15 d’octubre del 2007

La crítica social en el género negro sale de forma natural, sin forzar

[Tribuna de Salamanca, 15 de octubre de 2007]

Salamanca es una de las ciudades que, a su manera, promueve el género de la novela negra. Casi todos los que participan de ese apoyo han colaborado en el Congreso de Novela y Cine Negro que se celebra anualmente en Salamanca, con apoyo de la Universidad de Salamanca.

Luis Cadenas

Uno de ellos es Joaquín Guerrero Casasola, un escritor que para vivir escribe telenovelas, pero que ha sido capaz de darle una vuelta de tuerca al género desde su perspectiva: la mexicana.

Guerrero Casasola vive desde hace dos años en la ciudad, donde participó este año en la tercera edición del Congreso y compartió estrado e intereses con algunos consagrados del género en España como el escritor Juan Madrid, el librero Paco Camarasa o el director de cine Enrique Urbizu. Su principal novela es ‘Ley garrote’, galardonada con el Premio L’H Confidencial 2007 (Premio Internacional de Novela Negra), una mezcla de crítica social y novela negra.

¿Qué relación hay entre novela negra y crítica social?

La trama policíaca es un pretexto para poder expresar ideas de contenido social, por eso me gusta mucho. Porque detrás del mecanismo literario uno puede decir muchas cosas. El género negro es dentro de la narrativa es el que está más vivo actualmente, el que puede decir más cosas al lector. Es un formato que para mucha gente no es literatura, pero para mí está más vivo que cualquier otra forma literaria o novelesca.

¿Cree que es precisamente porque se ha utilizado como recursos para la crítica social por lo que es tan activo?

Digamos que lo que tiene de crítica social sale de manera natural, casual, sin forzar, no es algo panfletario. Tiene una naturalidad, es casi involuntario expresar ciertos temas cuando abordas algunos argumentos. En mi novela yo retrato una ciudad mejicana, no México, y sus desigualdades sociales, pero esto sale sin forzar.

¿En qué parte del mundo está más desarrollada la novela negra?

Creo que donde más viva está ahora mismo es en Europa, y en España me gusta mucho porque está muy actualizada. En América Latina, desgraciadamente por la debilidad editorial, no está tan activo el género; sin embargo, la situación actual en Latinoamérica invita mucho al género, mucho más que en Europa. Los países del primer mundo a mí me parece que tienen menos material de novela negra pero tienen los recursos necesarios, al contrario que Latinoamérica, que me parece que tiene un material muy rico, con una gran diversidad de personajes, situaciones que son motivo literario.

¿Es el género más fácil a la hora del tránsito del papel al cine?

Para mí la novela negra, si uno lee a Hammet, por ejemplo, los libros ya tienen gran parte del trabajo hecho, porque tienen mucho diálogo externo, poca introspección, y así es mucho más fácil adaptarlo a un guión cinematográfico. Por ejemplo, todavía no se ha hecho una buena adaptación de una novela de Gabriel García Márquez, entre otras cosas porque sus personajes tienen un profundo mundo interior que no es fácil de llevar a la pantalla.

¿Tiene previsto dedicarse al género o cambiaría a otro?

Sí que me gustaría dedicarme completamente al género negro, pero como escritor ahora este género me llena mucho más que cualquier otro. Pero mi vida está entre eso y la novela rosa, porque yo escribo telenovelas, que me permiten vivir económicamente. Sin embargo, la novela negra es mucho mejor para expresar ideas que una culebrón, que como melodrama podría o debería tener muchos recursos, pero ya te ves sujeto a una productora, a una televisión, a otras cosas que te limitan mucho más. Ciertamente se pueden decir, por lo general, muchas menos cosas en una pantalla que en una hoja de papel.

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