José Vaccaro Ruiz. Catalonia Paradís. Prólogo José Cabrera. Aranjuez: Neverland, 2011. ISBN: 978-84-939043-2-6
300 hectáreas de suelo calificadas de sistema aeroportuario en el Área
Metropolitana de Barcelona, que dejan de ser necesarias como zona de servicio
del aeropuerto, son objeto de un plan urbanístico para construir en ellas 30.000
viviendas y equipamientos comerciales privados. Los avatares de esa
recalificación, sus entresijos y lo que hay detrás son el hilo
conductor.
La novela arranca con el suicidio –o asesinato- del Director de Urbanismo de la Generalitat de Catalunya que se opone a dicho plan de recalificación. Su viuda, Marta Estruch, encarga al investigador Juan Jover que descubra las enigmáticas causas de la muerte de su marido. Jover es de oficio “conseguidor”, es decir, el personaje toma los caracteres de un intermediario o puente entre los promotores urbanísticos y los políticos para lograr recalificaciones, concesiones, licencias o autorizaciones contrarias o en el borde de lo que es legal. Es un personaje contradictorio que deberá, en la búsqueda de lo sucedido, navegar entre grupos económicos y políticos corruptos.
Algunos de los escenarios de “Catalonia Paradís” son los despachos del Govern de la Generalitat, la estructura de poder de los partidos políticos y Andorra, un paraíso fiscal apenas a tres horas de coche de la Ciudad Condal. Y en su reverso, la Barcelona más profunda y escondida (El Bagdad, la calle Robadors en pleno Barrio Chino) en contraste con la zona alta (Bonanova, Sarriá) donde tienen su asiento las mansiones de la alta burguesía catalana.
En estos escenarios tienen lugar los entresijos del cainismo político, al que no le importa a quien se hace daño y si se hace daño a alguien, el utilitarismo de los individuos de usar y tirar, la ausencia de respeto al llamado interés general, y también algún ministro nada casto de la Iglesia Católica, además de otras subtramas.
A ese fresco de amplia perspectiva que narra la novela tampoco le es ajeno un estamento de jueces y fiscales, sino corrupto mediatizado por la política, lento, carente de medios e ineficaz. Tal vez es el estamento que más le interesa dominar tanto al poder político como al económico porque, en último término, es el que tiene la llave de la cárcel o de la impunidad.
La novela arranca con el suicidio –o asesinato- del Director de Urbanismo de la Generalitat de Catalunya que se opone a dicho plan de recalificación. Su viuda, Marta Estruch, encarga al investigador Juan Jover que descubra las enigmáticas causas de la muerte de su marido. Jover es de oficio “conseguidor”, es decir, el personaje toma los caracteres de un intermediario o puente entre los promotores urbanísticos y los políticos para lograr recalificaciones, concesiones, licencias o autorizaciones contrarias o en el borde de lo que es legal. Es un personaje contradictorio que deberá, en la búsqueda de lo sucedido, navegar entre grupos económicos y políticos corruptos.
Algunos de los escenarios de “Catalonia Paradís” son los despachos del Govern de la Generalitat, la estructura de poder de los partidos políticos y Andorra, un paraíso fiscal apenas a tres horas de coche de la Ciudad Condal. Y en su reverso, la Barcelona más profunda y escondida (El Bagdad, la calle Robadors en pleno Barrio Chino) en contraste con la zona alta (Bonanova, Sarriá) donde tienen su asiento las mansiones de la alta burguesía catalana.
En estos escenarios tienen lugar los entresijos del cainismo político, al que no le importa a quien se hace daño y si se hace daño a alguien, el utilitarismo de los individuos de usar y tirar, la ausencia de respeto al llamado interés general, y también algún ministro nada casto de la Iglesia Católica, además de otras subtramas.
A ese fresco de amplia perspectiva que narra la novela tampoco le es ajeno un estamento de jueces y fiscales, sino corrupto mediatizado por la política, lento, carente de medios e ineficaz. Tal vez es el estamento que más le interesa dominar tanto al poder político como al económico porque, en último término, es el que tiene la llave de la cárcel o de la impunidad.
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