15 de setembre del 2007

Las revistas negras

[Gangsterera, 8 septiembre de 2007]

Zeki

En el boom de los ochenta, los aficionados, a pesar de los escasos medios de los que entonces se disponía (Internet era sólo un proyecto, y la autoedición, acantonada en los fanzines cicloimpresos o fotocopiados, no daba para mucho), intentaron crear, con imaginación, unas estructuras de apoyo y estudio del género. Aquello realmente nunca acabó por trascender los círculos del underground más intelectual. Sin embargo, algunos autores y estudiosos de prestigio, y el apoyo económico de ciertas editoriales lograron poner en marcha revistas como Gimlet, Thriller, Dick Tracy (Detective Story), etc. También se publicaron ensayos con el loable intento de dotar de respetabilidad y de consistencia teórica a un género que despuntaba por entonces y que, por razones históricas de rancio conservadurismo y de censura, había permanecido amordazado, penalizado y amputado de su dimensión popular.

En esta nueva etapa, aunque la bibliografía en castellano sobre esta literatura empieza a ser respetable y descansa en buena parte sobre la edición tradicional, las revistas, complementos ilustrados de información, corren a cargo de voluntades individuales que ponen todo su empeño en sacarlas a la luz.

Revistas que, a pesar de ser comercialmente deficitarias, por carecer de un circuito de distribución adecuado y principalemente porque su función no es el negocio, son sobre todo puntales efectivos en la difusión y promoción de esta literatura, y polos de atracción y encuentro entre los numerosos aficionados y autores. Cumplen con la función de agitadores culturales que cualquier sector del mercado editorial necesita para mantener la atención. Una labor que en justicia correspondería a las mismas editoriales, pero de la que estas, en mayor o menor medida, se despreocupan mientras un puñado de benévolos lucha por su existencia.

Desgraciadamente ese tipo de iniciativas tiene sus límites, que vienen impuestos por los escasos medios y el desgaste personal de los colaboradores. Mucho me temo que su desaparición conllevaría también un frenazo brutal del interés actual por el género y consecuentemente un idéntico bajón en las ventas de las novelas. Algo que debería hacer reflexionar a las editoriales y que tendría una solución no demasiado gravosa para ellas.

L'H Confidential es una de esas publicaciones, que este año ha llegado al nº 50 reuniendo para la ocasión una serie de comentarios de aficionados, estudiosos, escritores y periodistas, sobre el género negro, y propiciando una reflexión sobre la misma existencia de la revista. Felizmente L'H Confidential cuenta con el apoyo de la red de bibliotecas del Hospitalet y de la Generalitat, pero es sobre todo el resultado de la iniciativa y dedicación de Jordi Canal, bibliotecario de La Bòbila. L'H Confidential, durante esta andadura, iniciada en septiembre de 1999, como boletín del Club de Lectura de Novela Negra de la Biblioteca la Bòbila, ha dado a conocer a múltiples autores de novela negra, a diferentes escuelas, temáticas, y otros múltiples y variados aspectos de este género, incidiendo en su riqueza argumental y la amplitud de su mestizaje con el resto de la literatura. Conociendo a su inspirador, Jordi Canal, no nos cabe duda de que esta herramienta informativa seguirá más allá del nº 100.

A Quemarropa. Decano de la prensa negra, es el periódico que llevará, después de transcurrida la última Semana Negra de Gijón, veinte años editándose. Distribuido diez días al año, mientras dura el festival, recoge de manera amena los pormenores del evento, mientras da cabida igualmente a algunos interesantísimos artículos sobre los autores y sus novelas, así como a resumidos ensayos o estudios, como la recopilación pormenorizada de los títulos de novelas que Francisco González Ledesma escribió bajo el seudónimo de Silver Kane (miércoles 14 de julio de 2004), contribuyendo de manera notoria a la literatura pulp en español.

Prótesis es una de las primeras revistas sobre el género que aparecieron en el panorama actual, de la mano de David G. Panadero, escritor y periodista, y apadrinada por Andreu Martín (la cabecera de esta publicación es homónima de la excelente novela del autor barcelonés), contribuyendo de manera decisiva a su relanzamiento. La publicación, presentada con un esmerado diseño y una muy cuidada edición, se ha consagrado, en cada uno de sus cuatro números, a un autor representativo de la novela negra en España. A esos estudios monográficos también se añaden artículos sobre temas como la novela de espías, el detective postmoderno, cine, boxeo y crimen, etc. Un complemento insoslayable para los aficionados.

No vamos a pecar de falsa modestia renunciando a citarnos: Gangsterera, el órgano impreso de un proyecto más amplio, ese pulpo del que hablaba nuestro director, Sébastien Rutés, en la "Primera Plana" del nº 5, se ha convertido con sus cuatro números anuales en una referencia, en la que jóvenes y voluntariosos colaboradores criban los diferentes aspectos de este género para ofrecer a sus lectores unos textos llenos de imaginación y análisis. Gangsterera, con este su nº 8, sigue en la tarea, que se propuaso en sus inicios, de difundir y revitalizar la novela negra.

Esperamos que estas iniciativas, en la base del despunte actual de la novela negra, cuenten con una mayor colaboración de las editoriales, todas inmersas en la actualidad en un trasiego incesante de personal.

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