La periodista y escritora Cristina Fallarás ha agradecido hoy a las organizaciones de defensa de los animales la publicidad gratuita que le han hecho a su última novela, "Las niñas perdidas", criticada porque la protagonista, una detective embarazada, calma sus nervios matando perros, gatos y hámsters.
Gijón, 28 jul.- La periodista y escritora Cristina Fallarás ha agradecido hoy a las organizaciones de defensa de los animales la publicidad gratuita que le han hecho a su última novela, "Las niñas perdidas", criticada porque la protagonista, una detective embarazada, calma sus nervios matando perros, gatos y hámsters.
"La verdad es que fueron bastante pesados, me molestaron muchísimo, con mensajes amenazantes a mi correo electrónico y otras tonterías, pero tengo que agradecerles la publicidad que me han hecho", ha afirmado hoy la autora sobre la campaña en su contra lanzada por defensores de la vida animal.
Cristina Fallarás ha presentado hoy en la Semana Negra de Gijón, su último trabajo, que ha escrito "con rabia" y cabreada por el maltrato a los niños y por haber sido despedida de su empleo en un periódico cuando estaba embarazada de ocho meses.
En "Las niñas perdidas" la escritora "enfrenta a dos madres", una que pierde a sus dos hijas al serle retiradas por los servicios sociales y otra, a punto de serlo, embarazada, que es una detective investigadora.
Ha sido precisamente la licencia literaria que se tomó Fallarás en este personaje la que desató las criticas de los defensores de los derechos de los animales porque en sus páginas narra cómo la detective les mata y lo cuenta como si fuera una receta de cocina.
Estas organizaciones han lanzado una campaña en internet y otros medios en la que han recomendado no comprar el libro de una escritora que "asesina animales" y le han amenazado por teléfono y por correo electrónico, según ha explicado.
Fallarás ha dicho que en la novela se advierte la "rabia" con la que la ha escrito, y que fundamentalmente ha querido denunciar las distintas varas de medir que tiene la Justicia según sea la capacidad económica y la posición social de quien la demanda.
Hay una justicia para los pobres y otra justicia para los ricos, pero también hay distintas formas de actuar de los servicios sociales y "un gran negocio" de las administraciones públicas en torno a las casas de acogida de los menores, ha afirmado. EFE
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