9 d’abril del 2023

Fuera de la ley (vol. 1 i 2).

 

 

Fuera de la ley (vol. 1 i 2 ). Madrid : La Felguera, 2016-2018
Incluye un cuaderno de fichas policiales y un diccionario criminal. Una obra única e ilustrada, un universo peligroso y oscuro dominado por golfos, hampones, pistoleros, apaches, los Fantômas españoles y los últimos bandoleros. Una obra única, monumental e ilustrada. El retrato poco conocido de los bajos fondos de España.

«Sus ideas son suicidas: se ríe de la justicia y de la equidad en su modo de ser abstracto, pero respeta al polizonte. Es partidario de Nietzsche sin saberlo», Pío Baroja, Patología del golfo (1898)

En 1909, mientras Barcelona ardía durante los graves disturbios de la Semana Trágica, aún resistían los últimos legendarios bandoleros andaluces. El ejército del hampa estaba formado por un universo fascinante: dronistas, sirleros, espadistas, ratas de hotel y, por supuesto, apaches, tipos tatuados que cruzaron la frontera francesa y se establecieron en España. Pistoleros de extrema derecha se enfrentaban con grupos anarquistas expertos en el uso de la star y, con frecuencia, unos y otros podían encontrarse en cabarets, cafés cantantes, siniestras tabernas donde se reunían golfos y randas, matones y bohemios. Al mismo tiempo, surgían grupos terroristas como La Banda Negra, dirigida por un oscuro y falso barón, que también tenía su réplica en una conocida banda de atracadores de trenes. Eran los años del cloroformo, del éxito de Fantômas y el temido cotú, la navaja de dronistas y sirleros. Se les llamaba «chusma encanallada», «gente de mal vivir» y eran los dueños de los bajos fondos en medio de un universo que todavía hoy nos resulta extraño y casi desconocido.

Esta es una obra única, ambiciosa y monumental, compuesta por decenas de artículos y ensayos, ilustraciones y fotografías del hampa, un recorrido por una época y unos años (desde el cambio de siglo a la dictadura de Primo de Rivera y la creación del grupo Los Justicieros, del legendario anarquista Durruti) de una España fascinante, un país de intrigas políticas, titánicas luchas entre polis y ladrones donde brillaron nombres como los de Fernández-Luna, el inspector que le declaró la guerra al Fantômas español, y los grandes falsificadores y estafadores. Las explosiones se sucedían casi cada semana y los anarquistas se armaban para hacer frente a los grupos terroristas de la patronal.

La lucha era cuerpo a cuerpo, a puñaladas pero también con la star. Cada semana, explosiones y tiroteos. En los barrios bajos, auténticos abismos en las ciudades de todo el país, se consumía morfina y se apuraba la noche en cabarets y tabernas para la gente de «mal vivir», como el travesti y misterioso anarquista Flor de Otoño, que compartía su copa de vino con matones, apaches y agentes del hampa, mientras no pasaba semana en que no se hablase de la inminencia de un levantamiento o de una insurrección armada…


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