Lilian Neuman
El maestro es el amable sheriff adjunto Lou Ford, en una localidad al oeste de Texas, allá en los años cincuenta. En verdad, un asesino nato. El digno discípulo es un cretino llamado Giorgio Pellegrini, decidido a convertirse en hombre de bien. Lou es una de las joyas de ficción creadas por el clásico por excelencia Jim Thompson (1906-1977), recuperado en bolsillo por RBA, en una nueva colección con prólogos acertados y nombres ilustres: Lawrence Block, por ejemplo, con su famoso investigador Matt Scudder envuelto en el asesinato de una adorable prostituta, y enredado por el chulo más elegante y sospechoso de la historia del crimen (y también hay títulos del tremendo Chester Himes, de Margaret Millar y de Marc Behm).
Las lecciones de Thompson han sido aprendidas a la perfección por el italiano Massimo Carlotto. Parece mentira que en tan pocas páginas se vea toda la calamidad de la Italia (y de la Europa) actual: prostitución, mafia, corrupción policial. Un libro implacable en donde, como afirma Juan Sasturaín en el prólogo a Thompson, el asesino es la autoridad.
Y las lecciones del británico Ian Fleming han sido muy bien aprendidas por su compatriota Sebastian Faulks. Cuando Fleming se fue de este mundo, en 1964, dejó huérfano a su personaje James Bond. El cine fue el único lugar –para bien y para mal– que le dio cobijo a este espía enamoradizo que hoy regresa en muy buena forma. Y con él regresamos a la Guerra Fría, al despacho de su admirado M, y lo seguimos en su nueva aventura en la que, por supuesto, no falta la mujer fatal, el Martini helado y una notable partida de tenis con su peor enemigo. Fleming era un narrador muy astuto –es un buen momento de leerlo o releerlo– y esto a Faulks no se le escapó.
En el 2002, la sociedad argentina se vio sacudida por el asesinato de una mujer de clase acomodada. El certificado de defunción declaraba que había sido un accidente en la bañera, pero a María Marta Belsunce, como se comprobó después de su exhumación, le habían disparado reiteradamente en la cabeza. El escritor Raúl Argemí estudió detenidamente el caso y, como su juez de ficción, no descansó –cono no descansa el lector, en esta lectura absorbente y que tan bien retrata una clase social de dudosos contenidos– hasta responder a esta pregunta: ¿por qué nadie, ni su familia ni sus amigos, fue capaz de abrir la boca y decir qué pasó?
El otro crimen real sucedió en 1860, en la casa de la próspera familia Kent, que una noche se fue a dormir tranquilamente y a la mañana siguiente se encontró con el niño pequeño asesinado. Kate Summerscale rastrea la polémica investigación llevada a cabo por el detective de Scotland Yard y la enorme influencia de este caso en escritores como Wilkie Collins o Conan Doyle. Un excelente trabajo de reconstrucción de la Inglaterra victoriana.
Otro caso real, que engalanó la Barcelona negra de principios de siglo XX: Marc Pastor recupera la tenebrosa figura de Enriqueta Martí, “la vampira de la calle Ponent”, secuestradora de niños que luego descuartizaba. Una recreación fascinante, cuando las putas no se atrevían a denunciar la desaparición de sus hijos, cuando la ciudad prosperaba y, al mismo tiempo, albergaba una bruma maloliente, en un mundo en el que la ley estaba enferma de precariedad.
Cien años después de la Barcelona negra de Enriqueta Martí, la inspectora Petra Delicado se sumerge en un caso que a duras penas le permite hacer gala de su implacable humor. De niños se trata, también, y esta nueva entrega de Alicia Giménez Bartlett nos muestra una ciudad que alberga pederastas y traficantes, explotadores y usuarios de pornografía infantil. La novela es implacable, la investigación ardua, y la inspectora llega a altísimos grados de sagacidad.
Otra ciudad negra es Sevilla, gracias a este escritor sensible y tenebroso llamado Juan Ramón Biedma. El triunfo de este libro es la mirada de su narrador, un chaval con problemas mentales que tal vez deforme lo que ve a su alrededor, pero el alrededor, por su parte, es alucinante y, a su modo, como muchos de estos libros recomendados para este verano, extraído de la pura y dura realidad.
Jim Thompson, El asesino dentro de mí. RBA / 227 P. / 6,50 €
Lawrence Block, Ocho millones de maneras de morir. RBA / 382 P. / 7,50 €
Massimo Carlotto, Hasta nunca, mi amor. EMECÉ / 172 P. / 17,50 €
Sebastian Faulks, La esencia del mal. SEIX BARRAL / 319 P. / 18 €
Raúl Argemí, Retrato de familia con muerta. ROCA / 203 P. / 15 €
Kate Summerscale, El asesinato de Road Hill. LUMEN / 404 P. / 20,90 €
Marc Pastor, La mala dona. LA MAGRANA / 249 P. / 18 €
Alicia Giménez Bartlett, Nido vacío. PLANETA / 395 P. / 19,50 €
Juan Ramón Biedma, El efecto Transilvania. ROCA / 282 P. / 18 €
¡Uf!
ResponEliminaComo para perderse alguno de estos libros... Entre todos espiertan el apetito negro de este año.
Eduard Pascual
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