28 de juny del 2016

Claudia Piñeiro: “Muchas veces las historias de los personajes son acontecimientos que ocurren en mi vida después de haberlo publicado en mis libros”

[El Ibérico, 27 de junio de 2016]

Carolina Jara Huergo


fotografia: Brayan Lopez

La reconocida escritora argentina, proclamada por sus best sellers en todo el mundo nos recibe en un hotel en Mayfair dispuesta a conversar acerca de su historia, inspiración, el cine y su primer viaje a la capital inglesa presentando Betty Boo, su nueva novela policial.
Con una mirada profunda y sonrisa cálida, Claudia nos cuenta acerca del vuelco profesional que decidió tomar pasados los 30 años. Los inicios de su carrera ocurrieron lejos de la literatura, en una de las grandes consultoras de Buenos Aires como economista. Después de unos años, ganó el mejor concurso literario de Argentina con su libro La Viuda de los Jueves que fue su punto de partida como novelista. Actualmente, la escritora oriunda de Burzaco ha ganado el reconocimiento tanto de colegas como de lectores internacionalmente. Sus novelas fueron traducidas a varios idiomas y afirma que “crear historias y desarrollar la conciencia de un personaje” es lo que más la apasiona. Una nueva historia de vida que nos enseña que nunca es tarde para cumplir sueños.
¿Qué es lo que te trae al Reino Unido? 
Vine a una convención llamada The international Crime Fiction en Bristol donde varios autores del genero policial y suspenso promocionan sus novelas. Un lugar extraordinario donde novelistas y periodistas intercambian experiencias. Este fue el lugar que elegimos con el editor para presentar mi último libro traducido al inglés Betty Boo. Además, hicimos una presentación en la prestigiosa librería Downes en Londres donde firmé varios ejemplares. Fue una noche especial donde conversamos con la escritora Miranda France (escritora a cargo de traducir sus libros al inglés) acerca de la nueva novela, la situación actual en Argentina y finalmente, cerramos con un notable Q&A.
¿Hay alguna conexión entre tus libros y el lugar donde creciste?
Crecí en un barrio llamado Burzaco en la provincia de Buenos Aires y es donde naturalmente recurro para ubicar mis novelas. Cuando necesito fuentes de inspiración o una referencia, voy al lugar donde mi familia y amigos están. Algunos colegas me preguntaron porque había elegido una muerte tan dramática para uno de los personajes principales en Elena Sabe. Para algunos lectores, el suicidio por estrangulamiento en el campanario de una iglesia es bastante extremo. Tuve que explicar qué la gente de mi pueblo se suicidaba de esta manera. Algunos se arrojaban a las vías del tren u otros se colgaban de la campana de la iglesia. En mis historias siempre hay elementos de la realidad para hacer los personajes más interesantes y creíbles. Otro ejemplo es la historia de Un Comunista en calzoncillos, este es un libro basado en hechos que ocurrían durante el gobierno militar en Argentina. Fue una época de mi adolescencia que significo mucho para mí y por lo tanto decidí reflejarla en una novela.
¿Cómo tomaste la decisión de dejar el mundo corporativo y dedicarte a ser novelista?
En mis inicios, escribí guiones para televisión y columnas para revistas porque me acercaban al mundo literario y por lo tanto, a conocer gente en el ambiente. Al principio, no ganaba tanto como cuando era economista pero me servía para desarrollar ideas y hacer lo que más disfrutaba. La metodología de trabajo que aprendí en Auditoria la trasladé a mi trabajo como guionista. Sentía que tenía una ventaja con respecto a mis colegas porque seguir un proceso me permitía entregar el material en tiempo, forma, revisado y conectado con capítulos anteriores.
¿Qué piensas acerca de las adaptaciones de tus libros a películas?
Tuya, Betty Boo y La Viuda de los Jueves son películas dirigidas por directores argentinos. De todas, Betty Boo es la que más se categoriza como policial. Cuando trabajamos en la adaptación, el director Miguel Cohan dejó de lado algunos aspectos de la vida personal de la protagonista y agregó otros relacionados al crimen. Contrariamente en La viuda de los juevesMarcelo Piñeiro destacó lo personal y la vida social de los personajes en el barrio privado pero no hizo tanto hincapié en la muerte. Desde mi punto de vista, los directores son también lectores y hacen su propia interpretación de la novela lo que la hace más exuberante y rica en el cine.
Los directores siempre consultan conmigo el ángulo de la película y aceptan mis recomendaciones pero jamás cuestiono su interpretación porque entiendo que el cine funciona distinto. Lo esencial es confiar en que el director y productor van a hacer un buen trabajo con tu obra más allá de si toman o no parte o todos los detalles de la novela.
En tus historias hablas bastante de redimir Antihéroes, ¿Qué te parece interesante del concepto?
Me gustan más los antihéroes que los héroes porque son generalmente opacos, gente común y corriente que atraviesan una situación desafiante en un momento determinado de la vida. Esa experiencia hace que de un segundo al otro, los antihéroes se rediman y cambien su destino. Me gusta que haya flexibilidad en los personajes y un elemento de sorpresa a medida que la historia se va desarrollando.
¿Cómo te inspiraste en el libro Betty Boo?
En algunos barrios en Argentina, los diarios son arrojados al zaguán de las casas por ciclistas todas las mañanas. Esa fue la imagen que se me presento, Betty sentada en la mesa de su casa de repente escucha un ruido (el golpe de los diarios contra la puerta de entrada) para luego desplegarlos en la mesa y empezar a investigar un crimen. Desde esa imagen tan poderosa, empiezo a tejer la historia del libro.
¿Tienes algún modelo a seguir o algún autor en particular que te inspire?
La verdad es que no tengo ningún modelo porque es imposible copiar o imitar el estilo de un escritor. Cada persona escribe de una manera distinta lo que hace los modelos bastante inalcanzables en esta profesión. Entre los argentinos, me gusta mucho Manuel Puig porque pinta mundos interesantes y desarma el lenguaje de una manera especial. En cuanto a la literatura inglesa, me gusta el humor y la ironía de David Lodge porque posee un sarcasmo tan sutil que capta al lector sea lo que sea que escriba.
¿Qué piensas de la Muerte?
La muerte es justamente uno de los conceptos que todos tratamos de ignorar o subliminar con otras cosas. Personalmente no veo la muerte como algo trágico sino como algo natural. Simplemente es la palabra que refleja la finitud de la vida y la oportunidad de decidir lo que cada persona quiere hacer con ese tiempo determinado. Es un tema con mucho peso y por lo tanto, se trata con bastante respeto en la sociedad que vivimos.
¿Te ha servido escribir para analizar aspectos de tu vida personal?
En varias de mis novelas, terminé escribiendo momentos de mi vida que no recordaba o que pensé que no estaban tan presentes. Me sorprende que muchas veces las historias de los personajes son acontecimientos que ocurren en mi vida meses o años después de haberlo publicado en mis libros. Por eso me refiero a la escritura como algo ontológico en mí, hay cosas que puedo escribir pero no decir. Cuando me analizaba con un terapeuta, prefería escribir como me sentía y leerlo en mi sesión. Sentía que había temas de los cuales no podía hablar espontáneamente.
Uno de mis personajes en las Grietas de Jara habla de tener una crisis de mediana. No se sentía feliz con su vida, pensaba que su matrimonio no funcionaba y no sabía cómo solucionarlo. Dos años después, sentí exactamente lo que le paso al personaje principal en mi libro y me terminé divorciando de mi marido. No lo podía creer.
¿Qué proyectos para el futuro?
Estoy escribiendo una novela que va a ser publicada en español el año que viene. Planeo seguir disfrutando de la escritura que es lo que me apasiona y continuar haciendo cosas diferentes. Me faltan varios años para retirarme (risas).

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