[Poemas del alma, 7 de abril de 2008]
Julián Pérez Porto
El escritor argentino Raúl Argemí ha sido galardonado con el Premio L”H Confidencial de Novela Negra, convocado por el Ayuntamiento de L”Hospitalet y Roca Editorial. La obra premiada fue “Retrato de familia con muerta”, una novela que recrea un suceso verídico acontecido en un barrio cerrado (”country”) argentino durante 2004.
La historia muestra como, tras el asesinato de una mujer, sus vecinos y el resto de los residentes de la zona intentan ocultar lo sucedido. La policía, por su parte, pronto deja de investigar el caso.
El escritor considera que la mayoría de las personas que viven en los countries son nuevos ricos que han hecho negocios con la dictadura militar o con la droga, entre otras actividades ilícitas. Para Argemí, se trata de gente que tiene “mucho que esconder”.
Más allá de que el hecho narrado en “Retrato de familia con muerta” aconteció en Argentina, el autor opina que podría haber ocurrido en cualquier parte del mundo.
Nacido en La Plata en 1946, Argemí ha tenido diversos oficios y profesiones a lo largo de su vida. Cabe señalar que, en la década del '70, se involucró en la lucha armada y militó en el movimiento guerrillero ERP-22 de agosto. Tras vivir en la clandestinidad, fue detenido en 1974 y recién recuperó la libertad diez años después, cuando la democracia había retornado al país. A partir de allí comienza a ejercer el periodismo, actividad que lo llevó a ser colaborador de “Le Monde Diplomatique”.
Argemí vivió en la Patagonia (donde trabajó para periódicos regionales) hasta que, en 2000, se radicó en España. Su llegada al territorio español le permitió impulsar su carrera literaria e incluso varios de sus libros fueron traducidos a otros idiomas.
“El gordo, el francés y el ratón Pérez”, “Los muertos siempre pierden los zapatos”, “Penúltimo nombre de guerra” (Premio Dashiell Hammett), “Patagonia chu chu” y “Siempre la misma música” (Premio Tigre Juan) son algunas de sus principales obras.
Le dernier gag de l’année
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On croyait que les politiques ne pouvaient plus nous surprendre, et
pourtant, on a droit à une dernière blague en cette belle année 2024.
J’avoue que cela ...
Fa 1 hora
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