En un verano excepcionalmente caluroso en Oslo, el cuerpo de una joven aparece en el suelo de su apartamento, en medio de un charco de sangre. Tiene amputado un dedo de la mano izquierda, y bajo un párpado le han colocado un diamante rojo con la forma de una estrella de cinco puntas: el emblema del diablo. Cinco días después, un hombre denuncia la desaparición de su esposa. Otro dedo cercenado aparece en escena, con un anillo con un diamante rojo engarzado, tallado como una estrella de cinco puntas. A los cinco días aparece un tercer cadáver... y se repite el ritual.
Harry Hole es un policía poco convencional y sus métodos para resolver un enigma, poco ortodoxos. El alcohol y una situación personal muy complicada le han hecho tocar fondo. No tiene vacaciones, por lo que le asignan el caso. Los demonios reales y los imaginarios se mezclarán en la mente de Hole, que se tiene que enfrentar a un criminal sanguinario y a un enemigo implacable dentro del departamento. Sólo tiene una cosa clara: la estrella de cinco puntas es la clave para resolver el misterio.
Más flojo que Némesis y Petirrojo.
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