Reencuentro con la novela negra

[Negrura, 1 de septiembre de 2004]

¿Ustedes leen más novela negra en verano? Aquí se conoce a gente, lectores habituales de libros, que en cuanto llega el calor elevan a Simenon a los altares y de ahí no los saques. Quizá sea un reflejo positivo de la difusión que le aporta al género la Semana Negra o quizá haya sido así siempre. Aquí, no sé si por llevar la contraria o por el efecto de tanto deporte televisado, se ha leído poco, pero no se crean que me olvido de que esto se llama Negrura principalmente por eses novelas que tanto nos gustan. Por ejemplo, las dos primeras de la serie del detective Belascoarán de Paco Ignacio Taibo II, Días de combate y Cosa fácil, publicadas ahora por Booket por primera vez en España; Historias que nos pertenecen, de Rafael Fuentes, una trama de viejos anarquistas, boxeadores retirados y buscavidas de Lavapiés donde se funden dos épicas y una sota ética, editada por Zoela en su imprescindible colección Negrura; dos visiones negras de la Cuba actual, con la justamente premiada Que en vez de infierno encuentres gloria, de Lorenzo Lunar, también en Zoela, y La pelirroja, de Roberto Estrada, en Umbriel (en cuanto consiga las del también cubano Amir Valle escribiré más extensamente sobre todas ellas). También merodean por la estantería algunos clásicos y sigo con atención las sugerencias de la biblioteca La Bòbila, que acaba de sacar el nuevo número de su fanzine L'H Confidencial (descarga pdf), dedicado al escocés Ian Rankin. En fin, que ahora que acaba el verano, volvemos a las lecturas de siempre.