12 de juliol del 2008

Novela negra y mestiza

[La Vanguardia, 12 de julio de 2008]

El género policiaco está más vivo que nunca y transita por geografías exóticas

Con la llegada, ayer, a Gijón, del tren negro procedente de Madrid cargado de escritores policiacos de todo el mundo, se dio por inaugurada la cita más veterana del género en España, la Semana Negra. Todos los pasajeros llevan, en su interior, miles de mundos que estos días entrarán en contacto, en un encuentro que reúne a 133 autores y que sirve para tomar el pulso a un género que goza cada vez de más lectores.

La Semana Negra ya no es sólo un certamen de novela policiaca aderezado con tiovivos y puestosde bocadillos. Hace algunos años incorporó la presentación y el descubrimiento de autores de novela histórica (premio Espartaco) y en la presente edición (la 21ª) añade la ciencia ficción, con el nuevo galardón Celsius 232.

El exceso de ruidos en la zona donde se venía celebrando el festival y las protestas vecinales han obligado a trasladar este año la Semana a la playa de Poniente. Pero para el 2009 está comprometido ya un lugar que se quiere definitivo en las inmediaciones del campus universitario.

Una de las atracciones de esta edición es la exposición de pequeñas figuras de plomo que –con la participación del museo valenciano L'Iber– recrea la batalla de Gaugamela, donde en el 331 antes de Cristo, Alejandro Magno derrotó a los persas de Darío II. En el ámbito del cómic, la Semana rinde homenaje a Juan Díaz Canales y Juanjo Guarnido, que presentan su muestra Blacksad. Fotoperiodismo, música en directo y, claro, debates literarios, forman un programa abierto a la participación.

Entre los 133 escritores invitados figura, como novedad sorprendente, el ex ministro Jorge Semprún. La cita asturiana –que coordina el infatigable Paco Ignacio Taibo II– contará también, entre muchos otros, con George R.R. Martin, José Carlos Somoza, Ricardo Menéndez Salmón y José Ángel Mañas.

La Semana Negra ha creado escuela y están surgiendo otros festivales de literatura policiaca. La BCNegra ya lleva cuatro ediciones y en octubre se estrenará el Getafe Negro, que apadrina el escritor Lorenzo Silva. Hay otros proyectos: uno ya concretado es la semana de Mollerussa, que se celebrará en noviembre gracias a los auspicios de la Librería Negra y Criminal y la biblioteca local.

El género negro está, pues, más vivo que nunca, certifica el alma de dicha librería, Paco Camarasa, desde Gijón. “Está fantástico en cuanto a editores y lectores. Sólo falta que se enteren de ello los críticos, los profesores de universidad y de secundaria y los bibliotecarios", dice. "Si lográramos que los lectores consumieran libros como lo hacen los seguidores de la novela negra (que leen entre cuatro y seis títulos al mes), no habría crisis editorial".

La novela policial es hoy “mestiza”, dice Camarasa, ya que se dan en ella todo tipo de tendencias, desde la actualización de Agatha Christie hasta la de los clásicos norteamericanos; desde las novelas “de personaje” a lo relatos de extrema violencia. Una tendencia reciente es la coincidencia de autores que proceden de otros oficios, también relacionados con el crimen. Como la ex ministra de Justicia noruega Anne Holt, el policía Marc Pastor, el fiscal Gianrico Carofiglio o el juez Giancarlo de Cataldo. Otra línea es la irrupción de geografías no habituales, con escenarios como Argelia (Yasmina Khadra), Tailandia (Christopher G. Moore) o Australia (Peter Temple) o Senegal.

Uno de los participantes de la Semana Negra será Juan Ramón Biedma, que acaba de publicar El efecto Transilvania (Roca Editorial), cuyo protagonista es un adolescente esquizofrénico. La novela está inspirada en las experiencias que el autor vivió mientras trabajaba en los servicios de gestión de emergencias de Sevilla, en los que hablaba con personas con todo tipo de trastornos. Otro título destacado reciente es Allò que heu parit (Club Editor), la versión catalana de la impactante ópera prima del francés Antonin Varenne: una trama policiaca ambientada en el París del 2001, aún bajo la conmoción del 11-S y la amenaza islamista. No faltan los premios: la Asociación Brigada 21 acaba de distinguir, entre otros, al extremeño Eugenio Fuentes (Cuerpo a cuerpo, ed. Tusquets) y al catalán Pau Vidal (Aigua bruta, ed. Empúries).


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