall y Wahlöö. Y ellos, encantados, claro.
La guinda es la Biblioteca La Bòbila, en Hospitalet, a pocas paradas de metro de Barcelona. Es una de las pocas de España especializadas en género negro. Organizan clubes de novela negra, ciclos de cine, publican un fanzine imprescindible y tienen un premio anual L’H Confidencial, todo un homenaje a James Ellroy.No hay duda, la novela negra en España tiene una mala salud de hierro.
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