20 de novembre del 2012

Gratitud



Dentro de poco vamos a poner en marcha la web "oficial" (qué palabreja tan sospechosa, hoy en día) de Victor del Arbol (y qué extrañeza eso de mencionarse a uno mismo en tercera persona) Su puesta en marcha coincidirá con el lanzamiento de la próxima novela "Respirar por la Herida" que editará también Alrevés editorial para España, en lengua castellana. Eso significa que ambos proyectos, que llevan tiempo larvándose, verán la luz en el mes de Enero de 2013.

Aquellos que me conocéis personalmente ya sabéis lo que esto significa para mí. Los que me conocen "virtualmente" pueden figurarlo, y en cualquier caso, creo que cualquiera que ame apasionadamente aquello que hace en la vida, comprenderá el nudo en el estómago que siento en estos momentos.

Tal vez la suerte sea algo que nos labramos sin ser conscientes de ello, pero aún así, yo soy una persona con suerte. He tenido esa suerte que consiste en ir formando a mi alrededor, y muchas veces sin merecimiento total, un grupo de personas honestas, valientes y por encima de todo, capaces de soñar y mantener al tiempo los pies en el suelo. Nadie alcanza nada por sí solo, o eso creo. Cierto, la determinación y la fe en uno mismo es determinante, pero si no hay nadie que te sustente, que te de el aliento cuando te falta, sin nadie que te diga la primera vez "yo confío en tí" todo se derrumba.

Por eso, hoy, como excepción, quiero dar las gracias a toda esa gente. Gracias a Josep, a Gori, a Ilya, a Roger, a Marc, gracias a Antonia, Victor, Hilde, Lola, Claudia. Ellos me sentaron en una mesa y me dijeron una vez "si tu vas, nosotros vamos" Y vi que no mentían, que no iban a rendirse. El tiempo me ha dado la razón. En estos tiempos duros, cuando mis amigos y mis familiares están cayendo en este torbellino que se lleva todo por delante, cuando yo mismo tengo miedo y siento la incerteza de no saber qué pasará, esta gente aprieta los dientes. Y no me permiten dejar caer los brazos. Si alguien cree en tí con tanta fe, no puedes volver la cara a otro lado.

Gracias a Jordi Canal, porque antes, mucho antes de que nada se pusiera en marcha, me llamó para charlar como hacen los amigos, entorno a una mesa, de libros, de vida, de esperanzas. Sabiendo lo que iba a venir y preparándome para el camino con su sabiduría calma.

Gracias a Lola, mi compañera. Todos sabemos lo que puede darte o quitarte quien te acompaña en la vida. Y ella sabía quién era yo cuando hace muchos años le enseñé mi primer manuscrito repudiado por decenas de editoriales. Sabía con quién iba a unir su vida, y sabía que si ella no flaqueaba yo nunca lo haría. Ella, que trabaja para que yo pueda escribir, que esconde el rostro de preocupación para que no me de cuenta cuando mira el futuro. Que me recuerda a cada segundo con su alegría el privilegio que compartimos.

Gracias a vosotros, a los que no conozco, gente que me escribe, que me anima o me critica, que me dice o me escucha. Gracias porque aunque no lo sabéis, construís un muro a mis espaldas que me impide retroceder.

Sé que los días son duros y grises. Y hoy más que nunca recuerdo las manos de mi padre, la tristeza de mi madre cuando nos echaron de nuestra casa siendo yo un crío. Hoy más que nunca recuerdo las barras de pan en lo alto de la cocina, y la ropa de cáritas y las colas del paro acompañando a mi padre. Y hoy más que nunca recuerdo la alegría de nuestra casa, las canciones y el bullicio, y esa mirada en el fondo de los ojos de los Del Arbol. Nunca rendirse. Nunca, jamás.

Suerte a todos.

0 comentaris:

Publica un comentari a l'entrada

 
Google Analytics Alternative