LA RESSENYA, d'Emma Infante
Docuficción? ficción realidad? Ajuste de cuentas? Divertimento alambicado? Todo eso o todo lo contrario es el nuevo libro de Chesús Yuste. Casi 500 páginas que combinan la intriga, el costumbrismo, la complejidad de una realidad no siempre tan bien descrita y la ficción simbiótica.
Nos colamos en los intersticios de la vida congresual para descubrir que la muerte también alcanza los escaños. El delito y la criminalidad ya podemos saber que campa tozudo en la sede de muchos partidos. Un hallazgo casual, algunos especímenes de la nueva y vieja fauna política, periodistas y empresarios todos lidian con la vorágine del hemiciclo.
Estamos frente a una novela coral donde la realidad política de los últimos años es la protagonista. Puede ser divertido ir recorriendo los traviesos ejercicios de dislexia para identificar a los actores del escenario flanqueado por los orgullosos leones metálicos.
Pretender resumir la trama resulta tan arriesgado como comprimir la Biblia. Se pierden muchos matices que son precisamente lo que hace valioso el texto que a todas luces es ambicioso y ha sido largamente elaborado. Para los que no puedan esperar diremos que tres jóvenes permanecerán estrechamente vinculados aunque el tiempo, la distancia y las apariencias parecieran desmentirlo. Madrid es el puerto donde arriban las fortunas que se cosechan en otros lares y mucho nos tememos que en todas partes.
El escritor y cronista ha aprovechado su intensa experiencia madrileña como diputado en Cortes para observar sagazmente ese extraño biotopo que determina en parte las leyes que nos someten. En su época de parlamentario acribilló con sus participaciones al perezoso ritmo de sus señorías. Pareció recuperar parte de la elegancia propositiva que esperábamos de los representantes políticos del pasado y que hoy parecen competir con un programa televisivo de tarde con tanta audiencia como estulticia.
Licenciado en historia y exdiputado en Cortes por la Chunta Aragonesista Yuste tiene en su haber dos obras anteriores de las que en este bloc ya nos hemos hecho eco. Tiene costumbre de escribir y se nota en su prosa. También de leer y se nota en sus tramas. Se me antoja que tal vez el periodista y la rojilla pueden seguir los pasos de Chamorro y Belvilaqua regalándonos entregas periódicas de sus peripecias en de las que esta primera entrega sería una consistente y generosa base.
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