16 d’octubre del 2009

Un mal día para morir, de Empar Fernández y Pablo Bonell Goytisolo

LA RESSENYA, d'Àlex Martín Escribà

Remover el pasado

Si se cayó o lo tiraron, tal vez nadie tuvo ocasión de verlo. Pudo cometerse un crimen, pero quizás no hubo testigos. De haberlos, treinta años después, tampoco existe forma humana de dar con ellos”. Con estas palabras de Santiago Escalona, asistimos a la tercera entrega del subinspector barcelonés del Raval, después de protagonizar Las cosas de la muerte y Mala sangre, ambas editadas por Tropismos.

Bajo el título Un mal día para morir, asistimos a la consolidación de la saga de un personaje de pura raza dentro del género negro. Nuevamente el dúo Empar Fernández y Pablo Bonell Goytisolo nos demuestran como se escribe una excelente historia a cuatro manos.

En esta ocasión, el peculiar investigador se enfrenta a un caso peliagudo y costoso: Garrido, su antiguo superior —con una enfermedad terminal— le pedirá que investigue un caso que quedó abierto hace muchos años: averiguar que ocurrió con Alberto Boisgontier, un joven estudiante, militante y activista de izquierdas que fue hallado muerto la misma tarde que lo hizo el general Francisco Franco.

Para ello, Escalona deberá investigar en lo más profundo y descubrir algunos trapos sucios: entrevistar a sospechosos que declaran no saber nada de lo acontecido, descubrir algunos procedimientos policiales manipulados hasta revivir aquellas palizas en los calabozos de la comisaría de la Via Laietana, hasta el punto de jugarse la vida, una vida que ahora merece vivir más que nunca. Todo ello, para llegar a la verdad de los hechos, una verdad que quizás también llega en un mal día.

Un mal día para morir
Empar Fernández, Pablo Bonell Goytisolo
Editorial Pàmies, Barcelona, 2009
235 páginas, 16,95 euros.

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