6 de novembre del 2015

El corazón es un animal extraño

[La Voz de Galicia, 6 de noviembre de 2015]

Diego Ameixeiras

La última novela de Julián Ibáñez, con su duro personaje Bellón al frente, reúne las mejor virtudes de un veterano autor al que todos reivindican.

El cántabro Julián Ibáñez lleva ya unas cuantas décadas siendo uno de los grandes maestros de la novela negra española, quizá el que con mayor destreza se ha empleado en la vertiente más sórdida y oscura del género. La sequedad quirúrgica de su estilo es tan precisa que resulta difícil no caer rendido ante su autoridad a la hora de redondear acciones y personajes con una brillantez pasmosa. Difícil, no. Imposible. No ha vendido tantos libros como merecería ni ha tenido el mismo reconocimiento que otros compañeros de viaje porque no se ha movido del hard boiled hispano de whiskería mal iluminada y vasos de tubo, sin ahorrarse los policías corruptos y las putas ojerosas, pero en los últimos tiempos su figura se ha ido agrandando hasta convertirse en ese nombre imprescindible que siempre citan en las entrevistas los autores que han cogido el relevo de la generación que comenzó a publicar a finales de los 70. Este año se le hicieron honores en la Semana Negra de Gijón con un merecido premio Novelpol por toda su trayectoria. Además, Cuadernos del Laberinto se ha lanzado con muy buen tino con la serie Bellón y anuncia la reedición de las espléndidas Entre trago y trago y La miel y el cuchillo. Todo es de agradecer porque la novela negra española tiene una enorme deuda con este autor tan venerado como injustamente desconocido.
Última entrega del buscavidas Bellón, ese tipo duro acuciado por la falta de dinero y con ambas piernas fuera del Código Penal, Gatas salvajes es una nueva demostración de que el maestro sigue en una envidiable forma a sus setenta y cinco años. Gran noticia porque todo es tan real y físico en esta portentosa novela que solo queda aplaudir y preguntarse una vez más de dónde ha sacado Julián Ibáñez ese ojo prodigioso para fotografiar la marginalidad y el instinto de supervivencia, la miseria y el delito, el desamparo y la muerte. El punto de partida es un misterioso viaje en coche. Una joven prostituta rumana de dieciocho años, habitual de las aceras, contrata a Bellón para que la lleve a una localidad llamada Mataporquera, al norte de Madrid, sin explicarle los motivos. Y ocurre también que al pétreo Bellón le atrae la sonrisa de la chica porque dice que le calienta el cuerpo. Así que, cuando unos tipos la obligan a subirse a otro coche delante de sus narices y la rumana desaparece sin dejar rastro, nuestro hombre solitario emprende su búsqueda. Es igual de cierto que esta es una magnífica novela como que el corazón es un animal extraño.



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