Bibliotecas públicas

[Delibros, 144, junio de 2001]

Jaime López

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Una de las bibliotecas más activas en la provincia de Barcelona es La Bóbila, en L'Hospitalet de Llobregat. Cuando se instaló, hace dos años, se estudió la población que atendería. Se vio que la población era mayoritariamente castellanoparlante, emigrante, bien de otras regiones españolas, bien de Iberoamérica. Un 20% de los emigrantes eran árabes. Por ello, la mayor parte del fondo está en castellano y hay una importante cantidad en árabe.

Dentro de los libros en castellano, se buscaron obras de autores latinoamericanos conocidos allí aunque no necesariamente en España. "Cuando en España se empezó a oír hablar del escritor argentino Ricardo Piglia, nosotros teníamos ya varias obras", comenta el director de la biblioteca, Jordi Canals. "Tenemos que ir por delante de los usuarios. Que un emigrante encuentre libros atractivos, de autores que le resultan familiares, es una manera de fidelizarlo. Conseguimos así que no vea la biblioteca como algo extraño en un país extraño, sino como un punto de referencia en un país extraño".

La Bóbila se caracteriza además por otra razón: es una biblioteca especializada en género negro y policíaco. Analizaron los hábitos lectores, el tipo de población del barrio y constataron el hecho de que en Cataluña no existía ninguna otra biblioteca con semejante especialización. De esta forma, crearon un nuevo centro de interés no rotatorio. "Mantenemos relaciones con otras bibliotecas especializadas en novela negra, como la Bilipo de París, o la Mediateca de Ic, también en Francia, con la asociación de escritores de novela negra y con la Semana de Cine Negro de Gijón, organizamos tertulias "negras"·, un club d lectores especializados, un boletín", explica Canals.

Entre las actividades destinadas a mejorar la satisfacción de los usuarios, este año, La Bóbila, lo ha dedicado a la relación con la familia. Ha organizado talleres para que los padres aprendan a contar cuentos a sus hijos y tertulias sobre relación de padres con hijos adolescentes. El curso que viene se centrará en las personas mayores. "Que el no ver bien o ser analfabeto no excluya a las personas de relacionarse con la fantasía. Se pondrán a su disposición libros con letra grande, casates y obras grabadas y vídeos", anuncia Canals.

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