- ‘Domestic noir’ y ‘Grip lit’ son dos subgéneros que copan los primeros puestos de las listas en ventas de libros.
A la mierda se fueron lo que hasta ahora se conocía como thriller psicológico y anteriormente como novela negra, géneros que han sido adelantados y quebrados de apoco por un subgénero que está sacando a flote al mercado editorial y que da el impulso necesario a los libros que cobija para escalar en las listas de ventas de forma fulminante.
Se trata del Domestic Noir, una clásica novela de suspenso y misterio en la que no hay detectives ni policías cargando una cruz, que llevan las investigaciones, sino gente corriente. Es un thriller en el seno del hogar. Una madre cualquiera, un estudiante o un vecino común que, que sin darse cuenta, se ven inmersos en el epicentro de un crimen que cada vez se torna a más confuso.
En realidad, para colocar esta etiqueta hay que hilar fino. Los matices son bastante discretos. En la novela negra o policíaca, suele ocurrir que el crimen ya ha ocurrido, el rollo no puede estar más enredado y solo hay que ir tirando de esas cuerdas hasta descubrir qué ha sucedido y quién es el culpable.
Escena de la pelicula La Chica del Tren, con la actriz Emily Blunt
Las novelas que se venden bajo el domestic noir suelen arrancar en un punto estéril, sin sobresaltos, hasta que pasa algo horrible y la trama se complica. Y el punto clave: los protagonistas viven rodeados de sus familias o forman parte de una comunidad y las apariencias engañan.
Este domestic noir es el subgénero literario que más vende por ejemplo en Reino Unido y Estados Unidos. Los departamentos de marketing de las principales editoriales han sido decisivos en este boom. Han sabido cazar el interés de lector con la ambigua etiqueta de domestic noir.
Parecía una moda pasajera cuando sonó por primera vez. Fue en 2011 con S.J. Watson. Su novela No confíes en nadie (Grijalbo), con una adaptación al cine por Rowan Joffé con Nicole Kidman en el papel principal. Este contaba la historia de Christine, una mujer que cada mañana al despertar olvida dónde está, porqué está allí y quién es el hombre que duerme a su lado. Pronto comienza a sospechar que la única persona en la que confía no es la que está contando toda la verdad.
Luego vinieron La mujer de un solo hombre (Alfaguara Black) de A.S.A. Harrison; y Perdida (Literatura Random House), de Gillian Flynn. En este subgénero encajan los superventas de los últimos años como La chica del Tren, de Paula Hawkins (Planeta), también con adaptación cinematográfica, esta fue la novela más vendida del año. Aunque no llegó revolucionando el género negro ni mucho menos, sino que respetó las reglas de la novela negra y el patrón más clásico. ¿Cuál es el matiz distintivo? La protagonista. Es una joven, con problemas personales que, desde el vagón de un tren, ve más de lo que debería.
También cabe Observada, de Renée Knight (Salamandra), que cuenta la historia de Catherine Ravenscroft, una mujer que encuentra en su mesilla el libro Un perfecto desconocido, con el que revive un día fatídico que decidió olvidar para siempre. Revela detalles inconfundibles sobre lo que le ocurrió veinte años atrás, su secreto mejor guardado, del que ni su marido ni su hijo saben nada. El pasado le exige rendir cuentas.
Después de ‘Harry Potter’ el Grip Lit
Otro subgénero de éxito es el Grip lit, que tiene muy acotado al lector objetivo: mujeres de entre 25 y 35 años que crecieron con los libros de J.K. Rowling de Harry Potter y se engancharon posteriormente a la saga Millennium.
Yellow Bird, una productora de cine sueco, ha producido versiones cinematográficas de la Trilogía Millenium. En Hollywood se produjo una pero con poco éxito.
Se caracteriza por ser novelas que tratan sobre mujeres escritas por mujeres. Un nuevo género negro donde el crimen se encuentra con la pasión.
Suele cumplir cuatro reglas: la protagonista es una mujer (no sólo el cadáver sexi en el suelo), hay un romance, hay secretos inconfesables y los personajes sufren graves altibajos emocionales. Algunos de estos personajes ya bastante dañados. Hay bastante discusión sobre si éste es un subgénero del suspenso o de la novela romántica, aunque las editoriales apuestan por la primera opción.
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