Retrato de familia con muerta

[Qué Leer, 133, junio de 2008]

Diego Gándara

Autor: Raúl Argemí
Editorial: Roca
204 páginas. 15 euros.

A partir de un caso real que combina ingredientes de la novela de enigmas y del policial negro americano —el feroz asesinato de una mujer de la alta sociedad porteña en un country privado a finales de 2002—, Argemí construye un texto cargado de intriga, un relato en el que los testigos pueden convertirse en cualquier momento en los sospechosos habituales de un crimen en el que hay demasiadas pruebas y, aparentemente, ningún culpable. Con habilidad para trabajar en diferentes registros, desde el canto coral de la tragedia griega hasta la narración precisa y contundente que caracteriza al mejor periodismo, el autor se inmiscuye en los hechos que rodearon el caso y presenta una galería de personajes cuyos oscuros negocios, que se remontan a los años de la dictadura militar, aún perviven en el seno de una familia que, a pesar de resguardarse en la intimidad y el anonimato, carece de escrúpulos para cometer un crimen y disfrazarlo de accidente.

Sincera, valiente y escrita con un ritmo veloz, en Retrato de familia con muerta —II Premio Internacional de Novela Negra L'H Confidencial— Argemí despunta con una mezcla de humor y patetismo las empolvadas máscaras de la burguesía argentina, un espacio en el que bajo el lujo y el confort, aún se esconden turbulentas historias de amor, de locura. De muerte.

Raúl Argemí

(La Plata, 1946) es periodista y escritor. Ha publicado, entre otras obras, Penúltimo nombre de guerra y Siempre la misma música (Premio Tigre Juan 2005).

Argumento

Obsesionado por la estela fantasmal que ha dejado la muerta, una mujer de cincuenta años asesinada en un barrio privado, el juez Juan Manuel Galván se propone, con la ayuda de su amigo Ritter, resolver el crimen. Han pasado cuatro años desde que ocurrió el hecho, pero el juez descubre una trama repleta de engaños, sobornos y falsos testimonios perfectamente pergeñada por los familiares.